Reseña de "La azotea" de Fernanda Trías

Publicado el 15 mayo 2021 por Rt

Fernanda Trías es otra de las grandes narradoras latinoamericanas que tienen un enorme potencial para contar historias que se salen de lo corriente. 

La azotea (Editorial Tránsito) es un libro corto, pero poderoso. Una hisoria sencilla que a la vez no tiene nada de simple. Clara, una mujer decide encerrarse en un piso con su padre. Al poco tiempo descubre que está embarazada y da a luz a Flor, con la que apenas saldrá de casa. 

Naturalmente, tiene que mantener vínculos con el exterior. Para ello contará con la ayuda de una vecina que sale a la compra e intenta ayudarla. Carmen, que así se llama, será su amiga, su confidente e incluso actuará como partera llegado el momento. Sin embargo, las dos discuten por una nimiedad y la relación se hará cada vez más fría, hasa resultar apenas inexistente. 

 

En medio de ese encierro, con una bebé, un padre que empieza a perder la memoria y casi sin dinero, Clara adquiere la costumbre de subir a la azotea, desde donde domina los tejados de la ciudad. Desde donde puede contemplar a todo el mundo, pero nadie puede hacerla daño. Al principio sube con la niña, pero luego se guarda ese momento para ella sola. 

No obstante, los vecinos no son de fiar. Detrás de cada amable se esconden miradas que juzgan, que opinan, que fiscalizan. Por eso Clara no quiere dejar el apartamento y cubre con mantas las ventanas, a pesar de que no es bueno para el canario que tiene su padre en su habitación y que al igual que un antiguo detector de gas grisú, avisa de que algo va mal. 

El mundo es malo. Las calles son peligrosas y no se puede confiar en la gente

Las dos caras de las personas que conocemos, la vida en comunidad, las intrigas diarias vecinales, las miradas que sentimos por la mirilla cuando bajamos la basura, son temas muy presentes en el libro. Entre la casa y la calle, en ese limbo de escalera y zonas comunes habita el horror de ser juzgado, de tener que saludar a esa vecina que en el fondo no tragamos. Y la casa es un mundo en miniatura. Y el mundo es un lugar cruel, como piensa la protagonista. Sólo esa azotea puede consolarla, puede salvarla de sí misma. 

Es una novela corta, muy simbolica, llena de referencias a la sociedad y al aislamiento al que nos sometemos nosotros mismos, bien porque queremos cuidar a otras personas y no tenemos tiempo para nada más, bien porque nos aislamos gracias a las redes sociales. Porque hubo una época en la que Clara tuvo un trabajo normal y una madrastra, pero terminó dejándolo todo para encerrarse en ese pequeño apartamento que ilumina tristemente con velas y del que no espera salir en mucho, muchísimo tiempo.