Tusquets ha publicado las dos primeras novelas de Haruki Murakami: “Escucha la canción del viento” y “Pinball 1973”
Si sueles entrar en mi blog ya sabrás que el año pasado me aficioné al escritor japonés Haruki Murakami. Desde que no hace mucho salieron publicadas en castellano sus dos primeras novelas “Escucha la canción del viento” y “Pinball 1973” en un mismo tomo, tenía mucha curiosidad por conocer los comienzos literarios de Murakami y ya he conseguido leer ambos libros, de los cuales te dejo mi reseña en este post.
Empezaré por “Escucha la canción del viento”, la opera prima de Haruki Murakami publicada en 1979 y que narra las vivencias de un joven estudiante durante unas vacaciones y su amistad con un chico apodado “El Rata” con el que suele frecuentar un bar; así como su relación con una chica, dependiente de una tienda de discos. Ya en esta primera novela se aprecian los elementos que después serían recurrentes en las obras de Murakami como las referencias culturales (sobre todo a la música pop y jazz), la soledad, las mujeres misteriosas o el intento de escapar de la propia realidad. Sin embargo, en mi opinión este libro presenta una estructura demasiado dispersa, con pasajes inconexos entre sí y reflexiones interesantes, pero tan sacadas de contexto que no ayudan a crear una unidad coherente que enganche al lector como logra en sus libros posteriores.
“Pinball 1973” fue publicado en 1980 y vuelve a presentar al mismo chico protagonista (del cual seguimos sin conocer el nombre) tres años después en una época de su vida que pasa en Tokio viviendo con dos gemelas salidas de la nada y recordando continuamente un pasado del cual destaca un elemento: una máquina recreativa de pinball a la que jugaba bastante y con la que logró su récord de puntuación. Paralelamente volvemos a saber de “El Rata”, quien suele pasar la vida en el mismo bar de siempre reflexionando sobre su vida, pero con una actitud pasiva ante todo. En “Pinball 1973” Murakami perfila más su estilo, logra una estructura más coherente e implica más al lector con elementos de anclaje como el bar de Ray, además de presentar las situaciones surrealistas y místicas que tanto le caracterizan como el dotar casi de vida a una máquina de pinball con la que el protagonista llega a mantener una conversación. El humor y lo absurdo también tienen cabida en esta obra (sobre todo de la mano de las despreocupadas gemelas) pero lo más destacable de este libro es cómo Murakami matiza su estilo tan peculiar basado en conceder importancia a pequeñas cosas de la vida cotidiana a las que sus personajes se aferran para rellenar una existencia fría y vacía.
Ambas novelas son muy breves y, aunque bastante recomendables para los seguidores de Murakami, pueden dejar al lector un poco decepcionado, al menos “Escucha la canción del viento”. Creo que puedes disfrutar su lectura si te gusta este autor y, si nunca has leído nada del escritor japonés, te desaconsejo que empieces por estas novelas y las dejes para cuando ya hayas conocido su obra más en profundidad. Además, el tomo cuenta con un prólogo en el que Murakami cuenta cómo decidió ser escritor y por qué escribió estas dos primeras novelas, algo interesante si frecuentas la obra del japonés.
Todo tiene un inicio y Haruki Murakami por fin nos ha mostrado el suyo, un comienzo interesante y prometedor de lo que llegaría a conseguir este genio de las letras, con un estilo narrativo tan peculiar y palpitante que no puede catalogarse ni compararse con ningún otro y que espero que no abandone nunca jamás.
Y tú ¿Has leído ya “Escucha la canción del viento” y “Pinball 1973? ¿Qué opinas de ellos? ¿Crees que ha cambiado mucho? Cuéntame…