El otro día tuvo lugar otra de nuestras famosas jornadas de lunes molones en las que algunos de los colaboradores de este blog nos reunimos para frikear a nuestras anchas. Nuevamente le tocaba elegir película a ese chamán de lo sexy para las 20 añeras conocido como Kiko. Después de los pufos tan serios de las últimas semanas, este chaval quiso dar un golpe sobre la mesa con su elección películera y sorprendió a propios y a extraños con un largometraje de uno de los maestros del terror: John Carpenter. ¿Una peli de Carpenter para unos Carpantas como nosotros?. La cosa prometía…
No sé si hemos comentado alguna vez que en este blog somos grandes fans de ciertos films que llevan la huella de John Carpenter, tales como Vampiros, Están Vivos o La Cosa (esta última a mí me gusta especialmente porque en casa me llaman así cuando me ven recién “levantao”). The Wardes la última película de este gran cineasta norteamericano, que desde el año 2001, en el que se marcó aquella barrabasada conocida con el nombre deFantasmas de Marte, desapareció un poco del horizonte cinematográfico y dejó a sus fans más a dos velas que una calienta-braguetas de esas de discoteque, la cual en el punto álgido de la noche te dice que es tarde y que se pira a casa porque tiene que madrugar.
El film nos pone en el pellejo de una joven llamada Kristen (interpretada por Amber Heard, a la cual conocerán su verdulero y su corredor de apuestas, porque nosotros no teníamos ni zorra idea de quién era la moza). El caso es que nuestra protagonista es ingresada en una institución psiquiátrica, donde conoce a otras chicas perturbadas con sus respectivos problemas. Mención aparte merece el plantel de niñas locas recluidas en este hospital psiquiátrico, el cual no tiene nada que envidiar a la fauna del Sálvame Deluxe y demás programas Telecinqueros. Pero lo inquietante del film radica en el hecho de que al caer la noche, en los pasillos de ese tétrico hospital pulula algo muy chungo y muy feo, ante lo cual hemos de confesar que algún que otro susto nos dimos con esas “apariciones estelares” que hacía este curioso engendro cuando uno menos se lo espera. Y es que realmente hay momentos en los que le pilla a uno de sopetón y con la guardia baja, provocando de esta forma algún que otro sobresalto.
Pero francamente y por mucho que me duela no ensalzar un film de Carpenter en plan juglar del medievo que va con su bandurria profiriendo épicos cantares de gesta por las callejuelas, he de decir que quitando esos sustos que tiene el film, pocas cosas destacables más se pueden mencionar de él. Y es que The Ward no tiene nada que no se haya visto anteriormente en otras películas típicas del género (me viene ahora mismo a la cabeza Madhouse), las cuales se desarrollan en un escenario en el que el estado de paranoia y las alucinaciones de los protagonistas son el principal hilo conductor del film. Todo ello hasta llegar a un sorpresivo final que pretende ser una vuelta de tuerca con respecto a lo visto a lo largo del metraje.
Así que a la pregunta de si nos ha gustado The Ward hemos de contestar que “Sí” en el sentido de que supone el regreso de nuestro idolatrado director a “los ruedos”, aunque sea con un film de aires ochenteros que no aporta nada nuevo al género. Pero hay que reconocer que un John Carpenter a medio gas puede resultar más inquietante que la mayoría de los productos de cine de terror que pululan hoy día. Así que a vuestra elección dejamos el hecho de que os la juguéis con ella o no. Por cierto, si tenéis la oportunidad echadla un vistazo en versión original con subtítulos en castellano, porque una de las gachises tiene una vocecilla que parecía un Pitufo al que le han “insuflao” un globo de helio.