Reseña #161: Historia de dos ciudades

Publicado el 21 septiembre 2019 por Alaluzdelasvelas


Reseña
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Historia de dos ciudades

 ¡Hola, hola, hola!

 Septiembre está siendo el mes de las historias surrealistas. Y ahora diréis "Carme, eres una jodida exagerada", pero no. Ayer tenía hora en la peluquería. Claro, aquí una servidora no es nada fan de echar la tarde sentada en un cuartito esperando pacientemente a que le rapen. Pero allá que fui. Después de dos horas - matadme -, salía yo con el pelo cortito y bien peinado. Hasta aquí todo estupendo de la muerte, ¿sí? Ay, el karma, que se acercaba... Después de merendar, pensé que era una idea cojonuda ir a pasear. Un viernes muy fitness, ¿verdad? Dos kilómetros andando con el cielo negro después, empezó a llover. Pero no esas gotitas que te mojan un poquito la ropa, no. Un puto diluvio en toda regla. Vamos, que parecía yo un maldito gato mojado. Obviamente, el peinado se fue a la mierda - aka, ¿para qué coño me tengo que lavar yo el pelo dos veces en menos de seis horas, eh? - y llegué jodidísima de frío a casa. Moraleja: si vais a la peluquería, no queráis hacer deporte. No vale la pena. Es mejor quedarse en casa o estar en un sitio bien cubierto.

 ¡Y ahora llega la pregunta! ¿Tenéis alguna historia graciosa de peluquería? ¿Alguna movida después de haber salido bien peinadas, bien peinados? ¡Contadme! - Así no me sentiré tan miserable... 

 Pasamos a temas importantes - bueno, lo de la peluquería para mí lo era, no creáis -. Hoy os traigo la reseña de uno de los libros que, estoy segura, acabará estando en el Top 10 de 2019. ¿Empezamos? ¡Dentro reseña!

Ficha técnica
Título:Historia de dos ciudades Autor:Charles Dickens Editorial:Alba editorial Número de páginas: 488 ISBN:9788484287285 Preció libro físico: 10,92€ (Tapa blanda) Precio libro electrónico:2,23€ (Versión Kindle) 
SinopsisEl Londres pacífico pero grotesco del rey Jorge III y el París clamoroso y ensangrentado de la Revolución Francesa son las dos ciudades sobre cuyo fondo se escribe esta inolvidable historia de intriga apasionante. Violentas escenas de masas, estallidos de hambre y venganza, espías y conspiradores, héroes fracasados y héroes a su pesar se mezclan en una trama artística y perfecta, llena de sorpresas y magistralmente elaborada por un Dickens en uno de sus mejores momentos creativos.Reseñas de otros libros del autorDavid Copperfield
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Mi opinión
 Me gustan esos silencios en los que todavía no se ha dicho nada. Esos que parece que estén ahí para hacernos sentir incómodas, incómodos. Esos silencios que queman y hacen daño. Historia de dos ciudades es precisamente eso. Un silencio lleno de palabras que todavía no se han dicho en voz alta. No sabía qué esperar de esta novela. Una trama lineal, eso desde luego. Nada más lejos de la verdad. El señor Lorry tiene que liberar a un hombre. Lleva mucho tiempo pensando en todo lo que le dirá, en las respuestas, las preguntas. Y piensa en ello mientras viaja en una diligencia cochambrosa desde Londres. ¿Destino? Francia, por supuesto. Pero primero deberá hacer una parada. A fin de cuentas, Lucie Manette tiene que saber que su padre no está muerto. Creía que ese sería el primer y único eje de la novela. Lo creía porque, bueno, estoy acostumbrada a los libros en los que Dickens nos desmenuza las suertes y desgracias de los personajes que nos presenta desde el principio. Pero no. Aquí hay mucha crítica, y es que el libro está ambientado en la época de la revolución francesa. Después de pasar por la guillotina a buena parte de la nobleza francesa, la guillotina, a la que llamaron Madame Guillotine, espera más y más ejecuciones. Espectáculo. Venganza. Desastre.
 El libro es incómodo de leer. Me explico. Charles Dickens nos dibuja lo que, en esencia, es una venganza bastante personal. Una caza en toda regla, en la que el marqués de St. Evermonde no es más que el principio.

