Reseña #78: fangirl

Publicado el 25 febrero 2017 por Alaluzdelasvelas
RESEÑA #78: FANGIRL
¡Hola, hola, hola! ¿Qué tal todo? ¿Una semana de las buenas? Ya tocaba, ¿eh? Bueno, quiero avisaros de que esto es una entrada programada. Para cuando esto se suba, yo estaré por ahí haciendo un poco el cabra. Sí, este fin de semana toca fiesta a tope. Venga, no me juzguéis… un descansito no hace daño a nadie.  Intentaré pasarme por vuestros blogs el domingo – no lo prometo, porque a lo mejor no me puedo levantar de la cama, pero sí puedo prometeros que lo intentaré –. Y ahora…   ¡Dentro reseña!
Ficha técnicaTítulo:FangirlAutora:Rainbow RowellEditorial: AlfaguaraNúmero de páginas: 512ISBN: 9788420416601Precio: 16,95€Sinopsis Cath y Wren son gemelas idénticas, y hasta hace poco lo hacían absolutamente todo juntas. Ahora están a la universidad. Wren le ha dejado claro que no piensa compartir habitación con ella. Para Wren es una oportunidad única de empezar de cero y conocer gente. Para Cath no es tan fácil. Es terriblemente tímida. Su único mundo es ser fan de Simon Snow, donde ella se siente a gusto, donde siempre sabe exactamente qué decir y donde puede escribir un romance mucho más intenso que cualquier cosa que haya experimentado en la vida real. Sin Wren, Cath se siente completamente sola, fuera de su zona de confort. Tiene una compañera de cuarto antipática, siempre acompañada de su atractivo novio, un profesor de escritura que piensa que el fan fiction es el fin del mundo civilizado, un guapo compañero de clase, que sólo quiere hablar de palabras# Y además no puede dejar de preocuparse por su padre, que es amoroso y frágil y nunca ha estado realmente solo. Ahora Cath tiene que decidir si está dispuesta a abrir su corazón a los nuevos amigos y a las nuevas experiencias, y se está dando cuenta de que hay mucho más que aprender sobre el amor de lo que nunca creyó posible.
Mi opinión Cath es una gran seguidora de la serie de libros Simon Snow. Tanto es así que está escribiendo su propio fanfiction y… ¡es famosísimo! Montones de personas esperan cada día a poder leer la nueva publicación de nuestra protagonista, esos escritos en los que el romance se desarrolla entre Simon y Baz.Su vida se basa en escribir y seguir escribiendo sobre personajes ya creados, modificando comportamientos, romances, situaciones… Esto, sumado a su estrecha relación con su hermana gemela, Wren, y la alocada mente de su padre es todo lo que Cath necesita. Como ya sabemos, la vida da miles de vueltas y la llegada de la universidad se convierte en un punto de inflexión para las gemelas. Wren no quiere compartir habitación con Cath. Quiere vivir la experiencia universitaria desde cero. Conocer gente nueva, experimentar, crear nuevos recuerdos en los que no aparezcan ni Simon ni Baz. Pero para Cath todo eso no son más que tonterías. Ella quiere que todo sea como siempre. No quiere ir de fiesta, no quiere emborracharse. Sólo quiere dar vida a sus personajes del alma. Alojada en una residencia diferente a la de su hermana, conoce a Reagan, su compañera de habitación. A primera vista parece una chica dura, de esas que sólo quieren salir y volver para dormir, con un carácter inaccesible y una personalidad de hierro. Conocerá, además, al chico que siempre está con ella, Levi. Todo sonrisas, todo amabilidad. Un perfecto caballero cuya mayor ambición es regentar un rancho. Ninguno de los dos le interesa a Cath. Puede que su única motivación sea, a fin de cuentas, asistir a la clase de Escritura creativa, pero… ¿será realmente suficiente? Rainbow Rowell, la autora que todo el mundo adora. La autora sobre la que sólo había leído un libro y me quedé más bien tirando a indiferente. Retiro todo lo dicho. Es grande, esta mujer. Con una historia que a primera vista es poca cosa, logra arrancar sonrisas. Pero no cualquier tipo de sonrisas, no. Esa sonrisa que nace por la dulzura que inspira algo que es bonito, algo que es tierno que, sencillamente, nace. Una sonrisa que se queda hasta el final, transformándose a veces en una carcajada, a veces en un mohín triste. Una sonrisa que vale la pena. Como la historia. Como Cath. Como Reagan. Como Levi. Como Simon. Y como Baz. La primera clase de Escritura creativa le vale para conocer a Nick, un chico con el que empieza a escribir,  a medias, una historia las noches de los martes y jueves. Sin embargo, algo que deja a Cath sin palabras es la nueva personalidad de Wren: sólo quiere pasarlo bien, dejar de lado todo lo demás. Considera a su hermana una aburrida, una friki que sólo se preocupa de escribir sobre Simon y sobre Baz. Y tal vez sea cierto, pero Cath sabe que, en el fondo, su hermana sólo ha perdido el norte. La relación con Reagan se va volviendo sólida poco a poco. Nuestra protagonista descubre que no es tan mala como parece. Pero no sólo eso. Levi, ese chico que siempre sonríe, que siempre se toma las cosas con humor… es bastante mono. Una noche, cuando Cath decide ayudar a Levi a estudiar leyendo en voz alta el libro Rebeldes, sucede algo que cambiará por completo la vida de nuestra protagonista. Porque tal vez sus historias sobre Simon y Baz sean importantes, pero… ¿qué hay de todo lo que está pasando en la vida real?
