El terror ha supuesto mi primera toma de contacto con la obra de Dan Simmons y un más que agradable descubrimiento, ya que esta original novela reúne todos los ingredientes para resultarme muy atractiva. Y es que no sólo encontramos en esta narración una interpretación de un acontecimiento histórico, sino que además el autor adereza la trama con grandes dosis de misterio y un tipo de terror bastante primigenio que consigue tener al lector en vilo durante la mayor parte del relato. Abrígate bien si quieres adentrarte conmigo en esta aventura a más de 40 grados bajo cero.
A partir de una historia real, como es la de la expedición al Ártico que lideró John Franklin en 1847, en la cual dos barcos de la Armada Británica (el HMS Erebus y el HMS Terror) quedaron atrapados en el hielo mientras buscaban un paso que conectase los océanos Atlántico y Pacífico por el norte de Canadá, Dan Simmons construye una aventura terrorífica en la que especula acerca de las miserias que las tripulaciones de ambos navíos tuvieron que padecer. Además del frío polar, la escasez de alimentos, el acecho de enfermedades como el escorbuto, la locura que amenaza a las voluntades más quebradizas, o los atisbos de motines, los protagonistas de El terror deben vérselas con una bestia que parece ser mitad animal y mitad ser sobrenatural y cuya estatura, fuerza y fiereza pone continuamente en peligro sus vidas, por mucho que se esfuercen por mantenerse alejados de tal criatura. Así, en muy pocas páginas el lector se encuentra atrapado por la curiosidad de saber qué será de los integrantes de ambas tripulaciones y a ratos aterrorizado por las escenas que protagoniza este colosal ser, al que acompaña continuamente un halo de misticismo que no hace más que intrigar todavía más al lector de esta novela.
El terror es un libro de casi 800 páginas que, sin embargo, se lee a un ritmo muy bueno, sin resultar en ningún momento pesado o aburrido. Como es de esperar en este tipo de historias acerca de la supervivencia, los protagonistas no sólo deben hacer frente a las condiciones climáticas extremas, la desolación y la falta de alimentos (o el peligro físico que supone que una bestia merodee cerca de los barcos encallados como en este caso), sino que también llega un momento en el que los propios hombres se convierten en la peor amenaza para sus compañeros, sobre todo cuando aflora la locura, el hambre extrema, las envidias o, simplemente, la pura maldad de algunos seres humanos. Sin embargo, otros personajes se presentan como valientes, fuertes y resolutivos, motivados por la esperanza de sobrevivir un día más sin dejar de lado al resto de sus compañeros, como es el caso de los capitanes de los barcos. Precisamente, la manera en la que Simmons va revelando tanto la vida pasada, como las reflexiones y diarios de algunos personajes a lo largo de estos años atrapados, hacen que el lector empatice más con los sentimientos de estas personas, sus miedos, anhelos y forma de abordar esta lucha por escapar de su gélida prisión. Magistralmente narrada, esta historia llega a transmitir hasta la sensación de frío polar, y entiendas o no acerca de la jerga náutica, es cierto que aporta bastante vocabulario marítimo, ya que, al fin y al cabo, se trata de un relato de aventuras en el mar.
La historia real nos cuenta que ninguno de los integrantes de el HMS Erebus y el HMS Terror volvió con vida de esta fracasada expedición, aunque el autor de El terror se toma alguna que otra licencia acerca de lo que les pudo ocurrir a algunos hombres que no sucumbieron en los barcos, pero que se enfrentaron a otros peligrosos periplos. Así que te recomiendo que te hagas con un ejemplar de esta maravillosa obra que yo te aseguro que he disfrutado de principio a fin (escenas sangrientas y espeluznantes incluidas), y que me ha parecido muy diferente a nada que haya leído nunca. Ahora, entre mis deberes pendientes está el de ver la serie en la que Ridley Scott ha adaptado esta genial novela.