Cada monstruo con su tema
Editorial: Atlantis
Páginas: 254
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788494615412
Precio: 17,00 €
Sinopsis
El mayor monstruo al que se enfrenta el ser el humano habita en su interior. El hombre es un lobo para el hombre... y para sí mismo. Todos los protagonistas de los relatos de Cada monstruo con su tema se ven enfrentados a extrañas y extremas circunstancias que pondrán a prueba su verdadera identidad. Las situaciones vividas les obligarán a cambiar... a transformarse. A veces de forma moral, a veces físicamente. Es imposible determinar hacia qué lado se inclinará la balanza. Una mosca que se enamora de una humana; un acosador que, involuntariamente, se convierte en el héroe de la que iba a ser su víctima; unas niñas cuyo pasatiempo es el canibalismo; o una empresa que convierte la vida de la gente aburrida en un explosivo cómic, son algunas de las sorprendentes historias que encontraréis en este libro. Los monstruos o los villanos, por muy malos u horribles que sean, nunca saben que lo son. En sus historias son, sencillamente, los buenos... Y en Cada monstruo con su tema encontraréis esas historias.
Reseña
Una interesante antología que permitirá ver cara a cara a nuestros propios monstruos.
No soy muy dado a la temática terror, la verdad. No suelen ser lecturas -o películas- que me agraden, pero cuando Javier Chavanel (que es guionista, director de cortometrajes premiados en festivales internacionales y nacionales, además de haber ayudado en la realización de series como «Los misterios de Laura» o «El secreto de Puente Viejo») se puso en contacto conmigo, su obra me llamó la atención. No sabría decir si por la portada, si por la sinopsis que me dejó con ganas de saber de qué iba... No lo tengo claro, pero algo me dijo que lo leyese. Y no me defraudó.
En esta reseña tenemos un tipo de libro que no solemos presentaros: las antologías de relatos, 11 en este caso. Estos 11 relatos, de temática a caballo entre el terror y la fantasía con unos toques de humor ácido, muestran diferentes escenarios e historias, sin conexión entre ellas, pero con algo en común: los monstruos.Y no son monstruos como Drácula, Alien, el hombre lobo, Freddy... los que aparecen. No. Son unos monstruos más habituales, más reales. Son las propias personas cuando viven situaciones críticas, situaciones límites. Nuestra verdadera cara cuando la situación nos sobrepasa. Y sobre eso gira este libro. Como dice la sinopsis, algunos cambian de forma moral, pero a veces se cambia físicamente.
No son relatos de miedo tradicionales, como pueden ser los de Stephen King. Aquí hay otro tipo de terror al que quizás no estemos acostumbrados: el uso del miedo como medio para contarnos algo. La meta de estos relatos, por lo menos a mí me lo ha parecido, es hacer pensar y reflexionar al lector y no tanto el pasar miedo. Relatos como «Afán de superación», en el que una mosca se enamora de una humana que intenta matarla, o «La carne del héroe», donde un acosador pasa a ser un héroe, o «Un chico en su salsa», en la que a unas niñas les va el estilo caníbal, no dan miedo como tal, pero si uno se imagina la situación sí que es imposible que un escalofrío te recorra la columna.
La verdad es que es una lectura amena y relajada, con la ventaja de ser muy dinámica debido a que las historias son muy dispares. Se nota que la pluma no le es desconocida, ya que no es fácil mantener el nivel en todas las historias. Lo que sí he notado es que hay bastantes frases que pertenecen al refranero español, algo que no es malo ni mucho menos, pero que en mi caso hubiese preferido dejarlo un poco más de lado.Como es comprensible, las descripciones de los escenarios pierden fuerza en detrimento de la propia historia de los «monstruos», ya que importa más qué hacen o piensan que en dónde están.
Tengo que reconocer que al inicio me costó engancharme a él, pero que cuanto más leía más ganas me daban de seguir. A modo de conclusión, una antología más que interesante para los amantes del terror y el terror psicológico, en la que podremos mirar cara a cara a nuestros monstruos.