Siempre que nos sentamos en la butaca de un cine para ver una nueva película de Marvel Studios vamos con la idea en la cabeza de que esta va a ser la mejor película del estudio hasta la fecha. Esto mismo, como era de esperar, ha ocurrido con Capitán América: El Soldado de Invierno, pero por motivos bien diferentes.
Desde que comenzó la promoción del filme, nos lo han vendido como una aventura terrenal llena de acción, espionaje, conspiraciones y más acción. Teníamos constancia de un elenco de altura, por un lado por lo que ya teníamos, y por otro por la enorme incorporación del veterano Robert Redford, que por cierto pasa sin pena ni gloria. Toda la película huele al mejor cine de acción de los 90, y ahí los Russo han conseguido lo que nos prometieron, de eso no hay duda. Como comentaban en el ascensor después de salir de la proyección, “da gusto poder seguir las escenas de acción sin perderte o marearte“, y es que creo que no exagero si digo que esta le da mil vueltas al 80% de películas de acción de la última década.
Independientemente de la trama, de la que no os voy a hablar demasiado para no desvelaros la compleja tela de araña que han conseguido tejer los guionistas alrededor de S.H.I.E.L.D. y de su historia (porque esto es en realidad de lo que va la película), al fin conseguimos ver al Capi como realmente lo reconocemos en los cómics. Sus ideales, su actitud, su valentía, sus poses… El uso que hace del escudo en esta película pone los pelos de punta, y a esto hay que añadir unas coreografías en las luchas cuerpo a cuerpo que te mantienen en tensión de principio a fin, muy espectaculares y elaboradas.
Pero no solo vemos al Capi que todos queremos, porque al veterano superhéroe le acompañan una Viuda Negra a la altura y un Halcón al que me gustaría destacar como una de las cosas más “molonas” de toda la película. Da gusto verlo volar, y mucho, y nada más comenzar la película surge esa química de compañerismo entre Sam Wilson y Steve Rogers que lleva existiendo en los cómics desde hace décadas. También vemos a Nick Furia, haciendo de las suyas, principalmente algo que en los cómics le gusta hacer bastante, y a Maria Hill, en un papel anecdótico que podría haber sido interpretado por cualquier otro personaje, incluso desconocido.
Y la lista continúa. También tenemos a una Sharon Carter/Agente 13 a la que se le da una importancia que no casa con lo que aparece en la película, quizás pensando en el futuro, y a un Agente Sitwell que, por un lado, cuenta con 3-4 escenas clave en la película, y por otro, sirve de enlace profundo con la serie Agents of S.H.I.E.L.D.
Y es que ese es uno de los grandes puntos a favor de la película. Capitán América: El Soldado de Invierno está totalmente integrada, y de gran manera, en el Universo Cinematográfico de Marvel. Eso era algo que cabía esperar, pero lo consigue de tal manera que no se escapa ni un mísero detalle. Y ojo, porque no solo ocurre con lo que ha pasado anteriormente o con lo que está pasando ahora, sino que también se piensa bastante en lo que está por venir. Se repasa la primera entrega del Capi de forma inteligente, lo justo para que alguien que no la vio se entere de ciertos hilos de la secuela, y se hacen referencias casi continuas a Los Vengadores y al resto de superhéroes. Pero como digo, también se piensa en el futuro, dejando hilos abiertos que explorar para todos y cada uno de los personajes que aparecen en la cinta, e incluso nombrando cosas que vienen a confirmar futuros planes del estudio.
En cuanto al villano, el Soldado de Invierno se presenta como un rival totalmente digno para el Capi. Nuestro héroe las pasa canutas, y seamos sinceros, Bucky mola, y su brazo biónico más. No se explora demasiado su pasado, explicando únicamente por encima qué le ha ocurrido para llegar a ese estado, pero este es, precisamente, uno de esos hilos que quedan abiertos para un futuro. Y que quede claro, este no es el único malo maloso del filme, ya que llego a contar hasta 6 villanos importantes, algunos recuperados del pasado y otros de nuevo cuño (y además con vistas al futuro). Y no diré más.
En resumen, gran película, mejor de lo esperado, y posiblemente más accesible para todo tipo de público debido a que no hay súper poderes demasiado vistosos, no hay grandes monstruos verdes, no hay viajes por el espacio, etc., etc. Estoy seguro de que muchos considerábais al Capi como uno de los menos destacados de los “Vengadores cinematográficos”, pero también estoy seguro de que, después de ver esta película, pasará a ser el favorito de bastantes.
Y ahora, un poco de lo bueno. Aviso de semi-spoilers.
- Se nombra a un superhéroe aún inédito en el UCM, pero del que se lleva tiempo rumoreando una película.
- Hay dos escenas post-créditos finales, siendo la primera de ellas la mejor.
- Nada es lo que parece.