Si este libro fuera un cuadro, sería uno de Edward Hopper. Si conocéis su obra, sabréis a qué me refiero. Si no, os lo resumo: llena de decadencia, soledad y una sensación de desasosiego impresionante, pero también preciosa. Aunque este libro aparece en goodreads dentro de la categoría de ciencia ficción, más bien parece una clásica ficción literaria que nos mandarían leer en la carrera.
Cuando empecé Liquidación pensé que me adentraría en una historia de zombis y contagiados. Nada más lejos de la realidad. En esta novela seguimos de manera discontinua la narración de Candace, huérfana y oficinista. Graduada de lo que ama y trabajando de algo que odia para pagar las facturas mientras que su verdadera pasión, la fotografía, pasa a un segundo plano en su vida. Llena de dudas sobre su propio talento y conformista con lo que le ha tocado vivir. Vamos, una millennial cualquiera. Este libro me ha tocado de cerca en muchos aspectos, creo que lo he leído en un momento de mi vida en el que me puedo identificar mucho con la protagonista. No suelo leer novelas así (simplemente porque no me coincide sentirme identificada con los problemáticos personajes de mis amadas fantasías de tropecientasmil páginas), pero me ha hecho querer buscar más dentro del género. Desde luego, a Ling Ma la voy a seguir leyendo escriba lo que escriba. Además, tiene uno de los mejores prólogos que he leído nunca, la prosa de esta autora me parece de diez 🤩🤩🤩.
Últimamente me están gustando estas reseñas en las que os hago una lista de temas tratados para que veáis si os puede interesar la novela, así que allá vamos. Aquí os encontrareis conversaciones sobre:
-La destrucción generada por el capitalismo y la dificultad de salir del circulo que nos atrapa en él, siendo nosotros parte del proceso y de la máquina.
-La artificialidad del turismo y romantización de ciudades en el imaginario público.
-La adaptación de tradiciones centenarias a la era del consumismo.
-El pasado y cómo nos afecta. La memoria y la fiabilidad de los recuerdos que nos persiguen.
¿Es el mejor momento para leerme un libro donde se usa la premisa de una enfermedad infecciosa para elaborar sobre la destrucción generada por el capitalismo, la decadencia de la rutina y el triste futuro de la vida millennial? Pues mira no, pero me gusta sufrir: cinco estrellas.