Jason, hijo de ¿Zeus?, es un líder nato que no recuerda nada, absolutamente nada, de su vida pasada. Debería reconocer el mundo en el que se ha metido, pero no lo hace. Debería saber que tiene una novia, pero no. Debería conocer a su mejor amigo, pues tampoco… Valiente y leal, Jason se ha convertido en el sustituto perfecto de Percy Jackson de esta novela.
Piper, hija de Afrodita, tiene más poderes de los que ella misma sabe. La han mandado a un internado para niños difíciles por robar, pero ella nunca ha robado. Solo pide las cosas y se las dan; así de sencillo, así de fácil. La persona a la que más quiere es su padre, que lleva desaparecido dos días y no puede hacer nada por él. Y ahora, así por las buenas, le dicen que es hija de la diosa del amor. Cómo si no tuviera bastantes problemas. Por último, Leo. Con el mismo sentido del humor que Percy, Leo está maldito. Su madre murió en un incendio, oye a las máquinas como si fueran personas y puede crear llamas de la nada. Nunca ha entendido lo que le pasa, pero ahora tendrá todas las respuestas. No esta maldito, solo es hijo de Hefesto -que a efectos prácticos es lo mismo.Esta vez nuestros héroes deben salvar a Hera, la reina de las diosas, de las garras de un enemigo que desea que el caos impere en el mundo. A la vez tienen que descubrir que le ha pasado a Jason para perder la memoria, rescatar al padre de Piper de los terribles gigantes y averiguar dónde esta Percy Jackson antes de que lo haga Annabeth y lo mate. Otra carrera contrarreloj que nuestros jóvenes héroes deben superar para salvar el mundo sin ayuda -deja que me sorprenda- de ningún dios. Contado cada capítulo por un personaje, Riordan nos vuelve a introducir en el Campamento Mestizo y nos revela más secretos de los dioses griegos de los podríamos imaginar. Sentido del humor, aventura y personajes maravillosos, ¿qué más necesitáis?¿Qué os ha parecido? ¿Lo leeréis? Dejádmelo todo en los comentarios y nos vemos en el próximo post.