Por: Marta Juan
Nada más comenzar esta novela de aventuras nos encontramos con su protagonista, el estadounidense Alejandro M. Riley, más conocido como Alex Riley, luchando al frente de las brigadas internacionales en la Guerra Civil Española, concretamente en la batalla del cerro del Pingarrón, un episodio que le marcará para el resto de su vida. Varios años después de aquello, en plena Segunda Guerra Mundial, antes de que Estados entrara en ella, Alex Riley se encuentra surcando el mar Mediterráneo a bordo de su barco, el Pingarrón, realizando trabajos como contrabandista junto con el resto de su tripulación. La aventura propiamente dicha comenzará cuando le encarguen realizar un trabajo para el empresario mallorquín Joan March, consistente en localizar un barco holandés hundido frente a las costas de Tánger, para recuperar de su interior una supuesta máquina de escribir que al parecer tiene un gran valor. Sin contar con que el trabajo parece complicado y difícil de realizar en el corto plazo que les han dado, cuentan con invitados en el barco, pues también tienen el encargo de llevar hasta Portugal a dos judíos que huyen de los nazis, y que serán un imán para atraer problemas.
Alex Riley, junto con su tripulación, tendrá que enfrentarse a los nazis, a un agente secreto británico y a los legionarios españoles. Pero en esta historia da igual en cuantos líos se meta, siempre ocurre algo o aparece alguien en el momento justo para que Alex Riley salga del aprieto en el que está metido. Hay que recalcar que en esta travesía, rica en vocabulario náutico, nadie ni nada es lo que parece ser en un principio, algo que hace que el lector mantenga el interés hasta el final de la novela. Fernando Gamboa consigue que pasemos un buen rato a bordo del Pingarrón en una novela de aventuras con un toque de historia, en la que también cabe alguna que otra escena de sexo.
Alex Riley, el capitán del Pingarrón, es sin duda el protagonista de esta historia. Con un pasado amoroso marcado por el fracaso, no dudó en alistarse en las brigadas internacionales para luchar contra el fascismo en la Guerra Civil Española. Aquella batalla en el Pingarrón le afectará mucho, y hará crecer en él un odio hacia todo y todos los que representan el fascismo y el racismo, clave en el desarrollo de esta historia. Sin un puerto fijo donde amarrar el Pingarrón, va de un sitio a otro realizando trabajos de contrabandista, y metiéndose en más que un lío. No sé por qué, pero al leer el libro el personaje de Alex Riley me ha dado un aire al también lobo de mar Corto Maltés. Fernando Gamboa ha sabido construir un personaje principal con mucho carisma, ideal para capitanear un barco como el Pingarrón. Pero en esta aventura Alex Riley no está solo. La tripulación del Pingarrón está compuesta por Jack, su mano derecha, César Moreira, el mecánico, la francesa Julie, y el yugoslavo Marco Marovic. Un elenco de secundarios, unos más flojos que otros, que hacen que el Pingarrón se mantenga a flote.
Fernando Gamboa también introduce en “Capitán Riley” personajes históricos claves en aquella época, como Heinrich Himmler, el general Wilhelm Canaris o Winston Churchill, aunque los utiliza a su antojo, pues tal y como aclara el propio escritor al finalizar la novela, ni los hechos y los diálogos en los que se ven envueltos ocurrieron realmente, y es que no hay que olvidar que aunque se narren hechos históricos y aparezcan personajes que realmente existieron, nos encontramos ante una novela de ficción.
Y como en toda buena película de aventuras, también nos encontramos con malos malísimos, de esos que nunca mueren por mucho que intentes matarles y que siempre aparecen cuando menos te lo esperas.
Sin duda, os invito a todos a pasar un buen viaje de aventuras navegando a bordo del Pingarrón, un barco que Fernando Gamboa ha sabido tripular muy bien. La novela se puede adquirir en Amazon, tanto en su versión digital como en papel. Hasta ahora “Capitán Riley” se ha mantenido entre los primeros puestos de los libros más vendidos.