 Y ahora… Bienvenid@s a la Zona Spoiler Me gustaría decir que el romance entre Levi y Cath es pasional y desgarrador, pero estaría mintiendo. No es un romance basado en el deseo, ni siquiera en la mera atracción. Es un amor que se va consolidando muy poco a poco, con pequeños pasos por parte de ambos. Una historia en la que se ve la inseguridad de Cath, el miedo a las primeras veces… un amor en el que, como siempre, hay malentendidos y reconciliaciones; y es que, cuando esa noche Cath besa a Levi o Levi besa a Cath, todo se pone patas arriba. Para ella ha sido más que un simple beso pero, ¿y para él? Sólo hay una forma de comprobarlo así que, armándose de valor, asiste, junto con Reagan, a la fiesta que Levi organiza en su casa – no una de esas en las que todo el mundo se vuelve loco y bebe hasta vomitar la primera papilla. Una fiesta normal y corriente, a la que cualquiera de vosotras y vosotros podríais asistir un sábado por la noche –. Lo que Cath no espera es encontrarse a Levi besando a otra chica. Me gustó muchísimo que Cath no montara un espectáculo de esos que hacen que nos llevemos las manos a la cabeza y digamos “oh, por favor, ¡para de humillarte!”. El hecho de que sencillamente se fuera a su habitación de la residencia y pusiera tierra de por medio me pareció muy sensato, muy maduro dentro de la inmadurez de no querer hacer frente al problema. Una locura, pero una locura que yo sería capaz de hacer también y, no mintáis, seguro que alguna de vosotras, alguno de vosotros, también.Algo que me dejó descolocada y que no me esperaba para nada, eran los problemas del padre de Cath y Wren.Ese hombre tan alegre, siempre ufano… perdiendo la cabeza por completo. Un adicto al trabajo que a veces necesita descansar, volver a centrarse. Fue tierno ver como Cath dejaba todo lo que estaba haciendo, en ese delicado momento en el que su hermana había dejado de ser la Wren que ella conocía, cuando Nick empezó a dejar claro que sus intenciones no eran nobles… cuando sólo tenía a Reagan. Y a Levi. Levi. Llegados a este punto quiero confesar algo: me quedé totalmente atontada cuando Levi dejó todo lo que estaba haciendo para poder ayudar a Cath a llegar hasta su padre. Había pasado muchísimo tiempo desde que había hablado por última vez con ella. ¡Por Dios, él ni siquiera sabía que lo había visto besar a otra chica! Aun arriesgándome a que me tiréis piedras por lo que diré (escribiré) a continuación, me maravilló más aún si cabe el hecho de que no montaran una escena en el hospital cuando ella le echó en cara su comportamiento.Fue cobarde por parte de Levi decir que sólo habían sido dos besos – el de Cath y el de la chica de la fiesta –, pero fue muy noble que se fuera cuando ella se lo pidió. Porque a veces nos dejamos llevar por la emoción del momento y es precisamente en esos momentos cuando hay que saber decir “para”. Creo que estuve  punto de soltar un grito de emoción cuando por fin Levi habló con ella y le explicó que no era más que un cobarde que sólo quería una segunda oportunidad. Lo había sido. Y lo reconoció. Bravo, Levi, bravo. Poco a poco, las piezas del gran rompecabezas de la vida de Cath empiezan  a encajar. Ya no sólo es amiga de su compañera de piso y tiene un novio maravilloso, sino que su padre empieza a recuperarse y su hermana… Wren es una pieza clave en el libro. Un personaje que no llegué a detestar porque, en parte, la comprendo. Vivir dentro de una rutina es horrible. A veces hay que saltarse las normas, llevarse un susto, para saber qué es lo que quieres. Y, ojo, no digo, ni mucho menos, que me parezca bien lo que hizo. No me lo parece. Pero me gustó que, tras ese pequeño momento de debilidad volviera a ser la de siempre. Que todo volviera a la normalidad. Maravilloso. No diré nada más. Sólo que lo leáis, porque vale la pena; porque es un libro espectacular. Porque todas las personas del mundo llevamos a una Cath dentro. Y a una Wren. Y a una Reagan. Y a un Levi. Con todo, Fangirl es un libro maravilloso, con una prosa suave, delicada, romántica incluso. Cath es un personaje que roba el corazón, que se hace querer. Una chica que, poco a poco, se encuentra a sí misma. Ojalá lo leáis, porque os estáis perdiendo un libro espectacular.
