¡Hola, hola, hola! ¡Por fin viernes! Esperad, repito: POR FIN VIERNES. ¡Qué ganas tenía de que se acabara la semana! Además, ¡¡hace tanto frío que se puede leer debajo de la mantita!! La felicidad, así de claro. Qué sí, ahora me diréis que tampoco es el plan del año, pero a mí me apetecía mucho. Hablando de cositas maravillosas… debo deciros que por fin he vuelto a caer en las redes de Cassandra Clare. Esto se debe, en su mayor parte, a que Laura, del blog Paseando entre páginas; y Omaira, del blog Entre la lectura y el cine, estuvieron leyendo juntas la saga principal. Claro, cuando se habla tanto de unos libros que yo dejé a medias… pues pica la curiosidad. Así que sí, decidí animarme con la trilogía que tanto gusta a todo el mundo. Pero esperad, que la historia es un poquito más larga. ¿Qué tal si mientras se prepara una cafetera me dedicáis unos minutitos? Prometo ser breve. Mi señora madre me regaló Ángel mecánicohará ya unos tres años – creo que tres justos, pero como no estoy segura lo dejaremos en aproximadamente, ¿sí? –. No sé si por pereza, por dispersión o por fijación con la novela romántica, aparqué el libro. Ahora que lo he retomado, sólo puedo deciros que fui tremendamente idiota. ¡Vaya joya me he estado perdiendo! Pero no me enrollo más… ¡Dentro reseña!Ficha técnica
Título:(Cazadores de sombras Los orígenes 1) Ángel mecánicoAutora:Cassandra ClareTraducción de: Patricia NunesEditorial: PlanetaNúmero de páginas: 448ISBN: 9788408096238Precio: 17,95€Sinopsis Tessa Gray está dispuesta a encontrar a su hermano, del que no recibe noticias desde hace tiempo. Para ello, se dirige a Londres, donde será raptada por las Hermanas Oscuras, miembros de una organización secreta llamada el Club Pandemonium, y rescatada por los Cazadores de Sombras. Tessa se sentirá atraída en seguida por Jem y Will, y deberá elegir quién de ellos ganará su corazón mientras los tres siguen en busca de su hermano y descubren que alguien trama acabar con ellos.Mi opinión Si me seguís desde que esta locura de rinconcito empezó, sabréis que Cassandra Clare es una autora a la que adoro tanto como odio. Visceral, como a mí me gusta, sí, sí; pero es que no hay otra forma de definir lo que pienso de esta señora. Sus historias son minas de oro. Minas de oro cargadas de disgustos, momentos que rompen el alma, que arrancan suspiros y que hacen que pienses que no hay nada más maravilloso.Porque sí, amigas y amigos, Cassandra Clare es una cabrona. Una cabrona de las grandes. Y yo me inclino ante ella, porque se merece todo mi respeto. Londres. 1878. Tessa Gray acaba de dejar Nueva York para reunirse con Nathaniel, Nate para los amigos, tras la muerte de tía Harriet.Después de mucho tiempo si saber nada de su hermano mayor, nuestra protagonista no podría estar más contenta de estar subida en un barco de vapor rumbo a Inglaterra. Tiempos duros, los que ha pasado la pequeña familia de Tessa. Tiempos que van a enterrar gracias al nuevo trabajo de Nate, a todas sus promesas… o tal vez no. La llegada al puerto no es emotiva, como Tessa pensaba; ni siquiera dulce. Llueve, hace un frío de mil demonios y un hombre de lo más extraño la espera para arrastrarla, prácticamente sin contemplaciones, al carro de caballos en el que las Hermanas Oscuras esperan a nuestra pequeña ilusa. Dos mujeres horribles que convierten su vida en un maldito infierno.
Veréis, Tessa Gray tiene una habilidad, una realmente preciada, una que interesa sobremanera al Magíster, un hombre muy poderoso entre los subterráneos.Sobra decir que la señorita Gray – como se supone que deben llamarla – no concibe que nada de todo eso sea cierto. Ahora bien, ¿por qué tiene la habilidad de convertirse en cualquier persona sólo con tocar un objeto que haya pertenecido al sujeto en cuestión? Cuando, hace ya años, descubrí el mundo de los cazadores de sombras no quedé demasiado impresionada. De hecho, mi disgusto con Ciudad de Huesofue mayúsculo. Ahora bien, unos años más tarde me animé con las dos siguientes partes de la saga y quedé fascinada. Casi tan fascinada como con esta primera entrega de trilogía. Porque sí, lasaga de Los instrumentos mortalesestá muy bien; pero ésta la supera con creces.Lo sé, lo sé, las comparaciones son odiosas; pero dejad que hoy sea un poco hipócrita. A fin de cuentas, mi máxima es la sinceridad, ¿no? Tessa sabe que hay algo que no cuadra. Cosas como que Miranda, la criada de la mansión de las Hermanas Oscuras, ni siquiera parece un ser humano. Cosas como que cambiar de cuerpo le duele y le lleva a un vacío imponente. Cosas como que Nate está en peligro y sólo ella puede salvarlo. Tal vez por eso se sorprende tanto cuando, una noche cualquiera, Will Herondale y Jem Carstairs aparecen en la mansión. Sin entrar en demasiados detalles, os diré que una de las Hermanas Oscuras no sale muy bien paradas. La partida de Tessa y los cazadores de sombras comporta tres problemas: nuestra protagonista no sabe dónde está su hermano, no sabe si puede fiarse de esos chicos que han ido a ayudarla – prácticamente de rebote – y, lo que es más importante, no tiene ni la más mínima idea de quién narices es ella misma. Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler
