Reseña #44: llévame a cualquier lugar

Publicado el 24 abril 2015 por Alaluzdelasvelas

RESEÑA #44: LLÉVAME A CUALQUIER LUGAR
¡Hola a tod@s! J

 ¿Qué tal fue ayer vuestro día del libro o Sant Jordi? J ¿Muy animado? ¿Recibisteis muchos libros? ¿Alguna rosa? Yo por mi parte estoy más que contenta. Siguiendo con la tradición, tuve una rosa que está fresquita en un jarrón pequeñito y un libro. Y… es en inglés. Sí: por fin voy a leer en inglés (¡¡brindis virtual!!).  Contadme en los comentarios qué tal fue vuestro 23 de abril J

Ficha técnica


Título: Llévame a cualquier lugar   Autora: Alice KellenEditorial: Plataforma EditorialNúmero de páginas: 362ISBN: 9788416096862Precio: 15,90€Sinopsis Blake y Léane no son las dos piezas de un puzle destinadas a encajar, ni siquiera se gustaban cuando el concurso anual de periodismo de la universidad los puso en el mismo punto de salida.
Él valora sus sueños por encima de cualquier cosa y no dejaría el camino hacia la meta, por una aventura que sabe a ciencia cierta que no durará. Ella posee un acento francés con la capacidad de volverlo loco y su encanto natural parece reflejarse en los ojos de su mayor    contrincante.
Cuando el calor de la atracción entra en su punto álgido, el frío de la realidad les muestra que los caminos más largos, a veces deben realizarse con alguien que te sostenga de la mano.
Mi opinión Léane es una estudiante francesa en la universidad de Reading – un centro que acoge a montones de extranjeros de los distintos países europeos cerca de la capital de Inglaterra –. Dado que sus padres no cuentan con demasiados ingresos, decide participar en el concurso de periodismo. El ganador, tras cuatro reportajes, el último de los cuales deberá ser improvisado, se alzará con la victoria y una sustanciosa cantidad de dinero en metálico.  La competencia es algo muy importante y su mayor oponente es un chico arrogante con las ideas muy claras. Blake. Ese chico que quita el hipo, que disfruta de la vida al momento y que, ¡cómo no!, ni se plantea algo serio con una chica.  Alice Kellen, con una pluma dulce, fresca y sin exceso de descripciones, nos sumerge en una divertida y dulce historia de amor, cargada de tensiones, comentarios mordaces y algún que otro drama. Blake se fija en que Léane, pese a estar en su primer año de carrera, tiene muchísimo potencial. Durante la celebración de su entrada en el concurso, se encuentra con ella y Adam, su mejor amigo y compañero de piso (además de Ryder, un chico que de verdad es un circo con patas). ¿Quién iba a decirle a Blake que su amigo acabaría por enamorarse de la mejor amiga de Léane?Y, lo que es más importante, ¿cómo va a sobrevivir a las continuas disputas que mantendrá con Léane? Y ahora… Bienvenidos a la Zona Spoiler El carácter de ambos protagonistas me ha dejado maravillada. Son tan fuertes, tan sincerosSus comentarios mordaces, cuyo único propósito es hacer que el contrario se hunda, me hicieron reír a carcajadas.  Admiro muchísimo a Alice Kellen por la relación tan real, tan humana, que ha confeccionado. Los personajes son casi palpables y se comportan de forma perfectamente normal: se hacen cortes de manga, no tienen reparos en demostrar que no se soportan y se hacen el vacío más absoluto el uno al otro con la única intención de seguir con sus propias vidas. La falta de obsesión, tan típica en la novela romántica juvenil, hizo que la novela fuera maravillosa.  Cuando Blake regala bombones llenos de picante a Léane y esta, como venganza, le roba las llaves del coche intuí que algo iba a cambiar entre ambos. La forma como él empieza a necesitar estar cerca de ella, la falta de rechazo por parte de ambos… Estaba con el corazón en un puño, esperando que llegara el gran momento… y llegó, ¡vaya que si llegó!, en la piscina. Aquí quiero recalcar que, de nuevo, me encanta la forma como Alice Kellen ha tratado el tema: es ella quien se lanza, no él.  La supuesta relación de sólo-sexo, por supuesto, no se sostiene. Ella empieza a implicarse demasiado en su vida: ve más allá de su fachada de chico perfecto, conoce a su madre, a su hermana, a su padre… Y él sabe exactamente cómo se siente ella con sólo mirarla. Si hay algo que no me ha gustado– no podía ser todo perfecto, ¿verdad? – es la poca relevancia que se le da al concurso que inicia la novela. Podría haberse explotado muchísimo más, haberle dado una vuelta más… me dejó un poco fría.  Tampoco me convencieron los grandes espacios de tiempo que se dan entre unos sucesos y otros. Cuando leo una novela contemporánea lo que quiero es una línea de tiempo clara y, sintiéndolo mucho, en este libro encontré demasiados saltos temporales que alguna vez consiguieron descolocarme.  El final, por su parte, fue simplemente perfecto. Creo que hacía tiempo que no leía un epílogo que me convenciera tanto y, lo que es más importante, que me dejara con una sonrisa enormemente estúpida en los labios.

Con todo Llévame a cualquier lugar es una novela preciosa, con montones de momentos divertidos y unos comentarios mordaces que harán de esta dulce historia de amor nos deje con una sonrisa en los labios.
Nota: 4.25/5
Citas
(…)  Sin embargo, durante el segundo año, volvió a enamorarse – lo de enamorarse Adam lo llevaba en los genes, era casi inevitable –. En esa ocasión la afortunada fue Shui Naoko, una estudiante japonesa. Salieron durante siete meses. Shui medio vivía en nuestra casa, no había forma de echarla – probamos todo tipo de técnicas, desde indirectas sutiles, pasando por hacerle pequeñas putadas, hasta terminar paseándonos desnudos por el comedor. Por ni por esas –. Se adueñó de nuestra comida, tardaba horas en ducharse e incluso intentó cambiar la decoración de la casa porque odiaba a mis queridas plantas. (…)
(…) ¿En serio la gente tenía flechazos como quien coge un resfriado? Por descontado, a mí Cupido me odiaba profundamente, porque mi relación con Nathan seguía tan estancada como siempre. (…)
(…) No se le puede enseñar a un gato a escribir, no se le puede exigir a un perro que vuele utilizando las orejas a modo de alas, ni por ende, albergar esperanza de que Blake consiga entender algo, por sencillo y simple que sea. Su mente no era una esponja, sino una pared de acero que se encargaba de no permitir que penetrase ningún tipo de información útil. Así eran las cosas, no había más. (…)
(…)-¿Vas a desvelarme el secreto de los caramelos? -No, es algo personal – dije –. Y además, es una tontería sin importancia. -Me encantan las tonterías. Ya sabes, esos pequeños detalles que siempre pasan de largo; creo que esconden la verdadera esencia de una persona. (…) <<Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta>>, Sam Keen.
(…)