Reseña #67: lejos de las sombras

Publicado el 11 junio 2016 por Alaluzdelasvelas
RESEÑA #67: LEJOS DE LAS SOMBRAS¡Hola a tod@s! J
 Tenía que haber subido entrada ayer. Lo sé  y, cómo no, lo siento, pero, bueno… estaba KO y no quería ni oír hablar de coger el portátil. Ahora que por fin me he puesto a ello, aprovecho para comentar que, una vez más, no habrá Wrap Up. ¿Y por qué? Sólo leí entero un libro del cual, para más inri, ya tenéis la reseña en el blog. Sí, se trata de Su lado oscuro. Haced clic aquí si queréis ir a echar un ojo. Así que, sin más dilación… ¡Dentro reseña!
Ficha técnica


Título: (Luz y sombras 2) Lejos de las sombras   Autora: Alice RaineEditorial: GrijalboNúmero de páginas: 256ISBN: 9788425353819Precio: 15,90€Precio formato electrónico (Kindle): 7,95€SinopsisDespués de adentrarte en Su lado oscuro, descubre ahora las sombras que envuelven a Nathan y Stella en la segunda novela de la serie más sensual de la temporada.Stella es interiorista, una mujer segura de sí misma, acostumbrada a ver cumplidos sus deseos. Por eso acude al Club Twist, un lugar de encuentro para personas que desean explorar la sexualidad más prohibida. Allí es donde Stella conoce al exitoso arquitecto Nathaniel Jackson.Firme, dominante y tremendamente apuesto, Nathan podría ser el amor con quien ella ha fantaseado a solas durante meses. Por su parte, él ve en Stella a una sumisa con ganas de aprender. Los primeros encuentros confirman su impresión inicial pero, a medida que la relación avanza, el sexo más salvaje se mezcla con momentos de luminosa ternura para los que ni Nathan ni Stella estaba preparados...Hay hombres capaces de acelerarte el corazón con una mirada. Hay mujeres que pueden cambiarte la vida. Hay sombras que solo el amor puede disipar.Hay historias que te atrapan desde la primera página.Esta es una de ellas.Mi opinión Nathan Jackson es un hueso duro, muy duro, de roer. Hermético, implacable… letal. Una persona que no quiere mantener contacto visual, que está totalmente centrado en su trabajo – la arquitectura – y cuya única constante en la vida es su hermano, Nicholas. Bonito estaría que a nuestro chico malo le plantaran delante de sus narices a una dulce florecilla… ¿o no? Stella, una interiorista de primera, está harta de las relaciones insulsas; esas en las que el sexo bien podría programarse de forma mensual, en las que las conversaciones son, cuanto menos, soporíferas.Tiene que hacer algo y tiene que ser ya.Y vaya si lo hace. Rellenando el formulario de inscripción del Club Twist, punto de encuentro para relaciones de lo más peculiares, se entrevista con David Halton, dueño del local, y se propone como sumisa. Sí, como sumisa. Stella, la chica que quiere poder ceder todo el control en el ámbito de lo íntimo, la chica dulce que quiere explorar “su lado oscuro” y es que, amigas y amigos, nuestra interiorista tiene unas ideas muy desactualizadas de lo que es una relación explosiva. Ya os comenté en mi anterior reseña que había quedado prendada del estilo de la autora y, en esta segunda entrega puedo decir que Alice Raine no me ha decepcionado. He podido conocer muchísimo mejor al que en la primera parte de la saga se convirtió, sin quererlo ni saberlo, en uno de los personajes más difícilessobre los que he tenido en honor de leer. ¿Y por qué “difícil”? Bueno, si estáis familiarizadas y familiarizados con mis gustos literarios sabréis que jamás pierdo la oportunidad de leer acerca de una buena evolución. Objetivo localizado: Nathan Jackson.  Nathan no tiene ningunas ganas de conocer a la tal Stella, el proyecto de sumisa recién descubierto por el magnate del mundo del sexo, David. El hombre le promete algo sencillamente espectacular, pero nuestro protagonista tiene sus reservas. ¿Qué puede haber de especial en una chica más? Oh, bueno, pues lo hay. Desde el principio, se nos muestra el flaqueo que siente en su presencia, como su mantra, <<Yo tengo el control>>, se ve quebrado por esa chica de apariencia dulce e inocente. El contrato llega rápido: sexo de fin de semana. Ella deberá llamarle “señor” en el ámbito íntimo, él tiene el control absoluto. Nada de sentimientos, ni un solo romanticismo. Bien lejos las falsas esperanzas, las promesas y las expectativas.Ahora bien, ¿quién dice que una relación meramente sexual es sencilla?  Y ahora, bienvenid@s a la Zona Spoiler Me gustaría empezar destacando lo que, para mí, ha sido un punto de inflexión respecto a la anterior novela. Aquí no se nos habla sólo de la noche, la luz tiene un papel muy importante. Escenas centradas en las tardes, los amaneceres y las mañanas. Luz más allá de la oscuridad que guarda la mente de Nathan. Sus recuerdos, todos ellos retorcidos, son un toque realmente exquisito para una novela de estas características y es que, aunque pueda sorprenderos dado mi rechazo hacia los clichés– siempre y cuando carezcan de justificación –, me ha gustado mucho poder comprender la “lógica ilógica” de sus razonamientos en lo que a una relación se refiere. Su padre era un maldito cerdo que bien merecía que le extirparan los órganos genitales y se los metieran en la boca. ¡Hala, ya lo he dicho! Y su madre tres cuartos de lo mismo. Por Dios que yo jamás permitiría que un cerdo de las características del señor Jackson pusiera una sola mano encima a nadie a quien yo considere mi familia.  