472 páginas || Papel y ebook
Comprar Libro
¿Cómo se ignora lo que late en tu interior?
¿Cómo se recupera el rumbo de una vida trazada por una mentira?
Desde muy pequeña, Maya se ha sacrificado en cuerpo y alma por el ballet. Trabaja como solista en la Compañía Nacional de Danza y los ballets más prestigiosos han puesto sus ojos en ella. Sin embargo, un grave accidente acaba con su futuro prometedor.
El único mundo que Maya conoce se ha derrumbado.
Su abuela, que ha guiado cada uno de sus pasos, la culpa por lo sucedido.
La ausencia de su madre pesa más que nunca.
Y un hallazgo fortuito abrirá una profunda herida.
Un viaje inesperado, una chica incompleta y una verdad escondida en una caja de música.
A veces, dejar que suceda es todo lo que necesitas.
La libertad es un derecho y nadie debería condicionarla. Porque quien quiere volver vuelve. Quien quiere quedarse se queda. Te busca. Te encuentra. Y no te suelta.
Leí a María por primera vez hace 10 años, con 'El encanto del cuervo', libro que ahora ha sido reeditado y que, sin duda, espero volver a leer. De la historia a penas recuerdo nada, salvo que me gustó mucho, y que siempre quise volver a leer a la autora, pero por un motivo que desconozco, no lo había hecho, hasta ahora. ¿Y sabéis cuándo leéis un libro y pensáis eso de «voy a leer todo lo que ha escrito esta persona»? Pues eso me ha pasado a mí. Que ya lo pensaba antes, sin haberla leído desde hace tanto, pero 'Cuando no queden más estrellas que contar' ha confirmado esa decisión. Porque he amado esta historia, a sus personajes y la manera de narrar de María. Sabéis que no soy de poner 5 ⭐ con facilidad, el año pasado, de hecho, solo las puse una vez, a 'La historia interminable' que fue relectura, así que imaginad cuanto me ha gustado este libro para haberlas puesto sin dudarlo. Es una maravilla.
Hay viajes en los que uno despierta. Abre los ojos y respira. Todo por primera vez.Me resulta muy curioso que se dé por hecho, actualmente, que una persona tiene que enfrentarse a todo sola, como si eso demostrara el empoderamiento o la capacidad de una misma. No es necesario. No tienes que evitar que te ayuden a toda costa por ser más tú. Que una persona te complemente, o incluso te complete, no es malo. Que una persona te dé el empujón que te hace falta para echar a volar, no es malo. No eres menos tú por dejar que lo haga. Y a veces parece que tenemos que ser tan independientes que cualquier cosa que incluya a otro que te ayude, sea malo. Y yo no lo veo así, para nada. Y ya si hablamos de una novela romántica, que sabemos que va a haber una relación y que las cosas van a acabar bien y la pareja siendo feliz, menos se entiende que esperes una liberación en solitario. No es necesario, no te hace menos libre compartir tu vida con alguien. Y necesitarlo, eso tampoco. Porque necesitar a alguien no significa que sin esa persona te quedes sin nada, no tiene nada que ver.
Yo había empezado el mío cuatro meses atrás. Un viaje con días malos, días tristes y otros complicados. Pero también los hubo buenos y maravillosos, en los que aprendí a vivir, a soñar, a descubrir que lo pequeño puede hacerse grande.
Un viaje que aún no había terminado y que no sabía si lo haría algún día.
Porque conocerte a ti mismo puede ocuparte toda la vida.
Porque hay viajes que solo te llevan hacia dentro, y nuestro interior, a veces, tiene el tamaño del universo.
En fin, que me voy por las ramas. Maya es un personaje que me ha encantado por cómo evoluciona, cambia, perdona y sigue adelante. Pero no solo ella me ha gustado en esta historia. Y no solo Lucas me ha enamorado también aunque en ocasiones me haya hecho enfadar. Matías, el mejor amigo de Maya es maravilloso, y ojalá una historia con él como protagonista. Y los personajes que conocemos en Italia y que rodean a Maya, más de lo mismo. A veces la familia no solo es de sangre, y en Italia, Maya se da cuenta de ello. Aunque a veces sí lo es, y antes o después, la redescubres y la encuentras. Algo que me ha pasado con este libro es que los personajes son imperfectos, y como tales, a veces se equivocan y hacen cosas que te enfadan, y mucho. Pero incluso hasta en esos momentos, por más que me hayan enfadado, he conseguido entender por qué actúan cómo actúan. Y es que a veces, puedes no estar de acuerdo con algo, y eso no significa que no puedas entenderlo, aunque no lo compartas. Lógicamente hay otros personajes que no, que no se justifica de ninguna de las maneras su actitud ni lo que hacen, así que sí, también hay que se ganan nuestro odio y eso no cambia a lo largo de la historia.
En resumen, 'Cuando no queden más estrellas que contar' nos cuenta la historia de Maya, de cómo ha sido su vida hasta el momento, a través de flashbacks, de aquellos momentos en los que se fue dando cuenta de que su vida no ha sido suya en ningún momento, y de que su familia no ha estado cuando más la necesitaba. Es un libro que nos habla de abandono, de miedo, de superación, de lucha, de maltrato, de manipulación, de vivir tus sueños a través de otra persona sin pensar en lo que ella desea realmente. Es un libro con una historia dura que sí, parece demasiado feliz en algunos momentos y demasiado casual todo, pero yo, que tanto creo en el destino, hasta eso me ha encantado y no lo he visto mal. Es un libro que también nos habla de segundas oportunidades, de dejar atrás el rencor, el odio, el dolor, de perdón y empezar de cero. De descubrir la verdad sobre quién eres y sobre quiénes son los que te rodean. De dejar ir para que vuelva. De soltar para recuperar. Un libro que nos traslada a Sorrento, Italia, y si me conocéis sabréis que todo lo que se ambiente allí, en ese país, para mí siempre suma puntos, porque lo amo. Así que María no ha podido acertar más conmigo. Y os lo recomiendo si os gustan las historias románticas, con toques de drama, reflexiones de las que te hacen pensar (he subrayado párrafos enteros), y una evolución increíble de la protagonista.
Aquel día me di cuenta de algo: estamos acostumbrados a ver solo un lado de las cosas y nos comportamos como si esa pequeña parte de lo que sabemos y percibimos fuese un todo absoluto. Mi verdad, mi razón. Así de sencillo. Sin embargo, no es tan simple. Olvidamos que cada persona ve su lado particular de las cosas, su pequeño fragmento que también confunde con el todo. Su verdad, su razón.