Marcelo tiene dieciséis años, adora la música disco, inventar coreografías y ver películas de Pixar con su hermano chico. Desde siempre ha pensado que es gay, pero este verano su amiga Sabé lo hará dudar. Juntos vivirán una aventura que los llevará a descubrir secretos insospechados de sí mismos y de sus seres más cercanos.
¿Será que todos estamos destinados a guardar misterios que cuando se revelan hacen la vida más maravillosa?
Algo malo dentro de mí llegó a mis manos inesperadamente. No le tuve fe en un comienzo (por culpa del texto de contraportada) y la verdad, para cuando terminé de leer, tuve que comerme mis palabras.
El libro es una historia de transición, de descubrimientos, de crecimiento y amistad. Es un libro sobre adolescentes (chilenos) y aunque el autor se podría haber quedado en el drama (el simple y monotemático drama de todos los libros juveniles actuales), se la jugó por mostrar distintas perspectivas, a través de cuatro personajes, y tocar temas un poco más profundos como la política y otros que son más habituales como la amistad, el amor y la sexualidad.
La historia va de cuatro amigos que se conocen y lo que es super importante destacar, se apoyan, aunque cometen errores entre ellos. Tienen dudas sobres sus cuerpos, sentimientos y de la vida en general. A través de los puntos de vista de Marcelo, Sabé, Diego y Natalia, podemos ver un poquito como es la adolescencia y sus vidas cotidianas.
Aunque nos muestran los puntos de vistas de todos, no se hace repetitivo y es la narración de Marcelo la que lleva el hilo conductor del libro.
Me gusta que el autor, a quien no había leído anteriormente, se la juegue por mostrar personajes que son muy humanos y que, por ser adolescentes, no los caricaturice como me pasa con muchos libros actualmente.
Lo recomiendo leer al 100% y de hecho, buscaría otro libro del autor para probar más de su narrativa.