Hay veces, como ahora, en las que no sé juntar palabras. Veces en las que no sé cómo pediros que leáis joyas tan maravillosas como ésta. Momentos, momentos y más momentos en los que, por muchas veces que me plante ante la hoja en blanco; no sé qué hacer para que todo lo que he sentido os llegue a vosotras y vosotros. Sí, sé que no hace mucho publiqué una entrada en la que os hablaba de evolucionar como personas que leen. Sí, sé que Ángel mecánicoes, a efectos prácticos, un libro juvenil. Pero para mí ha sido no sólo un oasis maravilloso; sino también todo un redescubrimiento.Para mí, tanto Jace como Clary fueron dos personajes maravillosos, cada uno a su manera; pero lo que Cassandra Clare nos regala en esta trilogía es muy diferente. Personas. Personas aterrorizadas con sus vidas, con sus pasados y sus presentes. Personas que no aceptan quién son, personas que temen la verdad tanto como la muerte. Personas, joder, y qué bonito es eso. El Instituto es un lugar de lo más pintoresco para Tessa. Mujeres que luchan, en plena época victoriana; hombres que la tutean y bromean con descaro con ella… Personas maravillosas que la acogen mientras ella decide qué hacer con su vida. Porque sí, ni Charlotte ni Henry, jefes de la institución de Londres; tienen intención de deshacerse de la Cambiante. Todo lo contrario. Hablaba, unas líneas más arriba, de lo maravillosos que son los personajes de este libro. Lo mantengo. Quiero explicarme. Si bien es cierto que se nos vende a Will Herondale como un capullo de los grandes, la sensación con la que me quedo yo es la de que no es más que un hombre asustado. Un chico que no acepta la crudeza de su pasado, sea cuál sea; un chico que lucha con uñas y dientes por el bien del resto del equipo. Porque sí, Will será un capullo, pero se deja la piel porque a Jem no le pase nada.Jem. El dulce y encantador Jem. No os podéis hacer una idea de los disgustos que me ha patrocinado este chico. Primero pensé que lo aborrecería, que lo convertiría en uno de esos chicos sosos, cursis y empalagosos… qué equivocada estaba. Ese chico es una joya. Una joya que tiene una vida de mierda. No diré nada más. Como no quiero hacer una crónica de los personajes, añadiré un par de puntos: Jessamine es buena gente. Muy en el fondo, sí, pero buena gente al fin y al cabo. Tal vez por eso me ha gustado, aunque no tanto como el bueno de Henry. Se da un aire a inventor loco que no tiene despercidio, creedme. La trama. Ay, la trama. Cassandra Clare rompe barreas, con los cazadores de sombras. Mujeres que luchan. Mujeres que son fuertes. Porque sí, amigas y amigos, ni la buena de Charlotte, ni la remilgada Jessamine, ni siquiera nuestra pobre Tessa se quedan atrás a la hora de presentar batalla. Bravo, Cassandra Clare, bravo. Otro punto de lo más curioso, y maravilloso, ha sido el tema de los autómatas. Francamente perturbador, el asunto, si queréis mi opinión; eso sí, se lleva con tanta elegancia que una no puede más que admirarse de lo que pueden dar de sí esas criaturas que no pertenecen ni al Cielo ni al Infierno. Me ha encantado. Así de sencillo. La cabeza me ha dado medio millón de vueltas, pensando teorías conspiratorias que luego caían por su peso; porque sí, nuestra autora, esa que nos brinda capítulos preciosos para luego pisotearnos el corazón sin ningún tipo de piedad, tiene la pleitesía de darnos un bofetón de realidad en la cara. Nada es lo que parece y a veces, los que parecen más débiles, son los verdaderos monstruos a batir.Quiero deciros más cosas, no creáis, pero me parece horrible destripar toda la verdad, por mucha zona spoiler que haya; después de un giro tan brillante. Quiero hacer una última mención. Magnus. Magnus Bane.¡Qué bonito es reencontrarse con personajes tan maravillosos! Un brujo de lo más curioso, nuestro señor Bane, ¿verdad? Me ha encantado la caracterización, la esencia inquebrantable de nuestro estrafalario brujo. Me ha gustado casi tanto como empaparme de todo el final. Un final que me ha dejado con sentimientos encontrados. La sonrisa a la que sustituye el ceño fruncido y el nudo en la garganta. El nudo que se ve sustituido por la rabia al ver que no había más páginas. Sólo diré una cosa: no sé que narices va a pasar con Will, pero me muero de ganas por descubrirlo.
Con todo, Ángel mecánicoes un inicio de trilogía impecable. Personajes maravillosos, un ambiente gris y un golpe de gracia en forma de figuras mecánicas. Cassandra Clare se luce entre las páginas de esta novela. No sé a qué demonios esperáis para darle una oportunidad.Nota: 5/5
Citas(…) Si no le importas a nadie en el mundo, ¿existes realmente?(…)
(…)-En cuanto a la temperatura del infierno, señorita Gray – comentó él –, déjeme que le dé un consejo. El atractivo joven que está tratando de rescatarla de un terrible destino nunca se equivoca. Ni siquiera si dice que el cielo es lila y está plagado de erizos. <<Está completamente loco>>, pensó Tessa.(…)
(…)-Ya los hemos investigado antes y nunca hemos conseguido pillarlos haciendo nada turbio – indicó Henry –. Ser idiota no va contra la ley.(…)
(…)-Alguno de esos libros muerden – contestó –. Es mejor tener cuidado.-Siempre hay que tener cuidado con los libros – replicó Tessa –, y con lo que contienen, porque la palabras tienen el poder de cambiarnos.(…)