 Encontrar al doctor Manette no es complicado. Lorry, que es todo un hombre de negocios, lo tenía todo más que medido. Lo difícil es volver a Inglaterra con un hombre que a duras penas recuerda quién es, alguien que ha sufrido tantas vejaciones que se ha encerrado en una coraza. Una disociación en toda regla: el doctor que pasa a ser un zapatero que debe cumplir encargos imaginarios a cualquier precio. De fondo, dos taberneros. Un hombre que tiene reuniones con demasiados Jacques. Y una mujer que no para de tejer. Francia es el escenario principal de la novela. La Guillotina es un personaje más. Porque ella está ahí cada día, esperando nuevas vidas. Y cada día hay más y más acusaciones. La república, que termina en “o muerte” no acepta a ciudadanos que tengan mucho por lo que callar. Inglaterra, por su parte, se nos presenta como un lugar seguro a los exiliados de la república, esos ciudadanos que fueron ricos y ahora deben pagar con sangre. También nos dibuja un juicio. Uno en el que cierto chico, el señor Darnay, ha sido acusado de ser un espía francés. Menos mal que Sidney Carton y Stryver están ahí para bordar el papel de abogados. Todo puede tergiversarse, ¿sí? Bueno, entonces puede empezar el desastre.


 Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la ZONA SPOILER
 Aunque pueda resultar paradójico, Historia de dos ciudades es una de esas novelas que gustan más a medida que pasan las horas. Mientras la lees, parece una carrera. Una caza sangrienta en la que cada minuto cuenta. Porque es innegable que Darnay está hasta el cuello de mierda y, con él, Lucie. Pero cuando has terminado la novela, cuando todo empieza a calar… queda ese poso. Y no puedes dejar de pensar en la locura que has leído.

 Si hace unos años alguien me hubiera dicho que un libro así iba a ser de mis favoritos, me hubiera reído. Seamos realistas, es un drama sin precedentes que, joder, me ha dolido como mil putos demonios. Pero es que es brutal. No, mejor, desgarrador. Charles Dickens borda el papel de autor listillo, ese en el que nos va presentando a personajes que, ¡sorpresa, sorpresa!; luego tienen tanto protagonismo como los propios Manette, Darnay o Lorry. Tenían que haberse quedado en Inglaterra. Ajá, eso sería un buen resumen. Lorry advirtió a Darnay, hasta el doctor Manette lo hizo; pero nuestro chico tuvo que ser muy moralista, muy justo, y lanzarse contra las fauces del lobo. Se aparta de su mujer y su hija para hacer lo correcto. Ojalá no lo hubiera hecho. Mi personaje favorito del libro es Sidney Carton. Es una gran quimera, ese chico. Taciturno, casi muerto en vida, apenas atisba un poco de luz el día en que, sin saberlo, se enamora de Lucie. Ojo, porque no la avasalla ni la agobia. Acepta que se ha enamorado, que no es bueno para ella. Pero jura que hará lo que haga falta porque ella sea feliz. Y lo cumple. Me dolió. Me dolió muchísimo su suerte, sus decisiones y esa forma de cumplir sus promesas. Porque yo eso lo valoro mucho. Siempre digo que no hay que prometer nada que no pueda cumplirse. La vida ya está llena de putas decepciones, como para añadir unas pocas a la lista. Así las cosas, Dickens me rompió el corazón. Los Defarge me tuvieron preocupada. Si bien es cierto que al principio llegué a admirar la tenacidad de ambos, esa forma descarnada de aceptar la lucha y llevarla a cabo; no tardé en experimentar esa náusea que precede a las cosas terribles. La venganza es muy jodida. Hace que las personas perdamos el norte. Y eso es precisamente lo que hace de madame Defarge un monstruo. Casi la podríamos considerar una dama de hielo. La mujer vive por y para ejecutar hasta el último miembro de la familia Evermonde. Y no duda en pisar a cuántas y cuántos se interpongan en su camino. No os quiero destripar mucho más, porque sin deciros nada os lo he dicho todo. No, este libro es demasiado maravilloso para que yo os lo destroce. Cada personaje, incluso los despreciables, vale su peso en oro. Desde los que se asustan cuando ven la que se les viene encima, como los nobles.


Dura, trepidante y cargada de personajes que roban el aliento, Historia de dos ciudadeses, sin lugar a dudas, una de mis obras favoritas hasta el momento. Charles Dickens nunca decepciona, ¡no dudéis en darle una oportunidad!
Nota: 5/5