Ediciones Pàmies / 978-84-15433-94-1
Con trece años, Johnny Merrimon tiene que enfrentarse a situaciones que ningún chico de su edad debería afrontar. En el año transcurrido desde la desaparición de su hermana melliza, Alyssa, su mundo se ha venido abajo: su padre les ha dejado y su frágil madre se encuentra inmersa en una espiral de autodestrucción. Pero Johnny se mantiene fuerte. Provisto de un mapa, una bicicleta y una linterna, acecha a todo hombre fichado por abusos en el Condado de Raven. La policía puede que haya renunciado a encontrar a Alyssa, pero él nunca lo hará. Alguien, en algún lugar, sabe algo y lo está ocultando...
Solo una persona se preocupa por Johnny: el detective Clyde Hunt, que comparte su obsesión por el caso. Pero cuando el chico es testigo del atropello y muerte de un motociclista, e insiste en que la víctima fue asesinada porque había encontrado a Alyssa, incluso Hunt cree que ha perdido la cabeza.
Entonces otra niña desaparece... y un exconvicto misterioso y gigante, que parece psíquicamente perturbado, llega a su pueblo repitiendo como un mantra: "No hay cuervos, no hay cuervos..." y le cuenta a Johnny una historia de violencia que se remonta a cien años atrás...
Cuando la editorial me ofreció No hay cuervos, no lo dudé, su sinopsis me atrajo por completo y ya ni hablar de esa portada tan llamativa y la frase que resume la historia..., este libro tenía que caer en mis manos.
Era la primera novela que leo de John Hart y puedo decir que voy a continuar con sus libros porque merece, y mucho, la pena.
Todo el mundo sabe (y si no lo sabes lo vuelvo a decir ahora) que me encanta, no, mejor dicho, adoro la novela negra, las policíacas y los thrillers, así que como ya supondrás, esta novela no me ha decepcionado. Y lo mejor es que como no había leído ninguna reseña, no tenía ningún tipo de expectativas.
Cabe destacar, que uno de los aspectos que menos me gustan se trata de cuando hay niños de por medio, es muy duro leer sobre algo así, sobretodo ahora que soy madre. Aunque en este caso el escritor ha sabido llevar la historia de una manera casi impecable.
No hay cuervos trata sobre el caso del secuestro de Alyssa, una niña de 13 años. Todo el mundo la da por muerta, no hay pistas y a los únicos que parece importarle es al detective del caso, Clyde Hunt que parece está obsesionado, y el hermano gemelo de Alyssa, Johnny. Y realmente llega a parecer que Johnny hace todo el trabajo para la policía mientras ellos están de brazos cruzados, ayudado por su mejor amigo, Jack Cross, hijo de un policía compañero del detective Hunt.
" [...] Se dio cuenta muy pronto que no había ningún lugar seguro: ni el jardin trasero, ni el parque, ni el porche de la entrada o la calle tranquila que bordeaba un extremo de la ciudad. No había ningún lugar seguro ni nadie que le protegiese.
La infancia era una ilusión."
No hay cuervos se estructura en un prólogo, 62 capítulos cortos y muy rápidos de leer y un epílogo. Con muchas sorpresas y giros que te hacen dudar de tus propias conclusiones; y he de reconocer que no le ha faltado ni una página más.
Narrado en tercera persona por un narrador omnisciente, desde el punto de vista de varios personajes, hecho que permite conocer mejor a los personajes y todos los puntos de la historia, describiendo con mucho mimo y cuidado, las localizaciones y las escenas, todo muy bien detallada.
Como novela negra es muy completa, nos encontramos con desapariciones, asesinatos, sus respectivas investigaciones policiales y no policiales y un reparto de personajes de lo más variopintos, todos tienen algo que contar profundizando en cada uno de ellos, ya sean principales o secundarios.
"- ¿Qué esperabas? - preguntó Yoakum.
Miró hacia el techo bajo, a la zona que servía de suelo al comedor, al fondo del edificio.
- Un golpe de suerte, para variar.
La suerte no existe; ni la buena, ni la mala."
Clyde Hunt no se trata sólo de un personaje atormentado, va mucho más allá. Esa obsesión por el caso de Alyssa ha hecho que haga peligrar su trabajo y ha roto su familia.
Y Johnny, ese niño de tan sólo 13 años que ha tenido que crecer de golpe, no deja de buscar a su hermana y haciéndose cargo de sí mismo y en parte de su madre que se ha sumido en la depresión y el abismo de la pérdida.
"- Este es el sitio. - Dio un paso atrás.
- El sitio donde colgaron a esa gente.
- Eso fue hace mucho tiempo.
- Este lugar había de muerte, Johnny. No deberíamos estar aquí.
- No dejes volar la imaginación.
- Ya es demasiado tarde."
No hay cuervos no tiene un ritmo rápido al principio ya que el autor aprovecha para ponernos en situación y presentarnos a los protagonistas, y hasta la mitad no parece que suceda gran cosa, luego el ritmo se vuelve intenso y entonces es imposible poder parar. Y lo mejor es que no te puedes esperar nada, todo es imprevisible, cuando crees que estas atando cabos... un suceso te trastoca y tienes que volver a las suposiciones. Y cuando llega el final... a parte de quedarte con la boca es para quitarse el sombrero señores, excepcional y sobretodo imposible de sospechar.
Una novela que te atrapa y que una vez coge carrerilla
es imposible dejar de leer.
Prepárate para suponer y sorprenderte.