Dice en el prólogo Javi Araguz (La Estrella y El mundo de Komori) que lo primero que le dijo al autor después de leerse el libro fue: “No es comercial”. Depende, pienso yo. ¿Qué es comercial? Si comercial es paja contando lo de siempre, obviamente no lo es. Si lo comercial es lo bueno, lo que tiene algo que contar y decir… oye, ¡qué libro tan comercial! Va, que me voy por las ramas. Empecemos.
Alicia quiere ver las estrellas. Su momento ha llegado. Si supera la última prueba impuesta por su maestro, él tendrá que cumplir la palabra dada años atrás y otorgarle lo que ella realmente desea: la libertad. La sociedad secreta de los astrales, que acogió con recelo a la prometedora Alicia, vive ahora bajo la sombra de la conspiración que empieza a gestarse en su interior y que apunta directamente al mentor de la joven. Maestro y alumna se verán separados, y mientras él inicia un viaje en busca de la clave que le permita demostrar su inocencia, ella tratará de encontrar a sus verdaderos padres sin sospechar que su búsqueda la llevará hasta el mayor secreto de los enigmáticos e inmortales señores de Columna de Asiria. Un secreto que puede cambiar el mundo.
El libro nos narra la historia de un mundo dentro de un mundo. Las estrellas, mentira. La luna, mentira. El mundo sólo hace que empezar donde nosotros dejamos de ver. Viajes astrales, Sellos del Olvido, chakras, Columna de Asiria y sus mil habitantes repartidos en gremios y Alicia son algunas de las piezas que forman parte del puzle que forma Astralis.
El libro empieza con una lucha entre Alicia y su maestro. Alicia sobre la torre del reloj de Westminster y su maestro, Albilus Leorion, desde la luna. Y a partir de aquí un mecanismo mucho más grande que ellos empieza a girar, esclavo de los acontecimientos, pero también de los que conspiran en habitaciones a puerta cerrada mecidos por susurros.
Esta es la historia de la Tierra, del universo, de las personas, de cómo encontrar nuestro propio camino y de cómo no hay ni buenos ni malos… sólo existen distintos puntos de vista.
El autor nos sumerge nada más empezar en el mismo mundo que todos conocemos, pero en el que hay cosas que ignoramos, y entre las páginas de Astralis quedan al descubierto, sin paños calientes. Poco a poco, a medida que las páginas van pasando vamos conociendo ese mundo dentro de éste.
Groderic y sus hijos Kirlam y Tellos, o también Dumas Deneb-Algiedi, pertenecientes al gremio de la Inteligencia, Lyrae Daustralis del Gremio de la Causalidad o el propio Albilus Leorion del gremio de la Sabiduría, son habitantes de Columna de Asiria. Alicia por su parte, es una terrestre huérfana con los mismos “poderes” que los Mil y a la que Albilus cobijó y enseñó el mundo tal y como es. Pero Alicia quiere saber, quiere más, quiere vida, tiene preguntas y necesita respuestas.
Astralis puede ser muchas cosas, pero si tuviera que definirla con una única palabra, probablemente elegiría diferente. Antonio no le rinde cuentas a nadie, ha escrito el libro que a él le gustaría leer. No se amolda a modas literarias ni utiliza esos truquillos de los que a veces abusamos los escritores; su obra surge de la necesidad pura de contar una historia, SU historia.
Javi Araguz
Al principio (ni dos capítulos, palabrita) te encuentras un poco desubicado. Al menos yo. Empiezas a leer y no sabes nada de ese mundo oculto. Dices ¿WTF? Pero, poco a poco, vas descubriendo cosas y te quedas maravillado. En serio, lo acabé y pensé “Qué bueno es”, y es que es un libro realmente bueno. Hay buenos y malos. O mejor dicho, dos bandos que quedan más separados que nunca al final. Y dudé. No sabía quienes eran buenos o quienes malos. Me quedaba maravillada leyendo y pensando “¿pero de qué lado me pongo yo?” Y la realidad es que de ninguno. Porque en el fondo no son buenos o malos, son solo bandos distintos con opiniones contrarias.
Hizo ademán de ataque. Alicia corrió alertada al lado de su maestro y llamó a su espada.
-¡Quieto!
-¡No, quieta tú! -le ordenó Albilus.
-Pero maestro...
-No te atrevas a apuntarme con tu sucia parodia de espada -amenazó Kirlam a la joven.
-¡Repite eso! -retó ella.
-¡Alicia, depón la espada ahora mismo! -inquirió Albilus.
-¿¡Qué!? ¡Pero...!
-¡Obedece!
Alicia en la historia va un poco a contracorriente. Me explico. Normalmente los protagonistas siempre van desde el mundo real hasta ese mundo ficticio que descubren. En Astralis es al revés, Alicia pasa de un mundo totalmente distinto a intentar hacerse con el mundo real.
Alicia encaró el siguiente paso: hervir el agua. Vio varias llaves y una caja de cerillas, pero no veía relación. ¿Cómo hacían fuego los mortales?
El libro va más allá de la protagonista. Va más allá de lo típico tópico túpico. Durante el transcurso de la historia me he formado varías teorías, varios caminos a los que podría unirse el autor fácilmente y no lo ha hecho, no ha ido por el camino fácil, ha ido como ya he dicho, más allá. Durante la lectura me he encontrado alguna que otra erratilla (poca cosa) que no dificulta para nada la lectura. Así que perdedle el miedo, que no, que éste no muerde.
La camarera regresó, y por su cara, no traía buenas noticias.
-De parte del guitarrista: usted y su amigo pueden pagar la cuenta o ponerse a fregar platos.
Dumas soltó su jarra sobre la mesa y limpió la espuma de sus labios con la lengua.
-Dígale que me debe una ronda desde hace doscientos años y que ya va siendo hora.
Sin duda un libro que merece ser leído, uno de esos que me hacen escribir cosas como ésta y que os pido que no os perdáis. Merece la pena, de verdad de la buena.
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PD: El libro al final tiene un código QR que os llevará a una web “secreta” donde podréis descargaros dos cositas en exclusiva y veréis la evolución de la portada.
¿Lo habéis leído? ¿Os llama la atención? ¿Con ganas de leerlo?
Maisha