Reseña #211. Operación Black Death, de Fernando García Pañeda

Publicado el 02 agosto 2016 por Zeleza @AtardecBajoArbo

Operación Black Death


Editorial: MeGustaEscribir
Páginas: 336
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788491123231
Precio: 23,90 €
Sinopsis
Verano de 1944. Monique de Bissy, una joven de la resistencia belga, ha logrado escapar de los alemanes y ha sido rescatada por la red de evasión Comète. Con un estado de salud precario, es acogida por Martín Inchauspe, un aristócrata de dudosa reputación, sospechoso de traficar con obras de arte expoliado por los nazis. Entre ellos pronto se forjará una conmovedora relación, fruto de una atracción irrefutable, que se verá azotada por la complejidad y la ambigüedad de las circunstancias, ya que nada ni nadie es lo que parece. Inmiscuidos en dos complejos entramados, el del contrabando de arte y el del armamento biológico promovido por los alemanes, finalmente deberán mostrar sus cartas y descubrir sus verdaderos propósitos. Por encima de un país empobrecido y necesitado bulle un mundo paralelo de lujo donde flirtean políticos, refugiados, militares, conspiradores, traficantes de arte, diplomáticos y espías, y que es descrito al detalle, con una prosa elegante que va zurciendo y desembrollando la trama con maestría, y que envuelve al lector en la atmósfera de la época.Reseña
Si tuviese que resumir el libro en una sola frase corta sería nadie es quién parece ser.
En esta ocasión traigo un libro ambientado en la Segunda Guerra Mundial, cuya acción principalmente está en una España empobrecida y muy castigada por la Guerra Civil. El mundo de la novela está alejado de la pobreza del momento, ya que todos los personajes tienen relación con la aristocracia, tanto local como alemana. Los ricos intentan ser todavía más ricos de múltiples maneras: siendo fieles al Tercer Reich, vendiendo materias primeras a los alemanes, espionaje o, directamente, contrabandistas de cualquier cosa. Pero no todo es malo. Aparecen grupos que intentan ayudar a los combatientes caídos o perdidos, como la Red Comète, y otras que intentan liberar a Europa de los nazis.Una de esas personas es una rebelde belga, Monique de Bissy, quien llega a la casa de Martín Inchauspe, un aristócrata español de dudosa reputación, en muy mal estado. A medida que Monique pasa tiempo con Martín se dará cuenta de cuál es su verdadera personalidad  a la vez que intima con la encantadora hermana de Martín, Ana Eugenia. Monique se verá envuelta en numerosos peligros que no solo tienen que ver las obras del expolio nazi... sino también con una guerra bioquímica.Llegada la hora de la verdad, ¿quién será fiel a quién? ¿Quién pensará en su beneficio y quién en el de los demás?
Estructuralmente, la narración tiene tres partes diferenciadas, si bien en el libro no hay división. En una primera, las 100 primeras páginas más o menos, se presentan todos los personajes -o casi todos- y sus relaciones con los demás; esta es una parte sobre todo descriptiva, donde el lector puede empezar a decantarse por su personaje o personajes favoritos o los que menos le agradan en función de cómo se comportan. En la segunda parte es donde empieza de verdad todo lo relativo al espionaje, al contrabando de obras robadas, etc., y donde los personajes nazifílicos cobrarán un mayor importancia. En la tercera y última parte ya habrá acción propiamente dicha, si bien nada de grandes gestas o macro batallas, pero sí que es una acción mucho más creíble y plausible.
Sin lugar a dudas la parte que ralentiza la lectura y la complica es la primera. No porque esté mal narrada, ni mucho menos, sino que hay una gran cantidad de personajes, varios de ellos sin ni siquiera relevancia en la historia. Esto hace que el ritmo sea lento, y más cuando empieza el «politiqueo» entre los diferentes actores.Esta parte mejoraría muchísimo, desde mi punto de vista, con un glosario comentando simple y escuetamente quién es quién.En la segunda parte, al desaparecer parte de los personajes y quedarse los que tienen un peso en la historia relativamente importante, todo se agiliza, ya que se conocen las relaciones entre los personajes -salvo aquellas que empiezan a descubrirse-.La tercera, en cambio, es una vorágine de acción, de situaciones distintas. Todo muy rápido, prácticamente sin descanso, y la parte que más disfruté, si bien el final de la historia principal me quedó un poco frío, ya que, a pesar de ser totalmente plausible y lógico si se piensa un poco, esperaba algo más por parte de todos los bandos. El final del libro, en cambio, me pareció correctísimo y bonito.

