Los Tres Mosqueteros de la revista Weird Tales, como se les suele llamar, eran H.P. Lovecraft, Clark Ashton Smith y Robert E. Howard. De ellos, tal vez el más prolífico haya sido Clark Ashton Smith (o Klarkash-Ton, como le llamaba su viejo amigo Lovecraft), tanto en el campo del relato como de la poesía. No sólo se dedicó a esas artes, sino que además fue escultor y pintor.
Y es que el llamado Emperador de los Sueños tenía una imaginación desbordante. Fue protegido del poeta George Sterling, quien vio antes que nadie las posibilidades de su pupilo. Aportó una gran cantidad de imaginería a las Tierras del Sueño en colaboración con otros miembros del Círculo de Lovecraft y creó territorios ignotos e inexplorados.
Años después, su obra sigue influyendo en la siguiente generación. Por eso, se han reunido alguas de las mejores voces del terror y la fantasía en esta antología: Clark Ashton Smith: cuentos de extrañeza, misterio y locura (Editorial 2Cabezas). En ella encontramos nombres como Álvaro Aparicio, Amparo Montejano, Javier Jiménez Barco, Nieves Mories, Pedro P. González, Roberto Bayeto, Román Sanz Moura y Santiago Eximeno.
«Ningún escritor de horror cósmico da una nota más alta que la que da Clark Ashton Smith. Y es en la extrañeza demoníaca y en la fertilidad de la concepción, en donde Smith no es superado por ningún otro
escritor, ya esté éste vivo o muerto.» H.P. Lovecraft
Algunas historias tienen un tinte más exótico y nos recuerdan a las de Las Mil y una noches, con esa influencia oriental de la que hacía gala el escritor californiano. Hay horrores que no son de este mundo, pero que de alguna manera, han logrado entrar y abrirse paso. Ante ellos, el ser humano enloquece y muere. Hay otros relatos de corte más mundano, pero no por ello menos inquietantes. Hay muchos guiños al universo de pesadilla que crearon entre muchos de los escritores de Weird Tales y del que luego se nutrió August Derleth a la hora de alimentar a su editorial Arkham House.
El prólogo corre a cargo del mismísimo Ramsey Campbell, autor de obras como Nazareth Hill y que parece que se pasó su infancia y juventud leyendo las llamadas revistas pulp, que le acercaron al terror (y nunca podremos agradecérselo lo suficiente). José R. Montejano, el coordinador de la antología, también nos explica la importancia de este soñador en la introducción, haciendo además un pequeño resumen de lo que podemos encontrarnos en cada uno de los relatos.
Por otra parte, también encontramos algunos poemas y un relato de Clark Ashton Smith: La caravana, Los cristales, El mortuorio y La música de los muertos, traducidos y adaptados por Javier Jiménez Barco. Relatos que dejan una impresión desasosegante y que sirven para conocer más a este genio de lo oculto.