Resumen: ¿Cuándo se empieza a gestar un crimen, cuando se decide cometerlo o muchos años antes, cuando éramos ángeles? Una mirada retrospectiva. Una novela de intriga sobre la pérdida de la inocencia. Clara, una joven periodista, vive en un pueblo de menos de mil habitantes, donde lleva una vida tranquila. Dirige el periódico digital local, aunque aspiraba a mucho más, y no se relaciona con casi nadie, a excepción de Chabela, la dueña del hostal Las Rosas, donde come y duerme, e intenta olvidar la reciente muerte de su marido, bebiendo por las noches y saliendo a correr por las mañanas. La aparición del cadáver de Fran Borrego, uno de los dueños de las tierras que rodean el pueblo de Fuentegrande, hará que esa vida aparentemente tranquila le muestre una sociedad repleta de envidias, intrigas y tramas incompletas que provienen de un pasado que desconoce. Mientras Clara inicia una investigación sobre la muerte del cacique, entrevistando a distintos personajes que pueden estar involucrados en su asesinato, nos adentramos en un flashback, ambientado en los años noventa, que muestra la verdadera historia de cada uno de ellos, así como el descubrimiento, por parte de este grupo de adolescentes, del sexo, el amor, la ira, la amistad, la decepción y la venganza. Mi opinión personal (sin spoilers) Cuando éramos ángeles es una novela que nos lleva a un pueblo tranquilo, niños jugando y creciendo en las calles, olor de guisos, apodos, rumores, adolescentes atrevidos, caciques... mostrándonos y recordándonos un pasado rural que creíamos extinguido. Un pueblo que se rige por viejas normas: los ricos tienen el poder. La novela está narrada en tercera persona con un estilo sencillo y directo, un acertado narrador omnisciente para contarnos el pasado adolescente de los personajes que podrían estar implicados en el crimen de esta historia. En esta historia percibimos amor, ira... una fuerte pasión que nos roba la razón y una tierra que nos ata. "Es lo que tiene Fuentegrande, parece una cápsula del tiempo, todo el que se queda aquí arrastra consigo el pasado de una manera angustiante". Otro aspecto interesante de la novela es saber cuando se produce la pérdida de la inocencia en una persona, nos preguntaremos cuando un niño pierde su inocencia y su alegría, cuando deja de ser un ángel. Yo creo que la autora nos hará dudar sobre la inocencia de los adolescentes protagonistas, adolescentes que fueron maestros guardando secretos. "Cuando éramos ángeles nuestros zapatos no estaban manchados de sangre. No conocíamos la culpa y las noches eran para dormir, no para despertar remordimientos. Cuando éramos ángeles había que preguntarlo todo, si querías salir, si querías comprar algo, te tenían que dar permiso. Todas las decisiones las tomaban por nosotros: la ropa que nos poníamos, los libros que necesitábamos para el colegio, lo que comíamos, lo que bebíamos. No sabíamos nada. Cuando éramos ángeles no teníamos deseos". Y guardando secretos y secretos, sentimos silencios que están a punto de ser gritados, sentimos como los adultos tienen casi siempre algo oculto en sus vidas, algo que con un mínimo roce revivirá un tiempo que creían muerto. En definitiva, os recomiendo la lectura de este esta novela y os invito a pensar que estar vivo no es lo mismo que vivir, que todas las personas sentimos del mismo modo en todas las partes del mundo y que matar siempre es incomprensible. "Esas tormentas de verano, las que impregnan la tierra de un intenso olor a humedad y enrarecen el ambiente, con el cielo nublado y un viento fuerte y serpenteante, aún contaminado de calor, seguro que traen, pensaba Clara, la misma sensación de melancolía en todas las partes del mundo".
Reseña: Cuando éramos ángeles de Beatriz Rodríguez (Seix Barral, 7 de enero de 2016)
Publicado el 04 septiembre 2016 por Carmen Nicolás Martínez @carmenensutinta
Cuando éramos ángeles es una novela arriesgada, novela de intriga sin ser una novela negra, novela con recetas de cocina sin ser un libro de cocina, novela de sexo sin ser una novela erótica. Cuando éramos ángeles de Beatriz Rodríguez es una novela que nos muestra dos formas de ver la vida: atacar o huir. En este enlace podéis comprar el libro.
