Reseña #136:
Tess la de los d’Urberville
¡Hola, hola, hola!
Hum. ¿Excusas? Creo que me voy a convertir en toda una maestra. Bien, empezando por el principio… siento no haber podido pasarme por vuestros blogs a lo largo del fin de semana pasado y esta semana. ¿Motivos? Pues los de siempre: tiempo y falta de tiempo. Valga la redundancia, sí, sí. No prometo nada, pero entre hoy y el lunes quiero intentar ponerme un poquito al día. Problemas a parte, contadme, ¿vosotras y vosotros también estáis echando un vistazo a las películas de Harry Potter este mes? Yo muero de amor, de verdad que sí. Ais, los Weasley. Pero no vengo a hablaros de (
Ficha técnica
Título:Tess la de los d’Urberville Autor:Thomas Hardy Traductor:Manuel Ortega y Gasset Editorial:Alianza. Colección 13/20 Número de páginas: 528 ISBN:9788420675305 Preció libro físico: 10,92€ Precio formato electrónico:3,58€
Sinopsis
Un párroco informa al Sr. Durberfield que su familia desciende de los nobles Urberville. A partir de entonces John y Joan Durberfield comienzan a hacer castillos en el aire para que su suerte cambie, gracias a esa revelación. El medio para conseguirlo es su hija Tess, a quien envían en busca de los Urberville ricos para que les ayuden.Mi opinión
Muchas veces nos hacemos esa gran pregunta, la de “
¿y realmente, siendo un clásico, va a gustarme?”. Bueno, si no os la habéis hecho, debo confesar que yo sí. Muchas veces, de hecho. Después de mis dos chascos consecutivos, Frankensteiny Un mundo feliz– este último harto terrible –, necesitaba reconciliarme un poco con “esto de los clásicos”. Me alegra deciros (Thomas Hardy fue un autor de humor ácido, eso es una realidad. Eso y el hecho de que, en sus novelas, las mujeres no tengan sólo un papel pasivo. Ojo, porque en el libro hay machismo. Claro que hay machismo, teniendo en cuenta que está ambientado en la época victoriana; pero este señor nos presenta a señoras que se buscan la vida, que deciden no atarse a un hombre. Mujeres que dicen “no”. Y eso está bien, al menos hasta que conocemos a Tess y nos preguntamos, de forma irremediable, qué narices le pasa en la cabeza.
El libro empieza de una manera… curiosa. John Duberfield está volviendo, con una borrachera del demonio, a su casa. Por el camino se encuentra con un cura que le cuenta que él, ¡nuestro borrachín!, es descendiente directo de la gran familia d’Urberville. El apellido, muy noble, cayó en desgracia, cómo tantos otros; pero eso a Sir John – manda cojones – no le importa. ¡Claro que no! ¿Quién le dice a él que no pueda adoptar el apellido y mandar a su Tess a hablar con la última rama “viva” de los d’Urberville?
Tan gore como parece, sí. Ya no es tanto el hecho de que el hombre decida adoptar el que fue, muchísimos años atrás, su apellido legítimo, sino el cómo Tess, sin comerlo ni beberlo, debe recoger todas sus cosas para ir a entrevistarse con la señora d’Urberville, una mujer ciega que lo único que quiere es que sus gallinas sean felices. Así las cosas, nuestra protagonista conocerá a Alec d’Urberville, hijo de la señora, un chico de lo más… peculiar. Quiero contaros muchísimas cosas, pero la mayoría son spoiler. Estoy atada de manos, lo veo claro. Ahora bien, nada me impide explicaros por qué he acabado aborreciendo a Tess. Veréis, la chica apuntaba a maneras. Me parecía una chica cabal, al menos a lo largo del primer tercio de novela. ¿El problema? Pierde el norte o, lo que es aún peor, la capacidad de decisión. Su vida se convierte en una cruzada continua, cuyo único objetivo es satisfacer al “ser querido” del momento. En esto entra desde su propia familia hasta el que ella considera el gran amor de su vida, que ya os adelanto que no es Alec d’Urbeville. Es gracioso, porque el libro sigue un esquema. Es… como un paseo. Sí, un paseo por Inglaterra, con sus campos verdes, sus lecherías y esos cielos plomizos que siempre parecen anunciar tormenta. Un paisaje idílico en el que la truculenta vida de Tess alcanza diferentes puntos de depravación. Si queréis un adelanto, algo para abrir boca, os diré(
Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler
“
Cuidado con las mosquitas muertas” es lo primero que viene a la cabeza cada vez que pienso en el jodido Ángel Clare. Desde el principio, el chico era demasiado perfecto, demasiado dulce, demasiado demasiado. No era trigo limpio pero, claro, ¿qué íbamos a pensar de él, después de que Tess odiase tantísimo a Alec?Dicho (Seguiré leyendo a Hardy. Me gusta lo retorcido de sus historias, la forma cómo nada va bien, pese a que pudiera darse el caso si nuestro querido autor tuviera una pluma más benévola. Y, hablando de(
Con todo, Tess la de los d’Urbervillees una novela muy amena, con una protagonista que, aunque no es mi favorita, tiene mucho que decir. Con un par de protagonistas masculinos que harán las delicias de las lectoras y lectores, Thomas Hardy nos mete de lleno bajo los cielos plomizos de Inglaterra. ¡Dadle una oportunidad!
Nota: 4/5