Reseña Bésame y vente conmigo – Olivia Ardey

Por Perdidas Entre Páginas @LasPerdidas

Por una cosa o por la otra no había leído aún a Olivia Ardey. Esta autora estaba entre mis pendientes, así que cuando la editorial Versátil me ofreció un ejemplar de Bésame y vente conmigo, supe que era el momento.

Álvaro, Celia y Nico, tres amigos que lo compartieron todo de niños, se reúnen en el funeral de un pariente millonario que, ¡oh, sorpresa!, les ha dejado en herencia su bodega centenaria y sus ricos viñedos. Sin embargo, el testamento contiene una trampa, heredará la fortuna aquel de los tres que primero se case. ¿Quién logrará hacerse con la herencia? Un loco viaje a Las Vegas en busca de una boda a la carrera, secretos, recuerdos del primer amor entre Celia y Álvaro, malentendidos y el hallazgo de un tesoro arqueológico inesperado que hará que cada uno de los protagonistas acabe encontrando lo que más desea… aunque ni ellos mismos lo sepan.

Desde ya os aviso que esta es la típica novela Chick Lit “agridulce”, es decir, si huís de todo lo que sea lacrimógeno, azucarado, romanticón, de los rifi rafes entre protagonistas, de todo aquello que deja a una con una sonrisa tonta en la cara… ya podéis pasar por alto la reseña, porque este libro, como toda buena novela Chick Lit, contiene grandes dosis de todo lo anteriormente mencionado.

Así que, para todas aquellas reincidentes que por mucho que lean novela romántica de este tipo, y aunque ya sepan cómo termina todo pero no pueden parar… Bésame y vente conmigo es una opción más que mejor.

De todos modos, tras haber leído varias así, creo que lo importante de ellas no es la forma, ya que todas tienen una base hermana gemela (la de la típica historia de comedia romántica: que si ahora sí, que si ahora no, que si luego sí y todo es “ooooh”) y el final está cantado en todas y cada una de estas novelas. Así que, en mi opinión, lo que importa aquí son las historias de los personajes, las diferentes vidas, y la manera en que la autora te lo cuenta.

En este caso nos encontramos con tres amigos: Nico, Celia y Álvaro. Resulta que han heredado una finca con viñedos de un hombre cascarrabias que, para elegir al que se quedará con todo lo que les deja, pondrá una cláusula bastante curiosa: el primero que se case, “gana”. Vaya jaleo, ¿no? bueno, pues todavía es peor porque resulta que Celia y Álvaro tuvieron algo en el pasado y desde que lo dejaron están ahí con el ni pa ti ni pa mí. Así que, aprovechando el “viajecito” que les monta Nico, se cobran como una especie de “venganza” el irse a Las Vegas y competir entre ellos para ver quién se casa primero (Nico queda más en segundo plano). Y como dice el dicho: “el que se pelea se desea”, así que ya podéis imaginar el tira y afloja que llevarán los protagonistas durante toda la novela.
De todos modos, no serán los protagonistas los únicos dueños de esta historia, pues los secundarios también tendrán mucho que decir en sus pequeñas grandes apariciones [eso sí, quiero “quejarme” un poquito en cuanto a Nico y su relación; no me importa absolutamente nada que se toque el tema de la homosexualidad en este tipo de novelas, es más, me parece que ya va siendo hora de que en las novelas se vaya más allá del típico chico/chica pero… es que de diez Chick Lit que he leído, 9 tienen secundarios gays… la primera vez me encantó, la segunda me pareció genial, la tercera bueno, pero… cuando ya has visto varias así, ¿no cansa un poco que se “explote” tanto este tema? Ya no por Olivia, porque es la primera novela suya que leo y no sé si es habitual en ella crear secundarios gays (además que este gay no es de los que van por ahí berreando), si no por otras autoras que también han recurrido a ellos en varias de sus novelas y de las que “me quejo” ahora].

La autora crea unos protagonistas sólidos, que saben lo que quieren aunque no lo expresen en voz alta, y a los que iremos conociendo página a página.

El estilo de Olivia, aun siendo fresco y desenfadado, lo encuentro más “serio” en comparación con, por ejemplo, el de Megan Maxwell. Con esto no quiero decir que esta novela esté mal ni desmerezco a la otra, ya que los protagonistas se comportan como cualquier humano haría en su situación, pero la novela tiene un no sé qué, que la hace como más formal, más madurapor no hablar de lo bien que se documenta esta mujer para hablar con conocimiento de cualquier elemento que usa en su historia. Quizá lo que suceda con esto es que la situación se recree en tu mente más como una peli que como si estuvieras ahí dentro propiamente.

Pero aquí, lo que debo aplaudir y alabar por los siglos de los siglos es la capacidad que tiene Olivia Ardey de hacernos temblar con una simple caricia. ¿¿Y es que a mí que la erótica pura y dura no hace que se me acelere el corazón ni me suban las calores?? Y luego llegan autoras como Olivia, que hace que Álvaro le de un simple beso en el cuello a Celia y ya me da la taquicardia. Admiro muchísimo a las autoras que escriben este tipo de romántica. Y con esto no quiero decir que se censuren, ya que podréis encontrar escenas de sexo subidas de tono en varias ocasiones y sin que le de pudor alguno a la autora, pero son escenas especiales: tienen una historia detrás, hacen sentir al lector.Si me hubierais visto a mí, Icewoman y bruja de profesión, bajo una montaña de pañuelos usados, me entenderíais.

La primera novela que leo de Olivia Ardey me ha parecido estupenda, tanto como para querer leer algo más de esta mujer.

¿Habíais leído ya a esta autora antes? ¿Habéis leído su nueva novela?

Yo lo que tengo claro es que el viernes ya me he pedido fiesta del trabajo, Barceloneses/as: ¿os animáis a venir a las 19h a la presentación de Bésame y vente conmigo y la de Megan Maxwell Casi una novela? Yo lo que tengo claro es que no puedo dejar pasar ni un día más sin que estas autoras me firmen mis libros! ¡¡Si alguien se anima nos vemos allí!!