Familia vasca atendiendo a soldados aliados

-Cada cual lucha desde la trinchera que le ha tocado en suerte. Unos la tenemos mejor y otros peor. Todos los días le doy gracias a Dios por haber sido de los afortunados, y también le pido entereza para ser merecedor de esta suerte, para utilizar mis talentos con decencia y honor, para encajar con la misma entereza los reveses de la fortuna que puedan llegar.
Los personajes, como ya he comentado, son numerosos, así que voy a pasar un poco por encima. Si bien cada uno es muy «suyo», no hay que olvidar la frase que comenté al inicio: nadie es quién parece ser. Vamos, lo lógico en una novela de espionaje y contrabando. ¿Creéis que alguien en 1944 iba pregonando a los cuatro vientos que era un ladrón, un espía y/o un contrabandista?  Pues no.Todos los personajes están perfectamente definidos, sin una evolución más allá de los sentimientos que experimentan, obviando aquellos con doble vida. Me ha gustado bastante Alphonse, por cómo se la juega siempre, y Ana Eugenia, por su frescura, su forma de ser a pesar de vivir en esa época y, en definitiva, una mujer adelantada a su época.No tengo ningún personaje así al que «odie», aunque la mayoría de los nazifílicos no me han agradado mucho.
La narración. Si bien la primera parte es la espesa debido a los personajes, eso no le quita mérito. Está escrita de forma amena, clara y sencilla, respetando las formas de hablar y las expresiones de la época pero sin complicarse la vida, siguiendo esa máxima de «en la simpleza está la elegancia». A medida que pasan las páginas el lector se sumerge de lleno en la historia, aunque a mí me costó más de 70 páginas (en mi caso fue una especie de zambullida en un día frío; primero despacito, poquito a poco, para acabar tirándome de cabeza).En cuanto a las descripciones, se da más preferencia por las relaciones entre los personajes que a los escenarios, notándose sobre todo en los viajes de los personajes a través de España: Al principio sí eché en falta una descripción mayor del terreno, quizás para diluir un poco la presencia de los personajes, pero en cuanto llegó la acción como tal lo agradecí muchísimo.
Me ha llamado poderosamente la atención que haya tres formas de conocer detalles de la historia, si bien al principio es bastante raro. Una es la normal, a través de la narración. Otra es a través de conversaciones telefónicas, representadas por los nombres en mayúsculas. Y una tercera, a la que hay que prestarle una atención mayor si se quiere intentar sacar conclusiones antes de que aparezcan, son los informes de espionaje que aparecen por los capítulos; estos informes dan más de una pista más que interesantes para el devenir de la historia.
¿Qué «peros» hay que ponerle a la novela? Quitando el inconveniente de la gran cantidad de personajes al inicio y, quizás, la necesidad de un glosario, no tengo ninguno. Los personajes me han parecido muy reales, sin elementos extraños que hagan pensar que son algo más que hombres. Pero sí me gustaría señalar la parte de la guerra bioquímica. Quizás, y solo quizás, desarrollarla un poco más habría mejorado lo que ya hay, si bien es cierto que para ello habría que ampliar el número de páginas.
A modo de conclusión, una novela interesante, con una temática no tan super explotada, ágil, amena y envolvente sobre todo a partir de la mitad de la narración. Perfecta para amantes de las novelas conspiratorias, sean del tipo que sea.