Esta semana nuestro amigo Sotomonte nos vuelve a dejar su opinión. En esta ocasión se trata de la novela “Aurora boreal” de la autora escandinava Asa Larsson.
Reconozco que cuando me propuse leer esta novela tenía ciertas expectativas que, aunque tampoco excesivamente elevadas, se me antojaban suficientes para darle una oportunidad.
Cuando leí la sinopsis de la contraportada pensé inmediatamente :
- Paisaje nevado, pueblos apartados, inspectora de policía embarazada. Uhm, esto me recuerda al Fargo de los Cohen en versión nórdica. Puede que con un frío sentido del humor, o puede que directamente sin él.
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Autora nórdica, asesinato impactante, raíces bíblicas. Cuidado que no he leído a Stieg Larsson (aunque apetece), pero respeto ese tipo de novelas serias. Ni tampoco soy aficionado a Dan Brown, aunque lo he leído. Mea culpa.
Intentando no desvelar el argumento creo que el problema de la novela no es la historia, que aunque poco original podría funcionar mínimamente, sino el punto de vista desde el que se presenta la misma. La narración en primera persona de las ¿ dos ? protagonistas, Rebecka Martinsson y Anna-Maria Mella se entremezcla con la de personajes secundarios o subsidiarios que no aportan nada en absoluto y que incluso entorpecen la lectura. Este continuo ir y venir dificulta durante la primera parte de la novela incluso el reconocimiento de los personajes activos en la trama. Aunque es verdad que ayuda a mostrar el contexto, los habitantes de Kiruna y sus modos de ser y actuar.
Otro problema es el típico trasfondo de los personajes, o incluso la falta de él, más allá de unos ligeros esbozos (y hablo de las “protagonistas”) lo que hace que al final pienses si realmente sirve para algo que estén allí. Te planteas si las cosas no caerían por su propio peso sin la necesidad de su actuación…puede que sí.
Vamos, que sin detenerse demasiado en la trama, la autora deja caer pistas , más bien evidencias que indican acertadamente lo que va a ir ocurriendo. Podría decirse que presume de sus propios “spoilers”. Y finalmente se llega a un final que, si no cantado, ya nos había ido susurrando al oído sin complicarse demasiado. ¿De qué va a hablar un abogado fiscal si escribe una novela? Y ahí termina todo. El gélido ambiente de la novela no logra descongelarse ni siquiera al final.
En resumen, que me he quedado helado. O destemplado. O con una brisa molesta en el cogote al menos con esta novela de Larsson. Supongo que tras su primera novela se habrá ido puliendo, pero en verdad a mí nunca me hubiera parecido un inicio tan prometedor como se nos vende.
Sotomonte
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