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RESEÑA:Tras descubrir hace unos meses a Joyce Carol Oates a través de su novela Ave del paraíso, me quedé con ganas de repetir con esta autora, eterna candidata al Premio Nobel de literatura, por lo que aprovechando que tenía en mi estantería Bellefleur, hace unos días decidí aventurarme con las más de novecientas páginas que recogen la historia de esta familia.
Bellefleur es una saga familiar que está dentro del grupo de novelas góticas escritas por Joyce Carol Oates. Lo primero que nos encontramos en las páginas iniciales del libro es el extenso árbol genealógico de la familia Bellefleur, al cual será necesario volver en repetidas ocasiones a lo largo de la lectura, siendo para el lector una excelente ayuda. Observando sus diferentes ramas apreciamos varios detalles que no pasan desapercibidos como que en las primeras generaciones varios miembros de la familia murieron el mismo día, dos hermanos que compartieron la misma esposa, un miembro en el que solamente aparece la fecha de nacimiento o la repetición de nombres a lo largo de las generaciones. Todo esto nos da una idea de la complejidad de la historia familiar a la que estamos a punto de enfrentarnos.
Bellefleur es un libro en el que cuesta adentrarse debido a la prosa de su autora, a la que es necesario acostumbrarse. Esto puede provocar que los primeros capítulos resulten un poco lentos o incluso pesados, pero una vez que te adaptas al estilo de Oates la historia te envuelve y te dejas llevar por el ritmo de la narración y la historia familiar. No os voy a decir que es una novela fácil de leer porque no es así, es un libro denso que requiere una lectura pausada y atenta para no perderse ninguno de los muchos detalles que aparecen diseminados por sus páginas. No obstante, aquellos lectores que se sientan atrapados por la historia y sobre todo por la forma de escribir de la autora van a disfrutar muchísimo con su lectura, ya que es un libro muy bien escrito, con un perfecto uso de los recursos literarios y que sorprende por la complejidad de su historia.
En la reseña de Ave del paraíso ya os comentaba que Oates tiene una forma de narrar impecable, cuidando hasta el más mínimo detalle. En Bellefleur nos encontramos con un texto sumamente descriptivo en el que abunda la narración y los diálogos son escasos, que en algunos momentos se acerca al realismo mágico. La historia transcurre a través de párrafos compuestos por frases largas que incluso en ocasiones albergan en su interior otras frases o puntualizaciones entre guiones a la historia, por lo que el ritmo es más bien lento y requiere bastante concentración para no perdernos en estas frases interminables. Sin embargo esto no provoca que el texto sea aburrido, o al menos a mí no me lo ha parecido, la historia que nos va relatando en sus casi mil páginas me ha parecido muy amena y aunque habrá quien piense que contiene demasiados detalles o anécdotas que podrían obviarse, creo que en conjunto es una obra fascinante y muy bien entramada.
Compuesta por cinco libros que a su vez están divididos en capítulos, la narración no es lineal sino que va alternando capítulos protagonizados por cada uno de los miembros del clan en las diferentes épocas. Vamos así poco a poco descubriendo los secretos de esta familia y dando forma a su historia en nuestra mente, igual que hacemos con nuestra propia historia. Es el conjunto de miembros de nuestra familia quienes poco a poco nos van contando anécdotas que nosotros vamos encajando, dando forma a ese puzle que abarca tantos años, cada nueva historia la colocamos en su época correspondiente y la enlazamos con el resto de vivencias que tenemos almacenadas para ir completando lo máximo posible nuestro propio árbol genealógico. Esto mismo es lo que hace Oates en esta novela, va relatando hechos relevantes en la vida de esta familia sin ningún orden, dejando que sea el propio lector el que relacione todas las vivencias y complete en su mente la evolución del clan Bellefleur.
Como os he indicado antes, Bellefleur se encuadra dentro de la novela gótica y esos elementos característicos del género son los que nos encontramos en su interior: la mansión Bellefleur con un marcado estilo arquitectónico, alternancia entre realidad e irrealidad, personajes dominados por sus pasiones, conflictos amorosos, elementos sobrenaturales o inexplicables, animales exóticos, maldiciones, etc. La novela cuenta con una ambientación magnífica, Joyce Carol Oates consigue dar forma a una atmósfera cargada de oscuridad y suspenso que crea una sensación de inquietud en el lector desde el principio. La perfecta descripción de la mansión Bellefleur en la que no queda detalle por descubrir, incluso el origen de la piedra utilizada en su construcción, los elementos más abstractos como la maldición que acompaña a la familia, la locura que rozan algunos personajes o los elementos sobrenaturales e incluso el gato Mahalaleel en el que quedan reflejados los animales exóticos, son elementos que la autora domina perfectamente, sin dejar ninguno en el olvido, creando un escenario imprescindible en este tipo de novelas, cargado de decadencia, en muchos casos recurriendo a sucesos brutales que golpean y sobrecogen al lector.
