Reseña #346. Victoria, de Rafael Marín

Publicado el 26 julio 2019 por Zeleza @AtardecBajoArbo

Sinopsis

Hemos dado la vuelta a toda la redondez del mundo. Hemos dado la vuelta y esa es la verdad, como no hay otra. Hemos sido los primeros y el precio que pagar han sido tres años de fortunas y calamidades, de crueldad y valentía, de hermanos muertos y amigos traidores. De Sanlúcar zarparon cinco navíos y más de doscientos cincuenta hombres. A Sanlúcar hemos vuelto una sola nao malherida, la Victoria, y dieciocho fantasmas. Así de cara es la tarifa de la gloria.

Hemos podido demostrar que navegando hacia poniente se podía llegar a las islas del oriente para explorar sus tesoros de clavo y canela, y que continuando la ruta se podía regresar al punto de partida. Nadie ha realizado antes, en la historia, semejante proeza.

Quienes nos sigan lo harán sabiendo que tuvimos el honor de ser los primeros en circundar la Tierra y vivir para contarlo.

RAFAEL MARÍN recrea el viaje de exploración iniciado por Magallanes y culminado por Elcano, en una novela de aventuras fiel a la historia que contaron los supervivientes de la hazaña, interpretándola para las sensibilidades lectoras de quinientos años después.


Una de las obras que más me han sorprendido en los últimos años.

El viaje de Magallanes y Elcano. ¿Quién con un mínimo interés por la historia no ha escuchado nunca esta hazaña? Vale, no te sabes el itinerario que siguieron, pero sabes qué supuso: la confirmación de que la Tierra es redonda -eso que se empeñan en destruir en 2019- y el inicio de la globalización. Para mí siempre ha sido "el viaje", pero desde que vi el subtítulo de esta novela creo que es mucho más adecuado. Odisea.

El lector realizará el viaje junto a los barcos que salieron de Sevilla con destino a la Islas de las Especias (las Islas Molucas, archipiélago indonesio) de la mano de Antonio de Pigafetta, noble veneciano y uno de los 18 hombres, de los 265 iniciales, que aparecieron junto a la nao Victoria tres años después de su partida, cuando se les daba por muertos. Cuento esto porque es una novela histórica y cualquiera que haya investigado algo el viaje de Magallanes sabe la historia: el precio que pagamos por tan magnífico género es que es más que posible que se conozca el final.

Pigafetta, quien es el narrador de la obra, nos muestra toda la narración desde su punto de vista, sus sentimientos e impresiones, desde la inmensidad del océano para alguien que no era marinero hasta la belleza femenina después de meses, sintiendo como propios tanto los encontronazos que tenga con distintos personajes como las dichas que le acaezcan. Notaremos la desesperación de partir con 265 hombres y alimento para 2 años y conocer que mucho está adulterado, el enfrentamiento con los nativos, el abatimiento por la muerte de gente importante y la propia consciencia de que su fin parece estar cerca, pero también el ansia de aventura, de riquezas, el odio y el amor.


"Tuvimos miedo, del primer al último hombre, en las cuatro naos supervivientes. Tuve miedo yo, a pesar del frío y la humadad que me calaba los huesos. Tuvo miedo Enrique el malayo, que había vivido tantas tormentas en tantos mares que se había imaginado a salvo de este tipo de muerte. Tuvieron miedo los capitanes, y los pilotos, y los pajes, y los grumetes. [...] Y tuvo miedo Magallanes: se le notaba en la tez enverdecida, en los ojos hundidos y la mirada febril, [...]. Miedo a la muerte o miedo al ridículo, eso ya no lo sé. Miedo a hundirse y hundirnos, ahora, por la imprudencia de dejar el santuario profanado de Puerto San Julián y lanzarnos de nuevo a navegar. Miedo al castigo divino de aquella maldición del cura abandonado en tierra que parecía habernos augurado, Miedo al miedo. "

Todo esto lo ha llevado el autor de forma magistral desde la primera página hasta la última. Su pluma, culta y precisa, reproduciendo las expresiones de la época, hace que el lector no pueda separarse de sus páginas, por mucha palabra que actualmente no pertenece a nuestro vocabulario. Es capaz de crear una atmósfera completamente tangible de cada situación que ocurre, desde lo más nimio a lo más importante. Personalmente, sentir la sed y el hambre de esos marineros como si fuese la propia mía me impactó. Y si la aderezamos con una narración ágil y dinámica, para nada plana ni aburrida, pues tenemos una obra que hay plantearse leerla sí o sí.

Además, se nota la documentación, el inconmensurable trabajo que hay detrás. Ha construido una novela a caballo entre la biografía novelada y la de aventura. Se ha basado para crearla en la obra de Antonio de Pigafetta, aportando su propio estilo y calidad literaria para crear una obra que es, con todo el respeto, más didáctica que estudiar en el instituto/ universidad este viaje mediante un texto.

Sobre los personajes, realmente prefiero en esta ocasión dejar que el lector se sorprenda con ellos. Que conozca a Magallanes, a Elcano, al propio Antonio, a nobles, a nativos... y que sea el propio lector quien decida de qué parte ponerse, si lo que hacen está bien o está mal.

Y, sobre todo, responder a una pregunta que yo me hice: ¿compensaron tantas penurias para acabar hoy en día prácticamente olvidada esta hazaña por sus propios compatriotas? Siempre me acuerdo de la conmemoración que hacen cerca de la playa de Streedagh (Irlanda) por el naufragio (26 de septiembre de 1588) y muerte de más de 1500 tripulantes de tres buques de la mal llamada Armada Invencible, mientras que en España prácticamente ni se conoce la Gran Armada. Una pena que no valoremos nuestra historia.

Podría hablar mucho más de ella, pero hay que recordar que es bastante corta (350 páginas) para una novela de este tipo, así que aquí me voy a quedar ya que no le he podido sacar pega alguna desde mi punto de vista.

En conclusión, una novela recomendada encarecidamente a todo amante de la novela histórica y a todo aquel que disfrute con una narración de calidad. Ojalá se le de la oportunidad que se merece.