Reseña #50 Enemigos de Esparta | Sebastián Roa

Publicado el 11 noviembre 2020 por Carmen

Título: Enemigos de Esparta
Autor: Sebastián Roa
Año de publicación: 2018
Editorial: Ediciones B
Nº de páginas: 583

El libro del que hoy te hablo llegó a mí como regalo en el cumpleaños más raro que he tenido en mi vida. Y es que yo nací un 15 de marzo, por lo que me tocó “celebrarlo” estrenando estado de alarma y confinamiento domiciliario. No me quejo porque vivir así tu cumpleaños no es nada comparado con otras situaciones a las que nos ha empujado el covid-19. Digamos que siempre quedará como una anécdota.

A pesar de que lo tengo desde marzo, entre unas cosas y otras, no ha sido hasta octubre cuando por fin me he puesto con él. Y tengo que decir que no me ha gustado tanto como esperaba, aunque también es cierto que esperaba que me gustara muchísimo. Te cuento.

Prómaco, un joven mercenario (mitad tracio, mitad tebano), llega a Atenas después de haber perdido al amor de su vida, Veleka. Ella, una noble tracia, escapó con él y le acompañó hasta donde se encontraba el ejército espartano, al que Prómaco pidió unirse. Pero esa misma noche, Veleka fue secuestrada y Prómaco quiere venganza. Para ello, se unirá a un grupo de tebanos exiliados en Atenas que quieren acabar con Esparta y recuperar la democracia.

Lo que me ha resultado más interesante de este libro es que, por primera vez, me encuentro a Esparta convertida en la gran villana. No es que tenga un bagaje de lecturas históricas de esta época bestial, pero sí tengo esa imagen heroica de Leónidas y sus 300, por lo que este planteamiento me resultó muy curioso. Y la verdad es que la Esparta que el autor dibuja aquí, en la que ha pasado un siglo desde la batalla de las Termópilas, no es muy digna de gloria.

Al final del libro, el autor aclara qué hay de cierto y qué licencias se ha tomado para escribir esta novela. Y lo que te encuentras al final es que, 100 años después, los que habían luchado por la libertad ahora oprimían a otros pueblos y los que se pusieron de parte de los que planeaban oprimir son ahora los que pelean por la libertad. En todo esto, se mezclan personajes reales como Pelópidas, Epaminondas o Platón, con otros que no lo son, como el propio Prómaco. En mi opinión, todos los personajes de esta novela son interesantes y se nota el cuidado que el autor a puesto a la hora de darles forma, ya fuera utilizando lo poco que se sabe de ellos o creándolos desde cero. Tampoco puedo poner pegas en este sentido.

Donde sí creo que el libro flojea es en la narración de las escenas de las batallas. Creo que, a diferencia de lo que ocurre con los libros de Javier Negrete, aquí se cuentan las luchas de una forma más poética y algo menos visual. Digamos que cuesta un poquito más imaginar ciertas cosas. No es, ni mucho menos, un impedimento para disfrutar de la lectura, pero sí que se nota. Eso sí, al final del libro hay un glosario de varias páginas con algunos de los términos que aparecen en el libro y que pueden crear confusión, cosa que se agradece sobre todo al principio. Luego vas cogiendo el ritmo y reconociendo algunas palabras y ya cuesta menos.

Las razones por las que no me ha gustado tanto como esperaba, además de porque las expectativas son así de traicioneras, son dos. Por un lado, el tiempo. Sé que es como debe ser para encajar los hechos con los acontecimientos históricos, pero pasan muchos años entre lo que ocurre con Veleka y la resolución de todo eso. Y eso da pie a que, por momentos, la cosa se enfríe un poco. Tanto que es el propio Prómaco el que empieza a tener dudas que te acaba contagiando. Por otro lado, hay momentos en los que, de golpe y porrazo, la historia da un salto hacia adelante y en dos líneas te cuentan como acabó una batalla o algún otro momento de tensión. Te quedas pensando que habría sido mejor poder “verlo” tú mismo/a que esa breve explicación que recibes. Esto pasa varias veces y creo que es lo único de lo que realmente puedo quejarme de este libro.

Así que lo que te diría es que “Enemigos de Esparta” es una buena novela histórica, entretenida, en la que tienes que trabajar un poco con la narración para “ver” lo que te está contando, pero que merece la pena leer por ver esa otra cara de Esparta y por conocer a una Tebas distinta a la que daba soporte a los persas. Y ojo a la sorpresa final con respecto a la narración, que yo no esperaba para nada y que puede dar otro sentido a toda la historia.

En resumen…
– Lo mejor -> Por primera vez, me encuentro con un retrato distinto de Esparta.
– Lo peor -> Esos saltos en los que te “pierdes” algún que otro momento interesante.
– ¿Lo recomiendo? -> Sí, sin duda.

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