Reseña de "Bohemios del valle de Sesqua" de W.H. Pugmire

Publicado el 02 febrero 2022 por Rt

Gracias del empeño de la estupenda editorial La Biblioteca de Carfax de descubrirnos libros de terror originales, descubrí esta novela, que en realidad es un conjunto de relatos cuyos personajes se cruzan y transitan por los mismos caminos. 


El Valle del Sesqua es un entorno natural privilegiado, rodeado de las montañas gemelas Selta y de bosques en los que se dice que todavía moran antiguas deidades olvidadas por los hombres. Se mantienen ocultos y alejados del progreso y las personas que llegan hasta él es porque el propio valle les ha elegido. 

Allí se ha formado una pintoresca comunidad de libreros, anticuarios, pintores, poetas o escultores que suelen reunirse periódicamente a compartir entre ellos las ideas que el propio Valle les inspira. 

El libro además es un tributo a H.P. Lovecraft. El autor del libro, W.H. Pugmire, pasó una época difícil y confesó que lo que le salvó fue leer al autor de Providence, con lo que se dedicó a emular su obra para rendirle homenaje. El Valle del Sesqua es un lugar inventado, tal y como el Valle del Miskatonic o las ciudades de Kingston y Arkham. 

Hay amenazas veladas en los bosques. Hay estatuas de extraños dioses, presencias que no tienen explicación, etc. Pero los bohemios dejan traslucir una sensación de paz. No hay nada amenazante en sus paseos, al revés, les producen alegría y desinhibición. Los libros raros están a la orden del día y cualquier con conocimientos puede examinarlos o traducirlos. El pueblo es agradable y las montañas velan por la paz del lugar. 

El más claro homenaje a Lovecraft se produce con la presencia de la cabra (Shub-Niggurath) y de Nyarlatothep el Caos Reptante. Pero hay diferencias con el maestro. En estas páginas aparecen mujeres, y mujeres capaces, que son tratadas con el mismo respeto que los hombres. Y hay también referencias a Robert W. Chambers, con esas cartas de un tarot maldito.

«Existe un lugar de fantasía y terror, de sublimación, donde hay cosas que se encuentran en la oscuridad y, a veces, en el sueño».

El libro tiene además dos añadidos que le hacen muy interesante: el posfacio de José Montejano (del Círculo de Lovecraft, con los que tengo el gusto de colaborar) y la estupenda traducción de Érica Couto-Ferreira, quien creo que ha sabido captar el estilo algo pesado de principios del siglo XX. Un libro muy interesante y delicioso, con muchos guiños que gustarán a los fans del género, pero que también constituyen una buena oportunidad de acercarse a estos autores.