Título: Cuchillo de aguaAutor: Paolo Bacigalupi Editorial: FantascyNúmero de páginas: 544
ISBN: 9788415831914
Precio: 22 €
Puntuación: 7,5
En un futuro no muy lejano, tras siglos de sobreexplotación, el río Colorado se está secando. La catástrofe obliga a miles de ciudadanos a emigrar a zonas más fértiles de Estados Unidos, pero los estados deciden construir barreras para impedir la marea de refugiados que se les viene encima.
A medida que la sequía se extiende y se prolonga, el campo y las ciudades se convierten en páramos sin ley, presas de especuladores que empiezan a comerciar con la desesperación de los seres humanos.
En medio de esta desalmada guerra por el agua, el mercenario Ángel Velázquez está al servicio de un poderoso cártel que busca nuevos acuíferos. Siguiendo su cometido se cruza con la curtida periodista Lucy Monroe, quien conoce de primera mano el peligro de saber demasiado, y con la joven María, hija de un emigrante mexicano que sueña con escaparse al norte, donde dicen que la tierra sigue poblada de lagos y aún cae agua del cielo.
Cuchillo de agua sigue un poco el mismo estilo, que ya es tradicional en este autor: un futuro desolado, se podría decir que post-apocalíptico, en el que el cambio climático ha hecho estragos y se ha llevado todo por delante, y que precisamente por esa razón resulta terriblemente cercano, real. Esta vez nos situamos en Estados Unidos, aunque queda poco del país tal y como lo conocemos hoy en día. Gran parte del planeta sufre una sequía importante, que no tiene pinta de desaparecer y que ya dura años y años. Los ríos y las reservas de agua se secan a un nivel alarmante, y todos los Estados están en guerra los unos con los otros por controlar las pocas reservas que quedan.
Precisamente este es el viaje que nos ofrece Cuchillo de agua: ir descubriendo los entramados de este mundo crudo, donde cada uno mira por sí mismo, donde cada vez más ciudades colapsan y se expanden las zonas desérticas, donde los ricos y la mafia controlan los derechos sobre el agua y deciden quién bebe y quién no. En esta historia no hay lugar para las cosas bonitas. Se nos ofrece una realidad egoísta donde, o pisoteas a los demás, o te pisotean a ti. Al autor se le da de maravilla crear historias duras, en las que no hay ni rastro de esperanza ni bondad. Cada uno mira por sí mismo.
La forma de escribir del autor va acorde con la realidad que describe: sin adornos ni florituras ni frases poéticas, no hay nada "bonito" en ella. Si Bacigalupi tiene que cagarse en todo, lo hace. Si tiene que decir que alguien se vomita encima, lo dice. Si tiene que describir torturas, matanzas, tiroteos, violaciones... lo hace. Sin pelos en la lengua. Sin anestesia.
Los personajes no se quedan atrás. Tenemos a Angel Velasquez, un "cuchillo de agua", algo así como un mercenario al servicio de Catherine Case, una de las mujeres más poderosas de Estados Unidos. Angel es el encargado de hacer el trabajo sucio y, a cambio, puede vivir en un complejo donde hay abundante agua, construido únicamente para los que tienen dinero o contactos. Luego está Lucy Monroe, una periodista que vive en Phoenix, una ciudad a punto del colapso, que tiene una elevada moralidad y que no duda en escribir sobre los crímenes más terribles. Y por último, Maria, que sería lo más bajo de la cadena social, alguien que vive al día y que tiene que luchar para conseguir unos tragos de agua.
Bacigalupi no solo crea mundos trabajadísimos, sino que no deja de lado los personajes. Aunque sirven para dar una visión completa de este futuro, no están hechos de cartón piedra, ni mucho menos. Da gusto encontrarse con novelas así de redondas, que no descuidan ningún aspecto ni cojean de nada. Mi admiración eterna para este señor, que te puede gustar más o menos, pero no se puede negar que sus historias son la crème de la crème.
Cuchillo de aguaes una novela de ciencia ficción cercana, ambientada en un futuro devastador, sin agua, desolado y cruel.Cuesta adentrarse en ella porque el autor no se molesta en hacer la lectura fácil, pero el esfuerzo sin duda se ve recompensado.