Reseña #54: harry potter y la orden del fénix
Publicado el 28 agosto 2015 por Alaluzdelasvelas
RESEÑA #54: HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FÉNIX
¡Hola a tod@s! J Volvemos a la rutina, chic@s. En vistas de que el martes empieza septiembre – no lloréis, no lloréis… Ya queda menos para Navidad –, he decidido que el blog va a recuperar el ritmo de siempre: entrada todos los viernes (
a no ser que algún día tenga cosas que hacer y la suba el sábado o el domingo, pero, vaya, que no creo). Esta vez os traigo la quinta parte de una saga que me está encantando. Y diréis “hace mil años que lo leíste”. Sí, bueno, una vez más: perdonad mi evidente caos. Por cierto… ¿Os habéis fijado en algo? Si miráis a vuestra derecha, en el marco de seguidores… ¡¡VERÉIS QUE SOMOS 201!! ¡¡201!! ¡¡Un millón de gracias a tod@s, en serio!! Sin vosotr@s este blog no sería nada JFicha técnica
Título: (Harry Potter 5) Harry Potter y la Orden del FénixAutora: J.K. RowlingEditorial: SalamandraNúmero de páginas: 896ISBN: 9788498383621Precio: 15,00€SinopsisLas tediosas vacaciones en casa de sus tíos todavía no han acabado y Harry Potter se encuentra más inquieto que nunca. Apenas ha tenido noticias de Ron y Hermione, y presiente que algo extraño está sucediendo en Hogwarts. En efecto, cuando por fin comienza otro curso en el famoso colegio de magia y hechicería, sus temores se vuelven realidad. El Ministerio de Magia niega que Voldemort haya regresado y ha iniciado una campaña de desprestigio contra Harry Potter y Dumbledore, para lo cual ha asignado a la horrible profesora Dolores Umbridge la tarea de vigilar todos sus movimientos. Así pues, además de sentirse solo e incomprendido, Harry sospecha que Voldemort puede adivinar sus pensamientos, e intuye que el temible mago trata de apoderarse de un objeto secreto que le permitiría recuperar su poder destructivo.Reseñas de libros anteriores(HarryPotter 1) Harry Potter y la piedra filosofal(HarryPotter 2) Harry Potter y la cámara secreta(HarryPotter 3) Harry Potter y el prisionero de Azkaban(HarryPotter 4) Harry Potter y el cáliz de fuegoMi opinión Si bien Harry vive un verdadero episodio traumático con el retorno de Voldemort, la vida transcurre con aparente normalidad. Dumbledore no se interpone en lo que a la rutina veraniega respecta: Harry debe volver a Privet Drive, con su odiosa familia algo que para el chico se convierte en un castigo. ¿Qué chico de quince años quiere pasar el verano intentando ver en las noticias algún episodio fuera de lo normal, cualquier indicio de que Voldemort ha empezado a sembrar el pánico? Una de las veces que espía a sus tíos, Vernon y Petunia, mientras ven las noticias, éstos le pillan y le reprenden con la dureza a la que ya se ha acostumbrado, así que decide ir a un parque no muy lejos de la casa, un lugar en el que Dudley se dedica, junto con sus amigos matones, a torturar a niños más pequeños que él. Como no puede ser de otra manera, su primo aparece con sus amigos y Harry, cada vez más enfadado y frustrado por la sensación de abandono – ¿por qué no le han escrito sus mejores amigos, Ron y Hermione? ¿Y por qué Dumbledore no le explica qué diablos está pasando? ¿Qué hay de todo lo que ha aportado el joven durante cuatro años al mundo mágico? –, decide provocarles. Lo que no sabe es que, tras las provocaciones, los amigos de Dudley se irán y aparecerá la conocida sensación de frío que precede a la aparición de los dementores. Estos se ciernen sobre su primo y Harry, olvidando las normas de la comunidad mágica, usa su patronus para deshacerse de ellos. Entonces llega la confusión: ¿por qué la anciana vecina que se ha quedado con él montones de veces le dice que Dumbledore va a enfadarse mucho con un mago que tendría que estar vigilándolo? La llegada a casa se convierte en un verdadero drama: tío Vernon insiste en echar a Harry de casa, algo que tanto su hijo como su mujer desean, sin embargo, tras la llegada de una lechuza con el anuncio de la expulsión de Harry de Hogwarts, Petunia recibe un vociferador y dictamina que, pase lo que pase, Harry permanecerá en el número 4 de Privet Drive.