La historia la cuenta Ekaitz un joven que ha perdido demasiadas cosas, para empezar las sonrisas y para continuar el rumbo de su vida.Está en un punto de su vida que tal vez retrocediendo pueda volver a comenzar aunque está seguro de que hay cosas que no podrá recuperar pero quién sabe si podrá descubrir otras que le harán reconciliarse con el presente y sobre todo con el pasado.Cumpliendo una última promesa visitará a su padre, con el que no tiene muy buena relación y descubrirá que visto desde los ojos de un adolescente no todo es lo que parece. Nunca debemos dejar que el dolor nos impida seguir viviendo y disfrutando de la vida pues por mucho que duela siempre podrás encontrar pequeños momentos de felicidad, y eso es lo que nos quiere mostrar el escritor a través de ese personaje cuya vida ha estado marcada por las pérdidas pero que quiere reconstruirla gracias a los reencuentros y las segundas oportunidades.La sinceridad y la verdad son dos temas importantes en el libro, claro que hay que saber que toda verdad tiene distintos puntos de vista y matices.Durante la lectura me ha chocado bastante el uso de los puntos suspensivos durante la mayor parte del libro, supongo que el escritor habrá tenido algún motivo pero para mí como lectora sólo ha supuesto una frivolidad, como si fuera una marca del escritor. Se supone que los puntos suspensivos se usan por y para algo, (dejar una idea inconclusa, enumeración, duda,…) y en muchas de las ocasiones en el libro, simplemente da la sensación de que los usa así porque le gusta, o como he dicho antes para desmarcarse del resto. Te llegas a saturar con tanto punto suspensivo.A pesar de lo dicho me gustaría leer su obra más conocida: “El mundo amarillo” y comprobar como fueron los comienzos.
“Brújulas que buscan sonrisas perdidas” es un libro que nos habla sobre los sentimientos, que intenta hacernos ver que siempre hay que buscar el lado positivo y enfrentarnos a la vida con optimismo y una sonrisa. Un libro en la línea de los que tratan de “ayudar al lector” a salir de su apatía y disfrutar de la vida, a pesar de lo que ocurra en ella o a nuestro alrededor.
“Para vivir, hace falta vivir…Creo que no deberíamos olvidarlo.”
“En este mundo mucha gente es falsa…Las mentiras te rodean, saber que existe un archipiélago de personas que siempre te dirán la verdad vale mucho… Quiero que formes parte de mi archipiélago de sinceridad…”