Resumen: ¿Cuándo se empieza a gestar un crimen, cuando se decide cometerlo o muchos años antes, cuando éramos ángeles? Una mirada retrospectiva. Una novela de intriga sobre la pérdida de la inocencia. Clara, una joven periodista, vive en un pueblo de menos de mil habitantes, donde lleva una vida tranquila. Dirige el periódico digital local, aunque aspiraba a mucho más, y no se relaciona con casi nadie, a excepción de Chabela, la dueña del hostal Las Rosas, donde come y duerme, e intenta olvidar la reciente muerte de su marido, bebiendo por las noches y saliendo a correr por las mañanas. La aparición del cadáver de Fran Borrego, uno de los dueños de las tierras que rodean el pueblo de Fuentegrande, hará que esa vida aparentemente tranquila le muestre una sociedad repleta de envidias, intrigas y tramas incompletas que provienen de un pasado que desconoce. Mientras Clara inicia una investigación sobre la muerte del cacique, entrevistando a distintos personajes que pueden estar involucrados en su asesinato, nos adentramos en un flashback, ambientado en los años noventa, que muestra la verdadera historia de cada uno de ellos, así como el descubrimiento, por parte de este grupo de adolescentes, del sexo, el amor, la ira, la amistad, la decepción y la venganza. Mi opinión personal (sin spoilers) Cuando éramos ángeles es una novela que nos lleva a un pueblo tranquilo, niños jugando y creciendo en las calles, olor de guisos, apodos, rumores, adolescentes atrevidos, caciques... mostrándonos y recordándonos un pasado rural que creíamos extinguido. Un pueblo que se rige por viejas normas: los ricos tienen el poder. La novela está narrada en tercera persona con un estilo sencillo y directo, un acertado narrador omnisciente para contarnos el pasado adolescente de los personajes que podrían estar implicados en el crimen de esta historia. En esta historia percibimos amor, ira... una fuerte pasión que nos roba la razón y una tierra que nos ata. "Es lo que tiene Fuentegrande, parece una cápsula del tiempo, todo el que se queda aquí arrastra consigo el pasado de una manera angustiante". Otro aspecto interesante de la novela es saber cuando se produce la pérdida de la inocencia en una persona, nos preguntaremos cuando un niño pierde su inocencia y su alegría, cuando deja de ser un ángel. Yo creo que la autora nos hará dudar sobre la inocencia de los adolescentes protagonistas, adolescentes que fueron maestros guardando secretos. "Cuando éramos ángeles nuestros zapatos no estaban manchados de sangre. No conocíamos la culpa y las noches eran para dormir, no para despertar remordimientos. Cuando éramos ángeles había que preguntarlo todo, si querías salir, si querías comprar algo, te tenían que dar permiso. Todas las decisiones las tomaban por nosotros: la ropa que nos poníamos, los libros que necesitábamos para el colegio, lo que comíamos, lo que bebíamos. No sabíamos nada. Cuando éramos ángeles no teníamos deseos". Y guardando secretos y secretos, sentimos silencios que están a punto de ser gritados, sentimos como los adultos tienen casi siempre algo oculto en sus vidas, algo que con un mínimo roce revivirá un tiempo que creían muerto. En definitiva, os recomiendo la lectura de este esta novela y os invito a pensar que estar vivo no es lo mismo que vivir, que todas las personas sentimos del mismo modo en todas las partes del mundo y que matar siempre es incomprensible. "Esas tormentas de verano, las que impregnan la tierra de un intenso olor a humedad y enrarecen el ambiente, con el cielo nublado y un viento fuerte y serpenteante, aún contaminado de calor, seguro que traen, pensaba Clara, la misma sensación de melancolía en todas las partes del mundo". Beatriz Rodríguez Delgado (Sevilla, España, 1980). Es licenciada en Filología Hispánica. Ha trabajado como editora para Trama editorial, La Fábrica y el Grupo Anaya. Ha sido colaboradora de revistas como El rapto de Europa o Trama y Texturas y en guiones de documentales como La memoria de los cuentos. Los últimos narradores orales, de José Luis López Linares. También ha participado en secciones literarias y de opinión, en publicaciones del Grupo Andalucía Información y, recientemente, en la antología de relatos 'Watchwomen. Narradoras del siglo XXI'. Actualmente dirige la editorial Musa a las 9. ¿Habéis leído este libro? ¿Tenéis ganas de leerlo? ¿Qué os ha parecido?
