En una Andalucía postapocalíptica, los demonios han acabado con los ángeles y dominan el mundo. Su infierno se extiende prácticamente hasta la Tierra: los humanos no recuerdan la risa, la música, casi tampoco lo que es la esperanza. Pero los ángeles no abandonaron a los humanos a su suerte antes de morir. Dejaron atrás las gracias, adheridas a las almas de niños recién nacidos, en el momento en el que ellos dejaban atrás la Creación. Veinte años después de la caída del Cielo, los niños con gracias han crecido. Carmen hará lo que sea por proteger a su familia y vengar la muerte de sus padres... Incluso si eso significa enfrentarse a los demonios, aceptar su poder y enamorarse de su peor enemigo.
Este ha sido mi primer contacto con la pluma de Miriam Mosquera, y no miento si digo que se ha convertido, para mí, en una autora revelación. Me ha encantado su versión de los ángeles y los demonios, y la manera en la que esta historia de romance estaba ambientada en un mundo oscuro y bastante perverso. Todos los personajes me han parecido memorables y tridimensionales. Aunque Carmen es nuestra protagonista (una huérfana fuerte, dispuesta a hacer lo que sea por sus seres queridos pero muy reticente a hablar de sus sentimientos), el resto de la familia de los niños con gracias me ha encantado: todos son muy diferentes entre sí y completan la narrativa de manera perfecta.
Además, la historia de romance principal me ha FLIPADO (hay una secundaria que me genera mucha curiosidad). He subrayado muchísimos pasajes de este libro, y no me da vergüenza admitir que la mayoría son interacciones entre Carmen y Aleph. La contracubierta de esta novela no miente: este es un enemies to lovers de proporciones bíblicas, y las revelaciones del final me han dejado con la boca abierta. Miriam Mosquera sabe perfectamente cómo dejarnos con ganas de Todos los demonios del cielo, la segunda y última parte de la saga, que sale a la venta el 26 de septiembre.
Como broche final, tengo que decir que me ha encantado la Andalucía postapocalíptica que Miriam Mosquera pinta entre estas páginas. Se nota en cada descripción que es historiadora, y la ambientación mágica y distópica ha sido de mis cosas favoritas de esta historia. Su pluma es preciosa y sin duda me quedo con ganas de leer el final de esta saga y sus próximos proyectos.
Os lo recomiendo al cien por cien: ¡ojalá le deis una oportunidad!