Kivrin, una estudiante de Historia, decide presentarse voluntaria para ir a la Edad Media, al año 1318, que es cuando data una de las excavaciones que la doctora Montoya está llevando a cabo en el campus. Tras prepararse durante largo tiempo aprendiendo las costumbres del Medievo, llega el día del salto temporal. Pero cuando llega a la Edad Media, se siente tan enferma que apenas puede dar un paso. Se trata de una gripe, el mismo mal que tiene Baldri, el técnico que ha dirigido el salto. La enfermedad se extiende y la Universidad entra en cuarentena. Se suspenden los saltos temporales, por lo que el tutor de Kivrin, Dunworthy, no puede acudir a rescatarla. Porque de algún modo, los cálculos han fallado y la historiadora ha aparecido en 1348, el año en que comenzó la Peste Negra. El libro del día del juicio final (Editorial Nova) hace referencia a un diario del rey Guillermo donde se anotaban los hechos importantes para el reino. La historia sigue dos tramas paralelas igual de emocionantes. Por un lado, la del año 2054, con su epidemia de gripe y la de 1348, con la Peste Negra. Es un libro inquietante, en cierto modo, porque su autora supo ver muchos años antes de que se declarara el COVID cómo reaccionaría la sociedad ante este tipo de situaciones. Y no sólo eso, sino que preveyó otros sucesos históricos importantes para Inglaterra.
Y es que mientras en Oxford se organizan como pueden e intentan conseguir suministros, Kivrin descubrirá la cara más amable de la Edad Media. Conocerá a personas valerosas y a otras que desmontan sus prejuicios sobre lo que nos parece una época llena de barbarie, guerra, luchas intestinas y demás. Pero también retrata la cara terrible del siglo XIV, con su falta de higiene, de medicinas y la autoridad omnipresente de la Iglesia. La trama de 2054 tiene más de novela policíaca, puesto que intentan rastrear los contactos de Badri para acotar los posibles contagiados. Mientras, la de la Edad Media es más costumbrista hasta que todo estalla y nos damos cuenta del error cometido. Se trata de ciencia ficción asequible, que no presenta muchos datos técnicos y en la que prima más la historia. El tiempo es lineal y se entiende bastante bien lo de los viajes. Y os lo digo yo, que esas cosas tempoarles hacen que me estalle la cabeza. En el fondo es una reflexión sobre algunas cosas que nunca cambian en el ser humano. De cómo las epidemias/pandemias son capaces de sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos.
Es uno de esos libros que te atrapan desde las primeras páginas y que permanecen dentro del lector mucho tiempo después de haberlo terminado. Si te ha gustado este post, puedes ayudarme compartiéndolo, siguiendo el blog o siguiéndome en mis redes sociales:
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