¡En abril, aguas mil! Y como dice el dicho, en abril, mil reseñas que caen. ¿No pega, verdad? No importa, lo cierto es que os tenemos un cóctel molotov de reseñas muy interesantes este mes y hoy empezamos con un libro del que tal vez no hayáis oído hablar pero del que no podréis resistiros. ¡Vamos a empezar!
CINE JAPONÉS, de Stuart Galbraith IV
Hasta hace poco, el hemisferio occidental veía el cine japonés con una perspectiva muy estrecha. Durante años, los occidentales interesados en los films nipones tuvieron que contentarse con obras compiladas de Akira Kurosawa, escuálidas muestras de Kenji Mizoguchi y Yasujiro Ozu, algunos bocados de anime y películas casposas con monstruos invasores. Muchos grandes cineastas como Mikio Naruse y Keisuke Kinoshita han permanecido en el anonimato en Occidente, y las comedias y los musicales japoneses se han conocido raramente fuera de Asia. Este volumen endereza las cosas ilustrando una historia en profundidad del cine nipón con pósters impactantes y fotografías espectaculares.
“Nos encontraremos grandes fotografías, posters y carteles de películas reales, fragmentos de célebres películas de animación y también rostros famosos de la cultura del país”Cine Japonés, de Stuart Galbraith IV es un volumen sobre cine que todo aficionado debe tener en su biblioteca. Editado por Paul Duncan para Taschen, "Cine Japonés" es toda una biblia experta sobre los entresijos del arte del cine japonés. Cuando vimos este libro en El Corte Inglés no pudimos resistirnos a desearlo con todas nuestras ganas. Y es que solo basta con abrir sus hermosas tapas duras y deslumbrarte con las increíbles fotografías que guardan tantos secretos del éxito del cine de Japón, ese incomprendido por unos pocos y tan amado y afamado por unos tantos.
Yo soy un gran fanático de la cultura japonesa. Me gusta saber de todo un poco sobre mis vecinos lejanos los japoneses. El cine no es una excepción. Tenemos en casa una gran colección de cine japonés, no sólo de animación sino también de películas clásicas y de terror. El hecho de tener en casa también un libro enorme, de más de 300 páginas, que nos hable de cómo se inició el cine en este país y cuál fue el momento cumbre de todo su desarrollo, es un lujo que pocas personas se pueden permitir.
No obstante, nosotros conseguimos hacernos con un ejemplar de Cine Japonés, a pesar de haber sido publicado en el 2009 y os puedo asegurar que no tiene desperdicio. Todo empieza con un índice que nos descubre lo que nos depara: en primer lugar una extensa e interesante introducción que nos sumerge en la edición que tenemos en las manos y en cómo interpretar la historia de Japón y su cine, que van de la mano; pasamos seguidamente al primer capítulo, el que asienta las bases de un estudio profundo y hermoso sobre el cine oriental: Japón sobre Japón.
Acompañándonos en diez capítulos que van desde los grandes cineastas japoneses de la década de 1950 y 1960 hasta a la animación, los musicales y la segunda Nueva Ola que ha sufrido este tipo de cine, nos encontraremos grandes fotografías, posters y carteles de películas reales, fragmentos de célebres películas de animación y también rostros famosos de la cultura del país. Aparte, podremos disfrutar de citas célebres de directores y guionistas y también curiosas notas informativas sobre títulos, situadas a los bordes o debajo de las mentadas fotografías.
“Nada se puede desperdiciar de un volumen tan interesante como este, porque es la puerta a un vasto mundo que no podemos perdernos bajo ningún concepto”Lo cierto es que el cine japonés ha sufrido muchos cambios. Lo que he aprendido a lo largo de la lectura de "Cine Japonés" es que no existe un solo tipo de cine que recoja todas las características de la cultura japonesa. Entre los géneros más destacables del cine japonés podemos rescatar el cine de comedia musical y las películas románticas de la década de los 50; títulos como "Carmen vuelve a casa" o "Byaku fujin no yoren" son algunos ejemplos de esta época duradera de la historia del cine japonés. Dentro de este mismo saco, hay que destacar el título de la película "Shall we ダンス", ya que nosotros conocimos el remake que hicieron los americanos allá por el año 2004 con Richard Gere como protagonista... ¿os acordáis?
Los capítulos más interesantes en cuanto a historia fueron "Kaiju eiga: ¡películas de monstruos!" y "La segunda nueva Ola". El primero, llamado "Kaiju eiga: ¡películas de monstruos!" por la gran aparición de monstruos y destrucciones apocalípticas, está muy vinculada a la victoria americana sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial. Japón acabó convertido en cenizas después del rastrero ataque americano, recordemos, con la bomba atómica por delante. Estas películas fueron importantes para el crecimiento del país como la potencia mundial que hoy en día es. Fue este tipo de cine también, irónicamente, el que impulsó a los artistas japoneses fuera de las fronteras del país, y no está demás decir las barbaridades que hacían los americanos con las películas importadas de Japón, como doblajes esperpénticos o montajes bastardos como el realizado en la película "Godzilla, Japón bajo el terror del monstruo", donde rodaron escenas totalmente independientes para que en la película apareciera el actor americano Raymond Burr. De este periodo destaco las películas "Matango" y "Nankai no daikaiju".
El segundo momento dorado de la historia del cine japonés es el mentado "La segunda Nueva Ola", y es que de verdad se trató de un resurgimiento entre las cenizas en toda regla, un cambio de aires y de mentalidad. En el libro la ponen un poco a parir, literalmente, pero yo creo que el cine de los 90 japonés es grande y ha dado grandísimas obras. Algunas de ellas muy reconocidas como "La balada del Narayama" (el remake del 83) o "Gohatto", una película que trae de vuelta el chanbara o cine de samuráis pero con motivo de explorar la homosexualidad masculina tan en boga en esa época.
Es también en La segunda Nueva Ola donde conoceremos el arte del cine japonés de terror. Películas geniales como "Audition", "Ize" o "Llamada perdida", del director de culto Takashi Miike, aparecerán en las pantallas de todo el mundo, aterrorizando a los espectadores. Pero para mí, la mejor película dentro de esta época es "Nadie sabe (daremo shiranai)", de Koreeda, basada en hechos reales y rodada en el año 2004. Es aquí también cuando pasamos a hablar del gran Takeshi Kitano, un gran actor pero mayor director, que ha parido películas de culto, tales como "Policía violento", "Sonachine", "Hanabi" o "El verano de Kikujirou", ésta última, una de las primeras películas japonesas que yo vi en toda mi vida.
Por supuesto, hay más capítulos en este maravilloso libro, entre ellos los que se especifican al cine de animación o "anime" y otros capítulos que se preocupan por la época de las películas de yakuzas (taiyozoku) o las de samuráis (chanbara). Nada se puede desperdiciar de un volumen tan interesante como este, porque es la puerta a un vasto mundo que no podemos perdernos bajo ningún concepto. Si os gusta Japón y si os gusta el cine, no podéis, repito, no podéis dejarlo pasar.