Es una novela en la que abundan los hechos improbables y mágicos pero dentro de la cotidianidad. Los poderes psíquicos de algunos personajes, el pájaro que se lleva un bebe en sus garras o el tambor hecho con la piel de uno de sus miembros son algunos de los muchos detalles que sorprenden al lector y hacen que se sitúe más cerca de la fantasía a pesar de que por las descripciones minuciosas que contiene vemos que transcurre en un emplazamiento que aunque solo exista en la mente de la autora, parece real. En este sentido me ha recordado mientras iba leyendo a Cien años de soledad, son obras muy diferentes pero comparten el rasgo común de tener a una familia por protagonista y una historia en la que el realismo mágico es lo que domina en la narración.
Bellefleur es ante todo una novela de personajes, son los diferentes miembros de esta familia los auténticos protagonistas. Aunque todos comparten un grado de importancia bastante similar, podemos colocar en el centro de la historia a la pareja formada por Leah y Gideon junto con su hija Germaine, por ser de alguna manera los que van a marcar el destino final del clan, motivo por el cual se les ha dado una cierta relevancia sobre los demás. Son personajes con mucha fuerza, desarrollados y perfilados con mucho ingenio por parte de la autora, ya que todos llaman la atención por una personalidad que se sale de lo común. El excentricismo es la característica que tienen en común aunque cada uno posee un rasgo que lo define y lo individualiza y en muchos de ellos vemos desarrollarse y evolucionar su personalidad para dar paso a otra más madura. Entre las mujeres es Leah la que sobresale por encima de las demás, una mujer bella con mucho carácter, dominante, inconformista, competitiva, apasionada y abocada al fatalismo.Son los personajes masculinos los que en cierta forma marcan el rumbo de la historia. Entre ellos destaca Gideon, un hombre intensamente enamorado de su mujer, Leah, por la que siente una pasión enfermiza que le hace sufrir ante su indiferencia, no soporta la pérdida de su amor y busca refugio en los brazos de otras mujeres en los que satisfacer su deseo de posesión y la pasión que en el pasado disfrutó. Aunque es difícil hacer una selección entre ellos porque cada uno tiene un rasgo que llama la atención del lector, me ha gustado el personaje de Jedediah, un hombre solitario que huye de sus sentimientos y se refugia en las montañas en busca de respuestas espirituales y el abuelo Hiram, con su trastorno de sonambulismo.
Son una amplia galería de personajes y sorprende sobre todo la capacidad de la autora para manejarlos y controlarlos, saltando de uno a otro constantemente y tejiendo diversas historias en las que no queda ningún cabo suelto, cuando llegamos al final conocemos cómo ha sido la vida de cada uno de los miembros y qué acontecimientos han marcado la misma. Es asombroso pararse a pensar cómo puede surgir una historia de esta envergadura, con tal cantidad de pequeños detalles que están relacionados entre sí y que no puedes obviar en ningún momento, que la autora tiene que ir enlazando no solo en su mente si no ser capaz de plasmarlo en la narración y conseguir que la persona que lea la historia sea capaz de construir el entramado en su cabeza. Joyce Carol Oates lo consigue con una maestría desbordante tanto para crear a los personajes como para dar forma al mundo que los rodea y esto queda demostrado en el epílogo, en el que nos cuenta cómo surgió Bellefleur y cómo fue su proceso de escritura partiendo de más de mil páginas de anotaciones iniciales. Aquí señala que es su novela más difícil y más cautivadora y cualquiera que la lea lo entenderá perfectamente.
Bellefleur es una novela fascinante que recomiendo leer a todo aquel que se sienta capaz de enfrentarse a su narración y ritmo. Con una ambientación fabulosa y unos personajes que quedan grabados en la memoria, es una novela que cautiva tanto por su historia como por su prosa. Para aquellos que ya han leído algo de la autora y les ha gustado, sin ninguna duda es una obra que no deberían perderse.
FUENTES: imagen autora http://www.puntodelectura.com/es/autor/joyce-carol-oates-1/
Gracias a Punto de Lectura por facilitarme el ejemplar