Esta segunda parte de la bilogía INGOBERNABLE gira entorno a Romeo, su proceso de abrirse y todo lo que sucede a su alrededor. Como dije en la reseña de "Ingobernable", Romeo es un personaje que esconde mucho más de lo que parece y es la perfecta descripción de lo que es hoy la mayoría de la gente en la sociedad. Una persona que hace lo que tiene que hacer para agradar a su círculo y que estén contentos, que nunca se enfada y muestra siempre una sonrisa en la cara aunque todo vaya mal, que nunca muestra lo roto que está por dentro.
Por todo esto, conocemos a un Romeo mucho más profundo que se da cuenta que su relación con su ex-novia hacía tiempo que no era lo que tenía que ser, era rutina y asentamiento. El aprecio estaba ahí, pero con eso no haces nada. La autora nos muestra como va abriéndose de nuevo, sus nuevas relaciones y como las viejas van evolucionando. Nos muestra como encuentra refugio para hablar en Mateo, Chloe sobre todo porque hasta él dice que son muy parecidos, y en Félix.
Después de tiempo sin salir y sin relacionarse con mucha gente para poder calmar sus pensamientos y averiguar quién es y que quiere hacer después de una relación de años, vemos como va poco a poco volviendo a ser el mismo. Todo a pasitos de tortuga y como una persona lo ayuda a dar ese posible salto de abrirse completamente dándole un soporte que en ese momento necesita. Durante la evolución de la historia nos encontramos con que la autora trata los temas que pueden ocurrir en el día a día como deben ser tratados, no como suele pasar a veces que se romantiza y se hace de menos o no se les da la importancia desde el principio. Por ejemplo con el acoso o el intento de ejercer presión en una persona para que haga algo que no quiere hacer, me ha encantado que no sea como en casi todos los libros que he leído. Rebeca ha cogido esa situación y a puesto al propio Romeo como la víctima en ese caso haciendo que el propio personaje se cuestione si él ha dado pie a que todo termine así cuando solo fue una persona educada. Gracias por esto a la autora, porque lo ha escrito de tal forma que te deja con la boca abierta de la propia impotencia que te da.
Pero recordemos esos apoyos con los que cuenta Romeo, no pienso decir nada más porque prefiero que lo leáis y disfrutéis. Solo os diré que me empecé y terminé el libro en una mañana mientras un amigo se apropiaba de mi ordenador para terminar trabajos de la universidad. La pluma de la autora es tan fluida y descriptiva en los momentos idóneos que te hace caer en la lectura como si estuvieras en una montaña rusa, pasas por todas las sensaciones y te quedas con ganas de más.