En el año 1922, con la Ley Seca imperando en todo el territorio de Virginia, Bree Caser abandona su vida en Kentucky para seguir los pasos que la llevarán al infierno más aterrador. La bestia que dormía en las profundidades del hombre en quien confió ha despertado al llegar a las montañas. Huir es la única solución posible. Escapar de las garras salvajes de un maltratador para caer bajo el embrujo de los Apalaches.
A pesar del frío que le corta la piel, el dolor y el miedo, nada puede ser peor que lo que deja atrás. Pero, ¿tendrá el destino un plan mejor para una mujer cuya vida parece marcada por la tragedia?
Cuando Harry Murphy, un granjero de Morgantown, la encuentra al borde de la muerte junto al río, entre los dos se forja un vínculo de protección y admiración mutua. Muchos son los peligros que habrá de enfrentar la pareja, que irá abriendo sus corazones a la pasión mientras se enredan en una maraña de mentiras destinada a consumirlos.
El amor los azotará como el viento invernal, pero tan pronto empiezan a sentirse seguros, la muerte volverá a acecharles escondida tras las sombras, al pie de la montaña.
La novela se nos presenta narrada en tercera persona a través de un narrador omnisciente, y ya sabéis lo mucho que me gusta este tipo de narración, pues el lector puede conocer a la perfección los pensamientos y sentimientos de los personajes de un solo vistazo y, además, se tiene una visión más global de todo cuanto ocurre.
"—O un recordatorio constante de la tragedia, Mary Kate. No hagamos sencillo el dolor de los demás, sobre todo si no lo conocemos".
Con respecto a los personajes, lo cierto es que he quedado tremendamente satisfecha, pues he podido conocerles a todos a la perfección, me han parecido muy cercanos, reales y creíbles, me han aportado algo y he empatizado con todos ellos (excepto con Lyla y Boyle, que no me convencieron desde el principio). Eso sí, reconozco que uno de mis personajes favoritos ha sido —además de Harry Murphy, obviamente— Rose Anne, cuyo carácter y fortaleza me han sorprendido y gustado a partes iguales teniendo en cuenta la época en la que se ambienta la novela y el papel que representaba la mujer por aquel entonces ^-^
Los protagonistas no han podido gustarme más. Bree me ha encantado por la fortaleza y valentía de la que hace gala desde el principio de la novela a pesar de sus circunstancias y Harry Murphy ha demostrado ser un hombre muy protector y siempre atento a las necesidades de su familia y de las personas que más le importan a pesar de esa coraza de hombre duro y rudo bajo la que se esconde. Y en general, he encontrado unos personajes muy bien perfilados a los que no falta detalle alguno de lo trabajados que están.
A simple vista puede parecer que estamos ante una trama sencilla e incluso predecible (y con esto también puedo estar refiriéndome al romance), pero os aseguro que desde los primeros capítulos empieza a complicarse todo de tal manera que pasa a ser una trama compleja e impredecible de forma gradual. No encontré absolutamente ningún capítulo en el que no pasase algo interesante que hiciera que me enganchase aún más y creo que gracias a esto —entre otras muchas cosas y a pesar de lo que os acabo de comentar sobre la tipografía— he podido disfrutarla al máximo y hasta el más mínimo detalle.
"Eran esas cuatro letras, Bree, las que detenían el aire en sus pulmones y hacían temblar los sólidos cimientos sobre los que se había sostenido toda su vida hasta ese preciso momento".
El romance que se desarrolla entre las páginas de esta novela resultó ser más bonito de lo que esperaba y, además, de los que a mí tanto me gustan: pausado, de los que van surgiendo a fuego lento y evolucionan entre tiras y afloja, pero sin dejar de ser sumamente bonito, dulce y, sobre todo, creíble ^-^
La pluma de la autora es lo que más me ha sorprendido de la novela, sin duda alguna. No había leído aún nada de Romina Naranjo pero teniendo en cuenta lo mucho que me ha gustado su estilo, estoy segurísima de que leeré más novelas suyas.
Y ya, para terminar, me falta hablaros un poco del final. ¡Que menudo final! Los últimos capítulos ganaron en intensidad y agilidad y a mí no pudo gustarme más el final, de verdad os lo digo *-* Me pareció un final cerrado muy bonito, emotivo y más que acertado y al final encontré un epílogo aun más emotivo y bonito si cabe que da fin a una preciosa novela que, como ya adelantaba al principio de la reseña, se ha convertido en una de mis mejores lecturas de este año. ¡Y aquí lleváis una recomendación de romance histórico que merece la pena leer! :')