Nos vamos encontrando con pasajes más dramáticos, lejos de las alegrías de la juventud, que nos acercarán aún más a la realidad de las escenas de guerra. También nos relatará como lejos de la civilización que conocían se van adaptando más o menos a este lejano mundo. Nos describirá los paisajes que van viendo por el camino, y las dificultades a las que tienen que hacer frente, tanto las que vienen del exterior como las que se producen dentro del propio ejército.
A pesar de que no ahonda mucho en las personas, sientes cada paso de los protagonistas, alegrías, tristezas, sufrimientos, agonías, y te preguntas cuánta fuerza guarda aún en su interior este joven legendario que se diría capaz de mover montañas.Me han gustado los tres libros pero reconozco que el primero lo disfruté más, quizás por la presencia de Filippo, o tal vez porque estaba más compensada la vida personal y la política. Pero los tres me han permitido un acercamiento y conocimiento de este gran personaje, así como de la forma de vida y de pensar en aquella época y de cómo un hombre convencido de una idea puede luchar y convencer a sus amigos para llevarla a cabo, pues lo que es seguro es que la documentación que ha llevado a cabo el escritor ha sido excelente.
“Aléxandros, el confín del mundo” es un buen cierre para la trilogía que nos relata con muchos detalles y verosimilitud las últimas aventuras de Alejandro. Muy recomendada para los que deseen conocer más de cerca al hombre y al conquistador, y todo lo que llevó a cabo.
“Los dioses ponen en el corazón de los hombres sueños, deseos, aspiraciones a menudo más grandes que ellos mismos.”
“Este paisaje de arenas infinitas me recuerda la extensión marina, y al propio tiempo el ardor abrasador de estos lugares me hace desearlo.”
“No hay conquista que tenga sentido, no hay guerra que valga la pena librar. Al final, la única tierra que nos queda es aquella en la que seremos sepultados.”