Reseña: Circe.

Publicado el 05 octubre 2019 por Jimenada
CIRCE

Título: Circe.
Autora: Madeline Miller (Boston, Massachusetts, 1978) estudió en la universidad de Brown, donde se licenció en filología clásica. Desde hace diez años enseña latín, griego, y la obra de Shakespeare a estudiantes de Bachillerato. También ha estudiado dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de Yale, centrándose en la adaptación de textos clásicos. Actualmente vive en Filadelfia (Pensilvania). Su primera novela es La canción de Aquiles. Con Circe, su segunda obra, entró en la lista de libros más vendidos del New York Times nada más ser publicada y ganó el Premio Goodreads 2018 a mejor novela de fantasía. 

Editorial: AdN Novelas. 
Idioma: inglés. 
Traductor: Celia Recarey Redondo.
Sinopsis: en el palacio de Helios, dios del sol y el más poderoso de los titanes, nace una niña. Pero Circe es una niña rara: carece de los poderes de su padre y de la agresiva capacidad de seducción de su madre. Cuando acude al mundo de los mortales en busca de compañía, descubre que sí posee un poder, el poder de la brujería, con el que puede transformar a sus rivales en monstruos y amenazar a los mismísimos dioses. Temeroso, Zeus la destierra a una isla desierta, donde Circe perfecciona sus oscuras artes, doma bestias salvajes y se va topando con numerosas figuras célebres de la mitología griega: desde el Minotauro a Dédalo y su desventurado hijo Ícaro, la asesina Medea y, por supuesto, el astuto Odiseo. Pero también acecha el peligro, y Circe, sin saberlo, la ira tanto de los humanos como de los dioses, por lo que acaba teniendo que enfrentarse con uno de los olímpicos más importantes y vengativos. Para proteger aquello que ama, Circe deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y decidir, de una vez por todas, si pertenece al mundo en el que ha nacido o al mundo mortal que ha llegado a amar.
Su lectura me ha parecido: 

   Densa, irregular, más bibliográfica que novelística, estupendamente documentada, con abrumadores toques feministas, demasiado ambiciosa tal vez... Uno de los libros que me hizo amar la historia - además de el Diario de Anna Frank y Los pilares de la tierra - fue un breve volumen sobre mitología. Recuerdo que por aquel entonces - a una edad a la que normalmente se repudiaba eso de leer - era uno de mis imprescindibles, tanto que hasta lo usaba para la realización de algunos trabajos del colegio y el instituto. Plagado de imágenes, dibujos y anexos explicativos, aquel tesoro me permitió conocer esas historias sobre titanes destructores, valkirias cabalgando a lomos de majestuosos caballos, héroes que se movían como peces en el agua entre el mundo de los dioses y el de los mortales, asombrosas trasformaciones de humanos en animales u plantas o legendarias epopeyas con su correspondiente moraleja. En un momento en el que debería haber pasado de los libros aprendí, sin ser consciente, los mitos más importantes, sobre los cuales, se asientan gran parte de las sociedades actuales. Porque sí, la tecnología ha invadido nuestras vidas, pero os aseguro que estamos rodeados y supeditados a la influencia de ciertos relatos irracionales que hemos acabado dando por buenos. Pero regresando a aquella imagen a la que suelo acudir en momentos de oscuridad y de pesimismo, lo que de verdad me interesaba por aquel entonces era el cuento, porque sí, la historia de como París acabó entregándole la manzana dorada a Helena de Troya me pareció fascinante. A ojos de una niña todo es más impresionable. Sin embargo, con el tiempo - y por supuesto con más formación y un espíritu crítico más desarrollado - fui consciente ya no sólo de la influencia de estas historias en la sociedad de su momento (la cual se ha extendido por supuesto a la actualidad), también de la sangrante misoginia imperante en dichos relatos. Por eso, cuando tuve noticias de la publicación de la novela de Madeline Miller - precedida de un aluvión de halagos procedentes del otro lado del charco - en España, traté de hacerme con un ejemplar lo más pronto que pude. Estaba muy emocionada, estaba convencida de que me iba a sumergir en la reinterpretación desde una perspectiva de género de uno de los personajes mitológicos menos conocidos y a la vez más importantes. Sin embargo, y a pesar de que la idea de leerlo durante unas vacaciones de Semana Santa en Tarragona me pareció perfecta, me topé con una lectura de contrastes y alguna que otra decepción. Circe: la puesta en valor de la hechicera más despiadada de la Odisea.

