Reseña: En esta segunda entrega la autora se centra en la historia de Blake, a quien ya conocimos en Besos con sabor a lluvia. La historia se divide en dos partes que se diferencian de manera clara. En la primera de estas, el lector conoce un poco más de la vida de Blake, de sus trabajos y sus trapicheos con gente poco recomendable. Conocemos a Sara y su relación con Blake hasta que este decide alejarse dejándola sola. Lo que tanto el lector como Blake desconocen es el verdadero motivo por el que se produjo esa marcha. Un mal entendido o una mentira por parte de su amigo Drew precipitaron las cosas. Pero la cuestión va más allá cuando el propio Drew le confiesa a Blake el motivo real por el cual decidió contarle una mentira que lleva arrastrando todo este tiempo. Tanto Blake como Sara has estado viviendo estos años creyendo una historia que en nada tenía que ver con la realidad. Y es el momento de revelar lo que sucedió entonces: de eso se encargará Drew, el mejor amigo de Blake. Este es un primer acercamiento a la novela. Este incidente que relata Drew sigue coleando en el presente y Blake vuelve a verse en peligro. Parker, dueño del taller en el que trabajaba Blake, y padre de Sara no olvida lo que este le hizo a su hija. Surge el tema del rencor, la venganza pero que Parker se encargará de llevar a cabo por medio de Jeff, el jefe del taller. Aquí no adentramos en un mundo de delincuencia del que Blake y Drew saldrán bien parados gracias a la colaboración del FBI. Esta primera parte de la trama está cargada de suspense, acción, venganza, etc. Se acerca a una historia policíaca con algunos toques románticos.Es a partir de que Blake y Sara conocen la verdadera historia de la marcha de este, y de que no hay peligro con respecto a las represalias de Parker ni de Jeff, que el lector se adentra en la segunda parte de la historia.
Blake se marcha a ver a su familia a Town Hope y su comportamiento varía entre la incredulidad y la testarudez porque no cree que Sara quiera verlo, y al mismo tiempo se cierra en banda para no buscar una solución. El saber que tiene un hijo tampoco parece servirle de acicate. Sara por su parte parece más decidida a perseguir a su corazón, a encontrar a la persona que sigue amando. Se entera del lugar en el que se encuentra Blake y no vacila en ir tras él. El final de la historia podemos imaginarla desde el mismo momento en el que Sara decide ir en busca de Blake. Pero todavía hay un pequeño giro del destino, que se solventa de inmediato. Finalmente el lector asiste a la reconciliación de Blake y Sara, así como al primer encuentro entre Blake y su hijo Michael. La historia complementa de manera brillante la que se inició con la primera entrega de esta bilogía. Los personajes de aquella vuelven a aparecer aquí como secundarios, y el lector es testigo de la evolución que han seguido. De cómo han cambiado sus vidas. Blake se integra de manera perfecta en la vida de Town Hope y en la de su familia. Un buen broche para la conclusión de la Bilogía.