¿Qué demonios está pasando? J.K. Rowling, por quinta vez consecutiva, ha conseguido no sólo que me quede con la mandíbula desencajada y los ojos abiertos como platos, sino que con esta quinta entrega las risas, las sonrisas y las emociones han ido acompañadas de lágrimas, frustraciones y verdadero odio. La trama se vuelve seria de un modo completamente palpable. Nuestros tres magos protagonistas ya no son niños pequeños, son personas muchísimo más maduras, que se enfrentan a retos cada vez más complicados Mientras se considera la expulsión de Harry, llegan una serie de magos– entre ellos Ojo Loco Moody y Tonks – que le piden que recoja sus casas para partir hacia el cuartel de la Orden del Fénix. Harryaccede todavía desconcertado por lo que ha acontecido en un período tan corto de tiempo y descubre con estupor que el cuartel es la antigua casa de los Black, una casa venida a menos que Sirius, su padrino, ha heredado de su difunta madre, con todo lo que ello conlleva. La familia Weasley – a excepción de Percy – junto con Hermione, Lupin, Kreacher – el odioso elfo doméstico de la familia Black – y los otros magos de la orden, esperan con muchas ganas la llegada de Harry… aunque sólo sus amigos saben lo enfadado que está porque nadie le haya contado nada durante tantísimo tiempo. Una aparente rutina teñida de momentos álgidos se apodera del cuartel para los tres amigos, Fred, George y Ginny. Las sospechas, junto con las especulaciones, se convierten en el eje que regirá sus vidas durante las últimas semanas de verano. Lo que ninguno de nuestros protagonistas puede imaginar es que ese año en Hogwarts pasarán demasiadas cosas para las que, tal vez, no estén del todo preparados. Y ahora… Bienvenid@s a la Zona Spoiler Quiero recalcar dos cosas. La primera es que no concibo cómo J.K. Rowling ha podido crear una historia tan sumamente cargada de pequeños detalles sin olvidar un solo de ellos. La segunda es que, si bien no suelo adorar a todos los personajes que nos pintan de “buenos”, en esta novela he adorado aún más a Ron, Hermione, Harry, Neville, Fred y George. Sé que es un poco prematuro, pero, sin duda, para mí siempre serán los mejores de la saga. Como cada año en la escuela de Magia y Hechicería Hogwarts, el puesto de profesor de Defensa contra las artes oscuras está vacante. ¿Cuál será la sorpresa de Harry al ver sentada en la silla de la mesa de profesores a Dolores Umbridge, una de las brujas pertenecientes a la orden de Wizengamot? – Algo que sabe gracias a su visita al Ministerio de Magia para saber si se quedaba o no en el colegio –. La mujer se muestra de lo más repelente desde el primer momento: quiere dejar clara la influencia del Ministerio en Hogwarts, aunque lo peor es la poca preparación con la que instruye a los alumnos y es que el Ministro cree que alumnos como Harry, bajo la influencia de Dumbledore, pretenden crear un ejército en su contra (no me digáis que ese hombre no está enfermo, por favor) ya que… ¿Quién narices se cree que Voldemort, el Señor Tenebroso, ha regresado? Harry empieza a ver cambios no sólo en la actitud de sus compañeros– se preguntan cómo murió Cedric Digory, por qué Harry sobrevivió y por qué El profetadice que todo lo