El libro comienza en octubre de 1949, con una carta que la propia Helene escribe a la librería, presentándose y explicándoles su petición. Y a partir de esa primera carta, vendrán toda una serie con las que descubriremos como a través del amor a los libros y a la lectura puede surgir una amistad entre personas muy diferentes y conectarlas a pesar de estar alejadas miles de kilómetros.He leído opiniones de todo tipo, a los que les ha encantado y a los que les ha decepcionado, yo no iba con ninguna expectativa, intento normalmente acercarme a los libros con la idea de que me van a gustar, que encontraré entre sus páginas algo maravilloso, y aunque siempre hay libros que no terminan de convencerme, en este caso “84, Charing Cross Road” me ha emocionado, y me ha transportado al apartamento de Helene y también a esa librería de Londres haciéndome pasar una tarde maravillosa, incluso releyendo algunas de esas cartas.
“Alguien tomó prestado el mío, y no me lo ha devuelto. ¿Por qué será que personas a las que jamás se les pasaría por la imaginación robar nada encuentran perfectamente lícito robar libros?”