Reseña: Amor en verso de Colleen Hoover

Título:   Amor en versoAutor:  Colleen HooverEditorial:    PlanetaISBN: 9788408134619  Páginas:    296Año de publicación:    2015Precio: 17.90€Sin haber superado aún el duro golpe que supuso la muerte de su padre, Layken y su hermano Kel deben mudarse a Michigan, donde su madre ha encontrado trabajo como enfermera. Nada más llegar, Layken congenia con el vecino de enfrente, Will. Entre los dos surge algo especial, que no son capaces de poner en palabras… todavía. Tras una primera cita, Lake ve Michigan con otros ojos y está dispuesta a darle una oportunidad, pero cuando empiezan las clases en el nuevo instituto descubre que Will es su profesor de poesía…

¿Preferirías no enamorarte jamás, o enamorarte de alguien a quien no puedes tener?

Una novela que te enseñará a no tomarte la vida demasiado en serio. Dale un puñetazo cuando se merezca un buen golpe y ríete de ella.

Ha pasado mucho tiempo desde que leí esta novela por primera vez, pero no puedo negar que ha sido una delicia volver a encontrarme con esta historia tan encantadora y única. Amor en verso se convierte, en España, en el segundo libro publicado de esta autora. En mi opinión deberían venir el resto de sus novelas, pero tampoco quiero meter prisa a las editoriales -o sí-.Hay que reconocer que la sinopsis no anima al lector a que se haga con la novela, puede incluso que ni siquiera llegue a interesar... pero es más de lo que parece. Muchísimo más de lo que uno pueda pensar en un primer contacto. Creedme. Yo, como muchos, escogí el libro pensando que iba a ser una historia más, de esas que haces en el verano y de la que no esperas gran cosa. La típica historia, vamos, de una chica que se enamora de su profesor (como en Losing It de Cora Carmack). No obstante, no os dejéis engañar por lo que pueda ocurrir. Hay mucho más detrás, una narración desgarradora, una vida triste y melancólica... un libro tan extraordinario que os hará llorar.Puesto que no quiero desvelar más de lo necesario en la trama (porque es muy importante que no sepáis nada), solo puedo reiteraros que si estáis buscando una buena lectura, profunda y escrita desde el corazón, no hagáis caso a la sinopsis y decidáis darle una oportunidad. Yo soy muy especial para las novelas que decido escoger y no tengo reparos en abandonarlas si los autores deciden hacer un giro que no me convence, si está mal escrita o, como en este caso, si están a punto de desgarrarme el alma. A punto estuve de dejarlo a un lado y lamerme las heridas; pero fui fuerte y, llorando, decidí que lo mejor que podía hacer era continuar leyendo. Amor en verso se sale, con creces, de mi zona de confort, pero no me importó. Leería este libro las veces que fuesen necesarias porque es, singularmente, único.

Segunda parte

La historia de amor entre los dos protagonistas Layken y Will es importante, pero no es lo único que encontramos en esta novela. Los personajes no deben preocuparse únicamente por lo complicado de su relación, por la imposibilidad de que esta evolucione, sino que deberán aceptar el pasado y, lo más importante, tendrán que encararse al futuro que se les acerca. Los problemas, en vez de distanciarles, unen los lazos que han ido creando hasta que, cuando todo explote, puedan contar, por lo menos, con el otro.A pesar de que hay otros personajes secundarios, cuyas vidas también son desgarradoras, admito que mis favoritos son los hermanos pequeños. No solo porque son encantadores, sino porque, aunque son muy jóvenes, les ha tocado vivir cosas que a ninguno de nosotros nos gustaría haber experimentado. Y a pesar de todo eso, de las malas noticias, los recuerdos que se esfuman y el triste pasado que permanece, son capaces de robarte más de una sonrisa con sus bromas o sus picarías. Del estilo de la autora hay poco que decir; excepto que ninguna traducción, por muy buena que sea, podrá hacerle justicia a la delicia que supone embeberse en las palabras de Hoover, una experta ya desde esta que fue una de sus primeras novelas. Los poemas que nos va dando a lo largo del libro, el intimismo que crea y la delicadeza con la que describe una emoción no son sino un aperitivo.