Nota: 4.75/5
Citas(…) Lo escrito, escrito está. Si te pones en plan melancólico y tristón en un mensaje de texto, las palabras se quedan ahí, en tu teléfono, para recordarte lo pringada que eres.(…)
(…)-Las palabras son muy poderosas – dijo la señorita Possibelf, caminando despacio entre las filas de pupitres –. Y adquieren más poder cuanto más las pronuncias.(…)
(…) A veces, tomas la mano de alguien solo para comprobar que sigues vivo, y que otro ser humano está allí contigo para dar fe de ello.(…)
(…) Era el antídoto perfecto para los casos agudos de frustración. Poseía el grado justo de rabia, el grado justo de indignación, el grado justo de <<el mundo nunca entenderá lo increíblemente alucinante que soy>>. El grado justo de poesía.(…)
(…)-Repulsivo – dramatizó él –. Es comida de perro para personas. A lo mejor deberíamos haberlo enfocado así: <<¿Alberga usted el deseo secreto de comer carne para perro? ¿Se le hace la boca agua cuando huele la comida de chucho?>>. Cath le siguió la broma, con su mejor voz de anunciante:-<<¿Se muere por probar la comida de perro pero teme que sus vecinos vean las latas… y se den cuenta de que no tiene mascotas?>>.(…)
(…)-Nada, es que… No me puedo creer que esto funcione. Esto: tú y yo. Que de verdad podamos escribir juntos. Es como… pensar juntos.-Es bonito – asintió Cath de corazón –. Escribir es un trabajo solitario.(…)
(…)-Pero yo también soy escritora – prosiguió la profesora –. Sé lo poco que cuesta distraerse. Buscar distracciones. Hacer cualquier cosa, lo que sea, con tal de no enfrentarse a una página en blanco – sonrió a un chico –. A una pantalla en blanco…(…)
(…)-Estoy bien – le aseguró con suavidad –. De vuelta al ruedo.-¿Y qué es el ruedo? – suspiró ella, mientras lo veía ponerse una sudadera del instituto South High –. ¿Correr? ¿Trabajar demasiado?-Vivir – replicó el, alzando un poco la voz –. La vida es el ruedo.(…)
(…)-¿Por qué Santa Claus no se levantó de la cama en Navidad? – le preguntó su padre con cara de estar haciendo un chiste.-No sé, ¿por qué?-Porque es Norte bi-polar.-No – dijo Cath –, porque los osos bipolares lo están deprimiendo.-Porque la nariz de Rudolph brillaba demasiado.-Porque las chimeneas le provocan Claus-trofobia.-Porque – el hombre se rio – estaba pasando por muchos altibajos. En el trineo, ¿lo pillas?(…)
(…)-Nada. Nada. Es que… ¿acaso una no puede rendirse de vez en cuando? ¿No está bien decir <<esto me duele mucho así que voy a dejar de intentarlo>>?-Sienta un precedente peligroso.-¿Evitar el dolor?-Evitar la vida.(…)
(…)-Roedor de mierda – gritaba Baz –. Se suponía que estabas aquí para protegernos. Eres un amuleto de buena suerte. No un puto monstruo. Pensar que te hacía pasteles y quemaba incienso… Retiro los pasteles.(…)
(…)-¿Qué es ese ruido? – preguntó ella.-Cadenas. Levi no parecía asustado, pero guardaba un horrible silencio.-Lo siento – se disculpó Cath –. No he prestado atención al tiempo.-Es culpa mía – repuso él, dirigiéndole una sonrisa mínima –. No quería dejarte colgada. Piensa que, si te mato, yo me voy a sentir peor.-Eso no sería nada caballeroso.(…)
(…)-¿Sabes? – dijo él –. Llevo todo el rato pensando que es como si Simon Snow hubiera vomitado aquí… pero es más bien como si alguien se hubiese comido a Simon Snow, como si alguien se hubiese ido al bufé libre de Simon Snow, y luego hubiese vomitado en esta habitación.(…)
(…) Cath se rio. Debería existir una palabra para las risas que se extinguen nada más nacer. Una risa que más una exclamación de sorpresa y aprobación que otra cosa.(…)