Durante las primeras semanas de “relación”, Stella empieza a coger confianza con Nathan. Le sorprende que, pese a lo autoritario que es, siempre mire por su seguridad– y, por añadidura y lógica a la temática, de su placer –. Tal vez sea un poco descabellado por mi parte, pero no considero que haya ninguna escena excesivamente fuerte.Me explico. Cuando habla con ella para explicarle su tendencia al bondage y a la dominancia no excesiva, pensé que pasarían por la novela muchos más… instrumentos. Sin embargo, a excepción de una mención prácticamente aislada y un látigo de colas cortas que usa un par de veces, no hay nada. Nada. Cero. Y eso no es necesariamente malo – tampoco quiero echarme a temblar de horror leyendo, gracias –, pero sí desconcertante tratándose, efectivamente, de una relación dominante-sumisa.
 Volviendo a la historia, el entrenamiento da paso a un segundo nivel y es que, poco a poco, tanto él como ella empiezan a sentir algo más que ganas hacia el contrario.Esto viene a ser meramente intuido por la persona que lee los pensamientos de ambos protagonistas, un acierto por parte de la autora, pero sólo se ve realmente confirmado al final de la novela. Cuando las cosas, ¡cómo no!, se ponen feas. Una de mis escenas favoritas, sin duda, es la que transcurre en el gimnasio. Antes de que me tachéis de pervertida, quiero que me escuchéis (leáis). Me gusta la visceralidad de la situación: como él construye una montaña de un granito de arena.Yo soy la persona más impuntual que podáis echaros a la cara – desde hace relativamente poco, todo sea dicho – y, qué queréis que os diga, me parece excesivo que Nathan se enfade tantísimo con Stella por unos minutos de tardanza. Si a mí se me castigara cada vez que llego tarde… en fin, me habría quedado sin culo, fijo. A este problemilla, debemos añadir que la chica comete el error de asentir.Sí, sí, de asentir. Nathan Jackson, el chico que no soporta que Stella le prive de su voz. Disfuncionalidad, ¡adelante! El castigo es, ciertamente, severo. Las barras de dominadas son un calvario y esta vez sí que hablo desde la experiencia. Por Dios, yo a lo sumo consigo subir tres veces y quedarme colgada cual mono feliz unos dos minutos – en un día bueno –. Entonces, digo yo, ¿no es de cajón suponer que la chica va a ver ceder sus dedos? Solución: atarla con una cuerda de saltar. ¡Olé, olé y olé! En fin. Me abstengo de opinar al respecto.¿Y por qué hablo de visceralidad, entonces? Cuando ella ve que ya no puede más y que la cuerda, más que ayudar, lacera, se lo dice. Y él, para sorpresa de todo el mundo, la ayuda. Pero lo mejor no es eso, no… lo mejor es que luego la trata con un mimo, como poco, siniestro. Ahora te trato mal, ahora te cuido… ahora me enfado, ahora me arrepiento. Un vaivén de emociones que desconciertan a ambos protagonistas, pero que a mí, sencillamente, me han maravillado.  Mi última aportación va a hacer referencia a dos aspectos fundamentales para Nathan: el contacto visual y su hermano.Creo que hay una muy buena base respecto a éste primer punto y es que Alice Raine se ha documentado muy bien en las secuelas que puede producir el abuso paternoy materno, porque quien no ayuda es cómplice, amigas y amigos –. El hecho de que Nathan no pueda mirar a nadie a los ojos porque su padre le privó de algo tan esencial y ahora, sencillamente, le resulta incómodo… chapó.  El final de la novela es lo referente a Nicholas.No hablaré más de él, porque tenéis una reseña entera en la que él es protagonista, pero sí diré que me ha gustado mucho ver cómo Nathan cambia de forma abrupta el chip al ver su lamentable estado; no tanto como Stella tiene que vivir esa situación. Me muero por hincarle el diente a la tercera entrega y, sinceramente, ¡debéis leer la saga!Con todo, Lejos de las sombrases una segunda parte maravillosa. Con unos protagonistas de lo más pintorescos y una prosa deliciosa, nos adentraremos en la retorcida mente de Nathan Jackson, conociendo, poco a poco, a una Stella que dista mucho de ser dulce. El final deja las puertas abiertas a la que, sin duda, será una tercera parte genial.Nota: 4.5/5Citas

(…)-Piensa como un boy scout – dijo Kenny con una sonrisita, pero yo no entendía nada. ¿Qué tenían que ver los boy scotus con la depilación? Al ver mi desconcierto, Kenny se echó a reír y explicó –: ¡Hay que estar siempre preparado! – exclamó con un guiño mientras me empujaba hasta la puerta para que me fuera al centro de estética.(…)
(…) Me desperté con una sonrisa en los labios. Una de esas enormes, de las que te dividen la cara en dos, te separan al máximo las comisuras de los labios y te forman arrugas junto a  los ojos.
(…)