Resumen: ¿Cuándo se empieza a gestar un crimen, cuando se decide cometerlo o muchos años antes, cuando éramos ángeles? Una mirada retrospectiva. Una novela de intriga sobre la pérdida de la inocencia. Clara, una joven periodista, vive en un pueblo de menos de mil habitantes, donde lleva una vida tranquila. Dirige el periódico digital local, aunque aspiraba a mucho más, y no se relaciona con casi nadie, a excepción de Chabela, la dueña del hostal Las Rosas, donde come y duerme, e intenta olvidar la reciente muerte de su marido, bebiendo por las noches y saliendo a correr por las mañanas. La aparición del cadáver de Fran Borrego, uno de los dueños de las tierras que rodean el pueblo de Fuentegrande, hará que esa vida aparentemente tranquila le muestre una sociedad repleta de envidias, intrigas y tramas incompletas que provienen de un pasado que desconoce. Mientras Clara inicia una investigación sobre la muerte del cacique, entrevistando a distintos personajes que pueden estar involucrados en su asesinato, nos adentramos en un flashback, ambientado en los años noventa, que muestra la verdadera historia de cada uno de ellos, así como el descubrimiento, por parte de este grupo de adolescentes, del sexo, el amor, la ira, la amistad, la decepción y la venganza. Mi opinión personal (sin spoilers) Cuando éramos ángeles es una novela que nos lleva a un pueblo tranquilo, niños jugando y creciendo en las calles, olor de guisos, apodos, rumores, adolescentes atrevidos, caciques... mostrándonos y recordándonos un pasado rural que creíamos extinguido. Un pueblo que se rige por viejas normas: los ricos tienen el poder. La novela está narrada en tercera persona con un estilo sencillo y directo, un acertado narrador omnisciente para contarnos el pasado adolescente de los personajes que podrían estar implicados en el crimen de esta historia. En esta historia percibimos amor, ira... una fuerte pasión que nos roba la razón y una tierra que nos ata. "Es lo que tiene Fuentegrande, parece una cápsula del tiempo, todo el que se queda aquí arrastra consigo el pasado de una manera angustiante". Otro aspecto interesante de la novela es saber cuando se produce la pérdida de la inocencia en una persona, nos preguntaremos cuando un niño pierde su inocencia y su alegría, cuando deja de ser un ángel. Yo creo que la autora nos hará dudar sobre la inocencia de los adolescentes protagonistas, adolescentes que fueron maestros guardando secretos. "Cuando éramos ángeles nuestros zapatos no estaban manchados de sangre. No conocíamos la culpa y las noches eran para dormir, no para despertar remordimientos. Cuando éramos ángeles había que preguntarlo todo, si querías salir, si querías comprar algo, te tenían que dar permiso. Todas las decisiones las tomaban por nosotros: la ropa que nos poníamos, los libros que necesitábamos para el colegio, lo que comíamos, lo que bebíamos. No sabíamos nada. Cuando éramos ángeles no teníamos deseos". Y guardando secretos y secretos, sentimos silencios que están a punto de ser gritados, sentimos como los adultos tienen casi siempre algo oculto en sus vidas, algo que con un mínimo roce revivirá un tiempo que creían muerto. En definitiva, os recomiendo la lectura de este esta novela y os invito a pensar que estar vivo no es lo mismo que vivir, que todas las personas sentimos del mismo modo en todas las partes del mundo y que matar siempre es incomprensible. "Esas tormentas de verano, las que impregnan la tierra de un intenso olor a humedad y enrarecen el ambiente, con el cielo nublado y un viento fuerte y serpenteante, aún contaminado de calor, seguro que traen, pensaba Clara, la misma sensación de melancolía en todas las partes del mundo".