Salomón Rulfo, protagonista de esta historia y prefesor de literatura en paro, comienza a tener sueños recurrentes en los que aparece el crimen de una joven y otras trece damas a su alrededor, en lo que parece ser una secta.
Al investigar un poco, descubre que el crimen tuvo lugar realmente en una de las zonas más lujosas de las afueras de Madrid y que esas trece damas han vivido toda la vida a la sombra de grandes artistas y poetas, encumbrándolos o haciéndolos caer a su conveniencia. Normalmente sólo aparecen doce y de la trece mejor ni hablar, porque cuando aparece trae desgracias.
Decidido a investigar, Salomón acude al doctor Ballesteros para contarle sus pesadillas. También visita a su antiguo profesor de literatura César Saucedo, quien le habla de la obra Los poetas y sus damas, basada en la de Robert Graves. En realidad, estas damas son las Musas, capaces de inspirar y de hundir a escritores de todos los tiempos. También conoce a Raquel, una joven misteriosa que rehúye hablar de su pasado y que puede que tenga relación tanto con el crimen como con las damas a las que aspira a conocer Salomón.
Las damas en acción
No es la primera vez que José Carlos Somoza aparece en el blog. Ya lo hizo con Dafne desvanecida, cuya reseña podéis leer aquí. Al igual que sucede con La dama número trece (Random House Mondadori), el autor mezcla de manera notable literatura y crímenes, reflexionando siempre sobre lo grande y a la vez miserable que es el oficio artístico.
No se trata de una novela negra, aunque tiene mucha intriga y nos mantiene pegados a sus páginas, ni tampoco una novela sobrenatural, aunque tiene bastante de ello. Es una conjunción magnífica que escribe con su estilo propio y que consigue llevar al lector a campos donde no ha estado antes.
De hecho, la novela tuvo tanto éxito que el director de cine Jaume Balagueró la adaptó en una película llamada Musa. Es un libro estupendo, entretenido y que mezcla con gran maestría la realidad y la ficción. José Carlos Somoza ha hecho, como de costumbre, un trabajo prodigioso.