Reseña #267 - Sueños de piedra

Publicado el 21 febrero 2017 por Modusleyendi

¡Hola, angelitos! Como podéis ver, no soy Lady Moustache, lo cual ya se me hace incluso un poco extraño, quizá tanto como a vosotros. ¡Sí, sigo viva! Y os traigo la reseña de esta preciosidad de libro, que ya veis en el título. Así que, allá que vamos:

Autoras: Iria G. Parente, Selene M. Pascual

Sinopsis: Érase una vez un reino muy, muy lejano donde un príncipe premió a un mago por ayudar a rescatar a una joven en apuros.
Encantador. Lástima que nada de esto sea verdad.
En realidad, el príncipe sueña con gloria y venganza; el mago, con que sus hechizos no sean siempre un desastre y la joven en apuros, con huir de un pasado que la atormenta... y del recuerdo del hombre al que ha matado.
Érase una vez...

Llevo con ganas de leer este libro desde poco antes de la fundación del mundo, me parece a mí (más bien, desde que las autoras hablaron de él, si no me equivoco, en el festival Celsius hace un par de años). Salió el libro a la luz en septiembre del 2015, pasó tanto tiempo y, milagrosamente (de hecho, sigo sin saber cómo lo hice), yo seguía sin tener apenas spoilers (y digo "apenas" porque tenía solo uno, pequeñito, y porque me lo soltó sin querer un amigo). El caso es que cuando salió, ni siquiera sé ya la razón por la que tardaba tanto en comprarlo, porque la trama me seguía llamando a gritos y cada vez que pisaba una librería, fuera sola o acompañada, me ponía ojitos de cordero para que lo comprara. La ironía es que al final lo compré por Amazon, pero bueno.

Finalmente, me llegó a casita y, aunque me tocó esperar a que acabara los exámenes, la espera valió la pena.


La historia da comienzo con Arthmael, el príncipe de Silfos y futuro rey... de no ser por la aparición súbita de un hermano bastardo mayor reclamando lo que hasta entonces pertenecería a Arthmael y el rey, para contentar a los nobles, lo nombra hijo legítimo y, por consecuencia, futuro heredero del reino. Por supuesto, Arthmael no se lo puede creer y decide embarcarse en una aventura digna de héroes para hacer que su padre esté orgulloso de él y vuelva a nombrarle su heredero.

Por otra parte, Lynne está harta de la vida que lleva en el prostíbulo de Lord Kenan, que la encontró en la calle con apenas 14 años y, prometiéndole techo y comida, la introdujo allí. No es la primera vez que pretende huir, pero lord Kenan mantiene a las chicas allí contra su voluntad y las obliga a trabajar cada noche. Por ello, Lynne apuñala a Kenan y huye de la vida que hasta entonces llevaba.

En el camino hacia sus destinos, a la salida de la ciudad, Lynne y Arthmael se conocen y sus diferentes formas de ser chocan desde un primer momento. Entonces conocen a Hazan, un aprendiz de hechicero que está convertido en una rana que habla y busca una cura para su hermana enferma, por lo que necesita llegar a una Torre de Hechicería.

Lynne siempre ha querido ser mercader, como su padre y Arthmael busca aventura y fama, salvar damiselas y convertirse en héroe para recuperar la corona; de modo que ambos deciden acompañar al joven hechicero en su búsqueda. Y, damas y caballeros, que comience la aventura.

Sueños de piedra es una historia que se te graba en el corazón no solo por la increíble, espectacular y, sobre todo, fantástica trama que narra sino también por la enseñanza que conlleva. Cuenta una historia de lucha por alcanzar sueños, perseverancia, aventura y, cómo no, amor. Es una historia de superación personal,una historia que muestra que el amor no es renunciar a tus sueños, amor no es depender de una persona, no es renunciar a lo que eres y no es posesión.

Pero, junto a eso, el punto fuerte de esta novela son los personajes, y sobre todo, su evolución. (Y si hasta ahora me estaba conteniendo el fangirleo, lo siento mucho, pero aquí ya no me aguanto).

Arthmael al principio es engreído, egoísta y aunque tengo visto que la mayoría lo odia, tiene ese toque que me gustaba ya entonces (qué le voy a hacer, ese tipo de personajes me encantan), a excepción de un hecho, que me quitaba el gusto y me cortaba el rollo totalmente: era machista a más no poder.

[Las mujeres] no sabéis nada de la vida [...] Vosotras no tenéis preocupaciones. No debéis decidir nada más allá de qué vestido poneros. Y mientras, los hombres movemos el mundo, por si no te habías dado cuenta. ¿Quién gobierna? ¿Quiénes os mantienen? ¿Quiénes os dan un techo?" [págs. 44-45].

(En ese momento, estaba yo ya tipo *bofetada is coming*).

Lynne, en cambio, es feminista a tope (y discute mucho, muchísimo, con Arthmael respecto a esto -un ejemplo es el fragmento de arriba-) y aunque puede aparentar lo contrario, tiene un montón de inseguridades (con razón).

Y, bueno, Hazan es una monada de chaval al que quiero adoptar. En serio. Muy en serio, es mi bebé. De hecho, ya me estoy muriendo por hacerme con Títeres de la magia.

A pesar del hype que le tenía (que era mucho, y cada vez más), no me he decepcionado para nada. La lectura de Sueños de piedra fueron puros feels, infartos, risas, lloros, y la muerte cuando leía en el bus (o, peor, en clase) y me tocaba intentar controlarme y los caretos que ponía en el intento (según una amiga). ¡Y, oh Dios mío, el epílogo! Mira, de recordarlo ya estoy casi llorando de la emoción otra vez.

Sin duda es una lectura que recomiendo muchísimo y que se ha ganado un gran pedazo en mi corazón (y me agotó los post-it, de hecho).

¿Y vosotros lo habéis leído? ¿Os gustó? ¡Decidme en los comentarios y nos leemos!

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