Autor: Wolfgang Bauer
Traducción: Elena González
Editorial: Capitan Swing
Año: 2016
Nº de páginas: 152
Sinopsis: La catástrofe humanitaria que se está desarrollando ante nuestros ojos lo es por partida doble: la guerra civil en Siria se sigue cobrando incontables vidas humanas y millones de sirios están huyendo al extranjero. Algunos de ellos se atreven a cruzar el mar entre Egipto y Europa, donde cientos mueren cada año. El periodista Wolfgang Bauer y el fotógrafo Stanislav Krupař fueron los primeros reporteros encubiertos en documentar el éxodo. Cruzando el mar es el primer libro de reportajes que cubre la huida de los refugiados sirios a Europa a través del Mediterráneo.
Bauer y Krupař dejaron crecer su barba y adquirieron nuevas identidades para ser testigos directos de la brutalidad de las bandas de contrabandistas, los procesos de detención y deportación, los peligros de la travesía en embarcaciones desvencijadas y el furtivo viaje final a través de Europa. Fueron arrestados por la policía egipcia en la isla Nelson y deportados como europeos, pero algunos de sus compañeros de viaje consiguieron atravesar la frontera y les relataron su experiencia. Si alguien pensaba que los problemas con las autoridades terminarían en Europa, estaba completamente equivocado. Un testimonio único, tanto de los problemas sistémicos como de los rostros individuales que hay detrás de la crisis.Este año cursé una asignatura llamada cooperación internacional. La profesora quería que leyésemos un libro sobre una problemática actual, a elegir entre tres libros. Uno de ellos era éste. Cruzando el mar trata sobre el problema de los refugiados desde una óptica no jurídica o política, sino netamente periodística, de cronica. El autor del libro y un amigo fotógrafo se infiltran con identidaes secretas para realizar ellos mismos el viaje de ida a Europa de los refugiados, y poder contar de primera mano las historias de aquellos que viven esta historia y así poder darles voz.Bajo mi punto de vista, este planteamiento tiene virtudes y también problemas. Por un lado, como ya señalé, presenta la oportunidad de dar voz a las historias de personas que lo han vivido. Por otro lado, da la sensación de que sólo nos creemos las cosas cuando nos las cuenta alguna persona privilegiada que se "sacrifica" para vivirlo en su propia piel y contarnos la historia, casi como si sólo así el relato tuviese validez. He de decir que el libro cae poco en esto, por un lado porque el autor hace mucho más hincapié en las experiencias de aquellos a los que acompañan en el viaje a Europa desde Egipto, y por otro lado por la propia historia y estructura del libro: tenemos una primer aparte contada en primera persona (por así decirlo) y una segunda parte en la que Bauer y Krupar, tras ser descubiertos, abandonan el viaje y nos presentan una reconstrucción de los hechos a través de los testimonios del grupo con el que deberían haber viajado a Europa.Siguiendo esta pequeña tropa de personajes, Bauer se esfuerza en enseñarnos sus orígenes y sus deseos, además de un poco sobre sus personalidades. Nos habla de los momentos más duros y terribles, pero también momentos felilces y finaliza con un epílogo en el que nos cuenta los destinos finales de las personas que hemos ido siguiendo, y una última petición en la que Bauer incita a Europa a acoger a los refugiados, a tener piedad, un último alegato en el que, en definitiva dice que son personas y las fronteras dejan de tener sentido en estos casos, que hay que apelar a nuestra humanidad.Si bien el libro es muy ameno y me gustó bastante, me emocionó e impactó a partes iguales, había algo en todo ello que me chirriaba. Hay algo en la manera en la que está contado que me hacía parar cada poco porque sino, eprdía la perspectiva de que hablábamos de personas reales, de problemas reales, y mi mente empezaba a tratarlo como meros personajes. Es un libro que no escapa del todo al sensacionalismo, que por su narración resulta quizá algo inventivo. Tampoco escapa del todo a esa especie de complejo de salvador blanco. Si bien la intención del libro parece buena y genuina, parece que muchas veces se regodea en la descgracia diciento "pobrecitos, miralos, lo están pasando mal" en vez de adoptar una óptica menos comercial, por así decirlo. Haciendo eso parece que el libro sólo pretende que el lector occidental (europeo, concretamente) se sienta mejor tras leerlo pensando que se ha informado del tema y eso es suficiente. Se plantea el problema político como algo que concierne principalmente a los gobiernos europeos en una labor de reparación, la de acoger, porque según Bauer ya no se puede hacer nada respecto a la guerra. Es una solución, y sin duda es algo que hacer, pero suele ocurrir que este tipo de soluciones son sólo la punta del iceberg y que bastaría con mirar más allá.Me frustra reconocer que no soy capaz de explicar realmente cuál es el problema con este libro, viendo que en el párrafo anterior he dicho mucho y explicado poco y he abierto muchos cabos que no he atado. Siento no poder hacer una mejor labor, pero esto se debe precisamente a cómo me sentí leyendo el libro. Era una especie de olor a chamusquina que no conseguía localizar y al debatirlo con otras compañeras de clase que escogieron la misma lectura, estuvimos de acuerdo en que había algo, que el libro daba una sensación que no era del todo correcta a pesar de que a todas nos había gustado.Cruzando el mar, en definicitva, es un relato muy crudo, que merece la pena conocer, aunque no evite del todo caer en un cierto sensacionalismo ya que a veces presenta la tragedia de una forma demasiado comercial, demasiado cinematográfica o simple, aunque en general cumple su propósito de proporcionar un relato más o menos paradigmático de la experiencia de los refugiados "desde dentro", cosa que no deja de ser importante en estos tiempos.