   Desde una narración en primera persona y sin perder nunca de vista la versión de la protagonista, la novela nos narra la historia de Circe - sin duda, uno de los personajes más infames de la mitología clásica - hija de Helios (titán y personificación del Sol) y la oceánide Perseis. Desde bien pequeña no parece destacar demasiado, ni siquiera ha heredado los poderes de sus progenitores. Sin embargo, eso cambia en el momento en el que su verdadero don se revela - el de la brujería - un don que atemoriza al propio Zeus que decide expulsarla del Olimpo y desterrarla a la isla desierta de Eea. Allí perfeccionará su poder al mismo tiempo que llegan a sus dominios algunos de los héroes o divinidades más importantes, siendo la fortuita irrupción de Odiseo - Ulises para que nos entendamos - la que marcará un antes y un después en su vida. Ante esta bárbara sinopsis de lo que no hay que calificar a Madeline Miller es de ser una cobarde, todo lo contrario, habría que felicitarla por haberse atrevido a escribir y a poner en valor a Circe. Castigada por la misoginia tan presente en las leyendas mitológicas y posteriormente reducida a una mera hechicera que convertía a los humanos en cerdos - justo lo que hizo con parte de la tripulación de Odiseo tras un fastuoso banquete -. Pero Circe era mucho más y eso en la presente novela queda más que demostrado. No obstante, lejos de ser un libro perfecto, Circe presenta algunos aspectos que han acabado por declinar la balanza hacia una posición no tan enaltecedora y halagadora. En primer lugar, al tratarse de una historia donde la mitología está tan presente, una espera toparse con una historia donde lo trepidante esté a la orden del día. Sin embargo, esto no es así, dado que la autora ha optado más por una narración más sosegada y más pegada a la bibliografía que por una mas cercana al género de aventuras. Por mi parte - y aunque como historiadora agradezco ese esfuerzo por parte de la autora - creo que se ha perdido la oportunidad de hacer un bonito homenaje a esas historias y a ese estilo tan propio de las leyendas mitológicas. En segundo lugar no existe una regularidad en Circe, hasta podría definirse como una novela de extremos - o te entusiasma o te aburre - por suerte en mi caso me he quedado en una posición intermedia que, eso sí, no me ha resultado para nada cómoda. De escenas donde se podía extraer algo de interés pasamos, en pocas páginas, a otras que se convierten en una mera sucesión de personajes (el Minotauro, Dédalo e Ícaro, Medea y el propio Odiseo). Siguiendo con esto último, me impresionó ver como el episodio cumbre de la historia de Circe - ese tan famoso y memorable que aparece en La Odisea - quedaba bastante desaprovechado. Esta claro que la intención de la autora es otra, pero podría haberle dado más juego a ese encuentro entre ambos personajes. ¿Obra irregular? ¿Novela fallida? ¿O tal vez demasiado ambiciosa? Sí y no al mismo tiempo. Lo que si que podríamos decir, para terminar con este apartado, es que, por un lado, Circe se sale con la suya tirando de documentación, el amplio conocimiento de la autora respecto al tema y la mirada feminista con la que ha decidido construir a su protagonista. Pero por otro lado, tengo la sensación de que le ha faltado más consistencia, un ritmo más estable y posiblemente - por parte de su autora - replantearse mejor la historia. Aún así estoy convencida de que estamos ante una escritora con una arrolladora personalidad literaria en proceso de desarrollo y de la que en un futuro esperaremos grandes cosas.



Circe no es una reinterpretación del mito - y quien lo siga pensando está muy equivocada/o - sino, como he comentado en el primer párrafo, una necesaria puesta en valor. Si antes hemos destacado los aspectos a mejorar, ahora es el turno de reivindicar las virtudes de esta novela, entre las cuales se encuentra precisamente esa mirada violeta que sobrevuela todo el relato. En Circe nos topamos con muchísimo machismo, con sangrante misoginia y con escenas en las que se discrimina a la mujer inmediatamente. Hay quien se sorprende de la poca sororidad existente entre las deidades femeninas, algo que no fue en mi caso, dado que conocía la mayoría de los mitos griegos y sabía lo que me iba a encontrar. Los hechos, inventados o no, son los que son y es muy difícil poder cambiarlos de golpe y porrazo. Sin embargo, lo que como autoras y autores podemos hacer es cambiar la percepción con la que se accede a esos relatos, en otras palabras, la mirada con la que los leemos. Una mirada más crítica, más curiosa, más abierta y por supuesto más feminista. Si lo ponemos en práctica es posible que dentro de un tiempo consigamos cambiar la versión del relato, el cual seguirá siempre ahí, pero al que se le añadirá una interpretación diferente. La mitología griega está plagada de mujeres sometidas al control patriarcal. Desde Pandora, a la que la curiosidad la llevó a ser considerada por los hombres como la culpable de los males y enfermedades que azotan el mundo de los mortales, hasta Helena de Troya, cuya "vanidad" inició la guerra de Troya, pasando por las distintas amantes de Zeus a las cuales raptó y violó usando sus poderes para transformarse por ejemplo en animales. Por eso y sin perder de vista la importancia que aún siguen teniendo los mitos en la actualidad - los cuales han ido evolucionando con el paso de los siglos - debemos, desde la educación, incentivar a las nuevas generaciones a que no vean las cosas como blancas o negras, sino a que sepan apreciar los contrastes y los distintos matices en esos relatos que, inconscientemente, todos hemos dado por válidos. Sin espíritu crítico las sociedades no avanzan, y sin una perspectiva de género la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres tampoco. No se trata de censurar - eso nunca - sino de hacer ver lo injusta que ha sido la historia y entender la oportunidad que todas y todos tenemos para conseguir cambiar las cosas. Los relatos están ahí, son los que son, pero admitir que a Europa la violó Zeus transformado en toro o que Circe - como demuestra Madeline Miller - era algo más que una hechicera perversa ya son grandes logros. Circe: una historia de dioses, mortales, dilemas, poderes, desigualdades, magia... La novela que nos acompañará, a juzgar por las últimas noticias procedentes de HBO, durante mucho tiempo.
Frases o párrafos favoritos: 
"En pocos días mi vida había dado un vuelco. De nuevo me había convertido en una niña, esperando que mi padre condujera su carro, mientras mi madre pasaba el día en holganza en las riberas de Océano. Me echaba en los salones vacíos, con la garganta arañada por la soledad, y, cuando no podía soportarla más, huía a los días con Eetes en mi playa desierta. Allí encontraba las piedras que habían tocado los dedos de mi hermano. Caminaba por las arenas que habían hollado sus pies. Era evidente que no podía quedarse: era un hijo divino de Helios, brillante y esplendoroso, con voz propia, listo y con esperanzas de llegar a ser rey. ¿Y yo?"

¡Un saludo y a seguir leyendo!
Cortesía de AdN Novelas