Brie es una chica australiana que termina buscando trabajo durante su año sabático en una empresa de niñeras y termina en Inglaterra. Ella piensa que terminará siendo la niñera de una señora con dos niños, pero resulta que termina siendo la niñera de un juez frío que lo último que quiere es a una cría como niñera de su hija y su hijo.
Brie se gana a los niños rápido, para ella no es dificil. Es una persona extrovertida, clara en lo que piensa y fuerte. A su vez, tiene una madurez alucinante para la edad que tiene y lo demuestra en la forma de desenvolverse y de dar consejos cuando se los piden los pequeños. Por otro lado, Julian es un hombre frío que lleva siendo padre soltero desde hace años. Es juez y tiene una mentalidad que es bastante típica de su trabajo, pero también de un ambiente más antiguo. No sale de sus trece y esto provoca tensión con sus hijos y que se vaya cavando más espacio entre ellos.
Con el tiempo se va abriendo o eso parece, da la impresión que esa cabeza evoluciona, pero cuando se cabrea se muestra que no es así. En esta primera entrega de la trilogía nos muestran más sobre sus amigos Sprencer y Sebastian. Recordemos que a estos tres ya los conocíamos por el segundo libro de MILES HIGH CLUB y, la verdad, me alegra que tengan cada uno su propia historia porque los solteros de oro británicos daban para mucho.
Con este primer libro se demuestra ese objetivo, tienen de todo y creo que se puede explotar mucho más a estos personajes. Para mí el final necesita algo más, pero la historia te engancha desde el principio con lo fluida que es y con todo lo que pasa. Creo que esta autora es un diez para quien necesite lecturas rápidas (porque no os va a durar nada) y que te atrapan desde el primer momento.