Siglo V d.C. El Imperio romano se desmorona y, en la antigua provincia de Britania, el poder está cambiando de manos. Solo queda un último servidor leal a Roma, acosado por el caudillo de los celtas y por los sajones, los recién llegados del norte que sueñan con establecerse a sangre y fuego en estas tierras y sojuzgarlas. Todos ansían las sobras en este nuevo mundo, más brutal y cruel, donde la vida carece de valor, la traición es moneda de cambio y siempre vence la espada.Y en medio del caos un niño de la tribu de los deceanglos, con un talento natural para sanar y un don temible para la profecía, presiente que ante él se abre un gran destino.NIÑO, SANADOR, PROFETA... LA HISTORIA DE MERLÍN COMIENZA.
Batalla de reyes es la primera parte de una trilogía -cuya historia continúa en Muerte de un imperio y Red de traiciones- en las que se nos va a contar la historia de Merlín, el mago de la corte del Rey Arturo, desde que nace hasta, supongo, su vejez o muerte. En este primer volumen conoceremos la historia del niño, de su nacimiento, de su familia y de los primeros años de su vida, en resumidas cuentas. La leyenda artúrica es posiblemente una de esos temas recurrentes y sumamente interesantes que a todo el mundo le atrae. ¿O acaso hay alguien que lea estas líneas y que nunca haya oído, leído o visto algo acerca de Arturo y los caballeros de la tabla redonda? A mí personalmente es un tema que sin ser de mis favoritos, me parece muy atrayente y esa fue una de las razones por las que acepté leer este libro cuando Grijalbo me lo presentó. El que sí es uno de mis temas favoritos es el otro eje central de la novela, del que hablaré más adelante. ¿Y qué me pareció? Pues vayamos por partes, porque lo merece: este es un libro que sí, pero no. Todo a la vez.
Voy a comenzar por lo negativo para poder finalizar con el buen sabor de boca que se merece. Y es que Batalla de reyes, si bien es una novela más que correcta, parte de una carencia muy importante: la prosa de su autora -porque esa M. es de Meredith y no de Malvin, por ejemplo- es simple, sencilla, demasiado lisa. Sin demasiadas florituras, y ya sabéis que la belleza de una escritura no tiene por qué radicar en su dificultad, pero además de esto es que no tiene nada de particular. Esto lo escribe ella como podría haberlo escrito cualquier otro, y partiendo de la base de que venía de leer American Gods y que lo estaba combinando con mi nuevo objeto de deseo -un libro de Lord Dunsany del que os hablaré esta semana-, eso no es algo muy loable. Las descripciones de las batallas, de los personajes y de los paisajes están bastante bien, y es capaz de situarte a la perfección en ese pasado, pero no puedo decir lo mismo de los diálogos. Es ahí donde se pierde la magia y el ambiente, y es que tratándose de una novela histórica es muy importante mantener un cierto decoro, que los personajes hablen como deben, y que no haya comentarios fuera de lugar. Comentarios como "Pobre, la han violado y está un poco loca" hacen que verdaderamente me replantee en qué estaba pensando la autora al escribirlos. Sé perfectamente que en aquella época las violaciones estaban a la orden del día y es algo que comprendo en una sociedad tan machista como aquella, pero en mi opinión, no es un comentario que una madre haga así a la ligera. Que sí, que a la niña la habían violado, y que a raíz de eso estaba “un poco loca”, pero no suena nada bien y más aún con esa actitud. ¿Soy la única a la que eso le ha sonado fatal? No es lo único, naturalmente, pero es sin duda la frase que se dice que peor suena y que más alucinando me dejó. Y no sólo por eso sino porque la forma de hacer el comentario me resulta totalmente artificial.
Branwyn casi lo abandonó a su suerte. ¡Qué poco faltó! Como un animal asustado, estaba preparada para salir corriendo por donde había llegado. Tal es la facilidad con la que se crean los reinos, al arbitrio de la valentía de una chica sin sensatez suficiente para entender la textura del miedo.
El tiempo es traidor. Pone la zancadilla a los hombres, los retrasa y confunde su mente. A veces pasa deprisa, a veces se arrastra, pero mediante todos sus trucos y tribulaciones empina a todos los seres vivos de forma inexorable hacia la gran nada.
Comentado lo malo y dejando aparte que se trata de una lectura rápida, ligera y amena que no parece incitar a la reflexión en ningún momento -si bien te deja bastante claro cómo era la sociedad de la época-, lo cierto es que el resto es muy bueno. La historia que presenta es atractiva, minuciosa en detalles y está muy cuidada, así que no nos falta nada acerca de la vida del chico. Asimismo el personaje elegido es obviamente muy interesante, con lo que el interés se mantiene constante en toda la obra. El ritmo me ha parecido muy ágil, pese a detenerse bastante en la narración de ciertas batallitas y muertes; en ningún momento me aburrí, de hecho, si tardé demasiado en acabar el libro no fue tanto por este sino por la horrible época en la que estabaBatalla de reyes es una novela muy recomendable. Si bien no tiene una prosa especialmente buena, la historia es lo que más destaca, partiendo de un personaje conocido e importante para darnos a conocer su historia de una manera amena y muy interesante. Sin duda para intercalar entre otras lecturas más densas o que no nos gusten demasiado, es una elección acertada.