que Harry y Dumbledore dicen es mentira –, pero no es eso lo que le inquieta. ¿Por qué parece que Dumbledore le evita? ¿Qué ha pasado con ese hombre, el que ha sido su confidente durante cuatro años de su vida? ¿Y Hagrid? ¿Por qué la profesora Sprout le sustituye en la asignatura de Cuidado de criaturas mágicas? Las cosas se van de madre poco tiempo después de empezar el curso: Umbridge somete a continuas evaluaciones a todos los profesores y castiga brutalmente a Harry por insistir en que Voldemort ha vuelto y que sus clases no sirven para nada. ¿Y por qué se va de madre? Umbridge se declara Suma Inquisidora de Hogwarts, algo que hace que tanto Harry como Ron y Hermione empiecen a investigar a fondo qué diablos está pasando pero una noche, antes de Navidad, Harry sueña que es una serpiente que se arrastra hasta Arthur Weasley, mordiéndole y dejándole inconsciente. El basilisco de Voldemort. Voldemort. Sus sueños. ¿Qué relación hay? Dumbledore, haciendo caso omiso de su anterior rechazo hacia el chico, aunque con cierto recelo, indica a Harry que deberá asistir a clases de oclumancia– un arte mágico que consiste en el bloqueo mental – con Snape. Esta parte se me antojó francamente interesante. Llevo desde que empecé la saga con la mosca tras la oreja en lo que a este mago respecta. Se nos dice que perteneció a los mortífagos, sin embargo Dumbledore se fía ciegamente de él. ¿Por qué entonces, me pregunto, odia tanto a Harry? Las clases con Snape, como es evidente, no resultan de gran ayuda para nuestro joven mago, sin embargo un día, cuando Draco Malfoy va a buscar al profesor de pociones, Harry entra en el pensadero que Dumbledore ha dejado para Snape y descubre toda una serie de recuerdos escabrosos. James Potter, junto con Lupin, Sirius y Peter, eran algo así como unos matones – al menos así lo entiende Harry – que se dedicaban a hacer la vida imposible a Snape, un chico inadaptado demasiado obsesionado con la clase de Defensa contra las Artes Oscuras. ¿Y qué puede sacar en claro de ahí? ¿Por qué de golpe su padre, James, le parece un matón de poca monta como lo es Draco Malfoy? Podría pasarme horas hablando del libro, con todas las dudas que me fueron asaltando, con todo lo que sentí y, sin embargo, todo lo que pueda decir no alcanzaría para que supierais lo mucho que me ha gustado. Son casi 900 páginas – una suma bastante intimidante – y, pese a que he tardado lo mío en leerlo, no puedo decir que haya una sola página de relleno. Cada página, cada párrafo, cada palabra… hacen de Harry Potter y la Orden del Fénix una verdadera maravilla literaria. Me gustó mucho que Harry plantara cara a todo el Ministerio con las reuniones del Ejército Dumbledore, me maravilló ver como se enamoraba poquito a poco de Cho para después llevarse un gran chasco y me fascinó el cómo, pese a ser pillados, Hermione puso nombre y apellidos a la chivata, la mejor amiga de Cho, con su hechizo– uno que se rompe al dejar de guardar el secreto de las reuniones –. Me pareció realmente chocante que Umbridge estuviera lo suficientemente enferma como para formar una Brigada Inquisitorial, pero me pareció aún peor que se coronara Directora con la partida de Dumbledore al hacerse responsable de la organización creada por Harry, Ron y Hermione. Como podéis imaginar, la cosa se sale de todos los márgenes en ese momento. La brutalidad de Umbridge, sólo aplacada por los profesores y alumnos como Fred y George – después de lo que hicieron los adoré más si es que eso es posible –; se torna algo difícil de contener hasta el punto de que una noche tanto Harry, como Hermione son pillados mientras nuestro protagonista intenta hablar con