Reseña #202. Días para morir en el paraíso, de Jaime Molina García

Publicado el 19 abril 2016 por Zeleza @AtardecBajoArbo

Días para morir en el paraíso


Editorial: Atlantis
Páginas: 250
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 978-84-945134-8-0
Precio: 17,00 €
Sinopsis
Nos encontramos en Antagón, en un futuro probable donde la contaminación ha vuelto tóxica la atmósfera. Las grandes compañías pelean por conseguir el monopolio de la comercialización del aire envasado. A la cabeza de ellas está el imperio construido por el misterioso magnate Volpi, pero su fallecimiento ha generado una tempestad de incertidumbre tanto para su empresa como para los consumidores. Por su parte, el agente Vidal acaba de ser reclutado por el Ministerio de Información. Su misión es desentrañar pequeños casos sin importancia, pero la soledad y el aburrimiento le llevarán a investigar más allá de lo debido. Un antiguo archivo le muestra una pista que no quiere dejar escapar: posiblemente el multimillonario Volpi siga vivo y esté preparando su próxima jugada en un lugar desconocido. Para localizarlo, Vidal deberá seguir las pistas que dejaron Renian –su predecesor en el cargo– y Antera, una ecoactivista que en el pasado fue confidente y amante de Renian. Para ayudarle, contará con la colaboración de Vanella, una androide enviada por sus superiores. Pronto Vidal descubrirá que todo cuanto creía real se construyó sobre una mentira y que para conocer la verdad tiene que estar dispuesto pagar un precio muy alto o renunciar, pero ¿es posible vivir dos vidas al mismo tiempo?
Reseña
Una más que interesante novela de ciencia ficción en un marco distópico y con capacidad para hacer reflexionar al lector.
Tal y como dice la sinopsis, la historia ocurre en Antagón. A día de hoy no sé si es un continente, un país o un planeta, ya que cuando habla sobre él me da la sensación de ser todos, pero bueno, me voy a decantar por una gran ciudad en un futuro probable de la Tierra. En este caso la contaminación atmosférica no es producto directo de una guerra o de una bomba nuclear. Me ha resultado interesante e imaginativo que su atmósfera tóxica se deba al proceso de purificar el agua que sí que se contaminó con sucesivas guerras y desastres que se llevaron de un plumazo el problema de la sobrepoblación. Una paradoja de lo más curiosa y que da que pensar: descontaminar agua para beber a cambio de una atmósfera que en cuestión de minutos te mata y que disminuye tu esperanza de vida años son solo unos segundos de exposición sin protección.Por supuesto, agua contaminada en el medio y aire completamente tóxico hace que en el planeta, en términos naturales, sea completamente inviable la vida. La sociedad mantiene una paz y un orden tan finos que cualquier cosa puede romperlos, por lo que el gobierno ha optado por la solución radical: controlar absolutamente todos los parámetros de la vida de una persona, desde saber qué enfermedades tiene hasta que ruta ha tomado para irse a casa.
En el libro hay dos historias, cada una con su propio narrador, y en dos planos temporales distintos. Mientras que en la historia del Vidal, un anodino funcionario del Ministerio de la Información, él mismo es el narrador, en las aventuras de Renian el narrador está en tercera persona. Renian es el predecesor de Vidal en su puesto de funcionario, que se ve envuelto en situaciones que lo sacará de su aburrida vida pero que puede costarle caro debido a Antera, una ecoactivista en favor del aire gratuito, y cuya meta es encontrar a Volpi. Vidal, por su parte, pasa a trabajar en el mismo puesto que Renian debido a la «desaparición» del mismo; todo es normal -y aburrido- hasta que pide los casos no cerrados de Renian, encontrándose con sus investigaciones. A partir de ese momento Vidal se ve envuelto en la búsqueda de Volpi y, a su vez, en la búsqueda de Renian, Antera y de sí mismo.
De manera general se suelen intercalar los capítulos de Vidal y Renian, que son muy cortos (47 en 250 páginas), y se da el caso -o a mí me lo ha parecido- que mientras que en la historia de Renian hay más acción, en la de Vidal es común que empiece con unas reflexiones muy interesantes y que no dejan indiferentes, como las consecuencias de los avances tecnológicos, la vida y la muerte en un mundo en el que te matan por unos minutos de aire, las dobles vidas, la probable robotización de la sociedad, lo que está dispuesta a hacer una persona por escapar de su monótona vida...Esto que he mencionado, por raro que parezca, le da una agilidad asombrosa al libro. Reflexiones y un misterio que resolver -o dos, si se tienen en cuenta las dos historias-, sumados a que los temas son cortos, dan la cantidad justa de información para que el lector necesite saber más, ya que, como es normal, las cosas se resuelven casi siempre en los inicios de los temas. Por supuesto también ayuda una escritura clara, nada complicada y exenta de florituras que hacen más mal que bien, y una atmósfera angustiosa muy bien trabajada.

«La vida seguía, nos decían los sucintos manuales de ética en las escuelas, y cada muerte no debía significar siempre una pérdida, sino que podía ser interpretada, de cierta forma, como una ganancia. Un ser humano menos con quien racionar el agua, con quien repartir el oxígeno. En efecto, podía mirarse desde esa perspectiva y la muerte ajena ya no sería considerada una tragedia, sino un mero automatismo, una forma de equilibrio a la que debíamos acostumbrarnos.»
Otra cosa que me ha llamado la atención del libro son sus descripciones sobre Antagón. En comparación con otros libros del género apenas tienen descripciones. ¡Pero es que es normal! Al fin y al cabo no hay naturaleza, no hay nada más que una tierra baldía y estéril, con casas que no son hogares y un sistema subterráneo para no tener que salir a la superficie. Por contra, cuando tiene que describir algo lo hace un exquisito estilo.Las descripciones de los personajes son, sobre todo, psicológicas. Me ha gustado mucho el detalle de hacer a los personajes humanos, con cambios en el estado de ánimo repentinos, con numerosas emociones... Aunque a veces puede chocar la frialdad de los personajes en determinadas situaciones.
De los personajes a mí quien más me ha gustado ha sido la androide Vanella. Me ha llamado la atención que lo que tiene de diferente este androide, bueno, ginoide, ya que es femenino, sea que está programada para sentir curiosidad. También el hecho que diga una cosa y que sus gestos expresen otra, lo que inquieta al protagonista. Posee una frialdad lapidaria en determinados momentos.Vidal y Renian me han parecido dos personajes más que correctos, si bien para mí es más rico en matices Vidal por los altibajos que tiene y las reflexiones que plantea. Antera es un personaje que no me ha dicho mucho, la verdad, 
A medida que se desarrolla la historia surgen giros argumentales con bastante asiduidad, provocados en mi opinión por el tipo de novela y la brevedad de los temas. Aunque sí que tengo que resaltar que el más grande, el que supone una revelación, sí que me lo olía desde el primer tercio del libro. Lo que no pude imaginar fue el final. Uno de esos finales tan abiertos que a mi me dan rabia, no por malos sino porque no sé cual es el verdadero. Pero obviando esto, es un final plausible con el libro pero que deja con más preguntas sin resolver que respuestas.
A modo de conclusión, esta es una muy buena historia de ciencia ficción con tintes de novela policiaca capaz de hacer reflexionar al lector sobre tema dispares, ágil y con una atmósfera que es capaz de atrapar al lector. Recomendada a los amantes del género que no quieran leer siempre sobre naves espaciales o guerras planetarias, o a aquellos que busquen una lectura con trasfondo.