Leí este libro porque se lo regalaron a mi sobrino y, tengo que reconocer que, no ha sido lo que me esperaba. Se trata de un libro para niños con más de cuatro años, y vale que yo no sea precisamente el público objetivo del libro, pero me ha dado la sensación de que era una historia que no tenía mucho sentido ni para un niño de 3 años. He leído varios cuentos infantiles a lo largo de los últimos cuatro años, precisamente porque está el niño en casa y siempre hay alguno para leer y he sentido que este ni siquiera tenía una "trama" como tal. Que sí, va de que la familia de Bluey va a la playa y Bluey se encuentra diferentes elementos. Pero si no te lo tomas como una metáfora de que vas a poder superar los obstáculos que se te pongan por delante, no transmite mucho más. Ha sido eso, como que no he visto un mensaje claro para darle a los críos.
Además, me dio la sensación de que no estaba muy bien traducido del todo. Había frases un poco raras, no sé si por la traducción o por qué, pero, si precisamente hay algo que buscamos en un libro infantil, es que los niños puedan entender casi ellos solos lo que están leyendo.
Las ilustraciones son preciosas, eso sí, me han parecido cuquísimas y es una lectura muy veraniega, perfecta para estas fechas.