Sirius. Kreacher, cuando aparece en la chimenea del cuartel de la orden, le dice que Sirius se ha ido. Os juro – y yo no suelo jurar – que odio a esa mujer. ¿Cómo puede haber alguien tan sumamente asquerosa como Dolores Umbridge, por el amor del cielo? La mujer no tiene reparos en coaccionar a Neville, Luna, Ginny, Ron, Hermione y Harry, junto con su estúpida Brigada Inquisitorial, para que le den una información que ellos ni siquiera poseen: el paradero de Dumbledore. Por suerte, Hermione es más lista y engaña a la mujer llevándola al bosque y entregándola a los centauros; pero en ese momento la noche no ha hecho más que empezar. Me destrozó el final del libro. Quiero decir: me maravilló ver la complejidad de la trama, el cómo el pasado de Harry, irremediablemente unido al de Voldemort, le rebotó en las narices; sin embargo lo que hizo Bellatrix… La odio tanto o más que a Dolores Umbridge. Simplemente la odio. La conversación entre Dumbledore y Harry fue realmente trascendental, algo que en parte se podía intuir, pero que, de todos modos, es fascinante.Con todo, Harry Potter y la Orden del Fénix es una novela mucho más compleja que sus predecesoras. Aunque la trama se cuece a fuego muy lento, J.K. Rowling no nos aburre en ningún momento, regalándonos, junto con su prosa exquisita, momentos desternillantes, tiernos y tristes. Me muero por leer la sexta parte… el final cada vez está más cerca.Nota: 4.5/5Citas(…)-¿Son médicos? – le preguntó a Ron en voz baja.-¿Médicos? – repitió Ron con asombro –. ¿Esos muggles chiflados que cortan a la gente en pedazos? No, son sanadores. (…)(…)-Son estos…, ¡ay!..., zapatos que me regaló mi hermano… ¡Uy!... Se me están comiendo los…, ¡AY!..., pies, mire, deben de tener algún…, ¡AAAY!..., embrujo, y no puedo, ¡UUUY!, quitármelos – dijo saltando con un pie y luego con el otro, como si bailara sobre brasas ardiendo.(…)
(…)-¡Feliz Navidad! – exclamó George –. Pero no bajéis hasta dentro de un rato.-¿Por qué? – Preguntó Ron. -Porque mamá está llorando otra vez – contestó Fred con gravedad –. Percy le ha devuelto el jersey de Navidad. -Sin ninguna nota – añadió George –. No ha preguntado cómo se encuentra papá, ni ha ido a visitarlo ni nada.-Hemos intentado consolarla – prosiguió Fred, y rodeó la cama para ver el cuadro de Harry –. Le hemos dicho que Percy no es más que un montón de excrementos de rata podridos. -Pero no ha funcionado.(…)
(…)-Sólo los muggles hablan de <<leer el pensamiento>>. La mente no es ningún libro que uno pueda abrir cuando se le antoje o examinarlo cuando le apetezca. Los pensamientos no están grabados dentro del cráneo para que los analice cualquier invasor. La mente es una potencia muy compleja y con muchos estratos, Potter, o al menos así son la mayoría de las mentes.(…)
(…) George bostezó y miró desconsoladamente el nublado cielo nocturno. -Me parece que no quiero ver ese partido. Si Zacharias Smith nos gana tendré que matarme.-Querrás decir que tendrás que matarlo a él – lo corrigió Fred con firmeza.(…)
(…)-Lo bueno de crecer con Fred y George es que acabas pensando que cualquier cosa es posible si tienes suficiente coraje – dijo Ginny con aire pensativo.(…)
(…)-Hermione – dijo Ron con voz contenida e indignada –, ¿quieres hacer el favor de dejar de regañar a Harry y escuchar a Binns, o voy a tener que tomar yo mismo apuntes?-¡Pues podrías tomar apuntes, para variar, no te morirías!(…)
(…)-¡Esto es genial! – intervino Ron, emocionado –. ¡Tú tienes la culpa de todo, Harry, mi madre no podrá acusarme de nada! ¿Me dejas que se lo diga? (…)
(…)-De hecho, tu incapacidad para comprender que hay cosas mucho peores que la muerte siempre ha sido tu mayor debilidad.
(…)