La enfermera de Auschwitz de Anna Stuart, además de una novela que me ha cautivado y conmovido a partes iguales, ha supuesto para mí una experiencia nueva: la de realizar mi primera lectura conjunta. Gracias a la iniciativa de Laky en su blog de literatura Libros que hay que leer, pude apuntarme a este evento lector, en el que varias personas amantes de las letras, recibimos un ejemplar de esta novedad editorial de Newton Compton Editores, para ir intercambiando nuestras impresiones conforme avanzábamos en su trama. Aunque el tema de la Segunda Guerra Mundial y el genocidio nazi siempre me ha horrorizado, suelen atraerme este tipo de relatos, con los cuales aprendo más acerca de este episodio negro de la historia de la humanidad, y La enfermera de Auschwitz, a pesar de seguir siendo una novela más sobre campos de concentración y la pesadilla que vivieron los judíos, da un enfoque nuevo y más específico, al centrarse en lo ocurrido en los pabellones destinados a las mujeres embarazadas y parturientas. Una novela que, aunque obviamente tiene varias licencias narrativas, se inspira en una persona real: una comadrona que ayudó a estas mujeres a enfrentarse a la maternidad en las peores condiciones, y a su terrible destino.
Ana es una de las protagonistas de La enfermera de Auschwitz. Esta experimentada comadrona vive tranquilamente en Polonia con su familia, orgullosa de no haber perdido jamás a ningún bebé en parto alguno. Pero su felicidad, al igual que la del resto de habitantes de Łódź, se ve drásticamente truncada cuando los nazis ocupan Polonia. A pesar de ser una mujer cristiana, Ana pierde su casa y comodidades pero, lo que más le preocupa, es el horror que ve experimentar cada día a sus vecinos judíos, humillados bajo el yugo alemán y confinados en guetos en condiciones insalubres e inhumanas. Aunque lo peor está por llegar. Un buen día, Ester, su joven amiga judía aprendiz de enfermera, es arrastrada al nuevo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau y ella acaba siguiendo sus pasos. Confinadas en el bloque de las embarazadas por sus conocimientos médicos, las dos mujeres deberán sobrevivir ahora juntas a la peor cara de la miseria y asistir impotentes a las sádicas prácticas nazis llevadas a cabo sobre las madres y sus bebés. Sólo la esperanza de volver a ver a sus familiares y salir de ese infierno mantienen en pie a estas luchadoras, que además tienen una genial idea para ayudar a que, en un futuro incierto, estas mujeres encuentren a sus bebés arrebatados y entregados a familias del Reich: tatuar a los pequeños con el mismo número asignado a sus madres.
La enfermera de Auschwitz es una novela sobre la maldad humana pero, antes que nada, es una historia acerca de la esperanza y el amor. Resulta conmovedor ver a nuestras protagonistas intentar ayudarse mutuamente y mantenerse con vida ellas mismas y a otras personas, mientras el peor escenario imaginable se desarrolla a su alrededor. El lector empatiza totalmente con la historia y personajes y, sobre todo en la última parte del libro (cuando empiezan a oírse rumores en el campo sobre la cercana liberación del bando aliado) lo único en lo que yo pensaba, conocedora de los hechos históricos, era en que Ana, Ester y el resto de personajes lograran aguantar un poco más y salir para siempre de Auschwitz-Birkenau. El ritmo narrativo resulta muy fluido, apenas hay descripciones y sí muchos diálogos y reflexiones de los personajes, de forma que se lee casi del tirón. El final está más que a la altura de las circunstancias y muy en consonancia con el tono esperanzador del libro, y está en un aspecto abierto a la apreciación de cada lector. La única pega que le pongo a este libro, es que la traducción a veces deja un poco que desear, con expresiones que me han chirriado, o palabras sin concordancia. Algo pasable, por otra parte.
Por supuesto que te recomiendo la lectura de esta novela, siempre y cuando tengas aguante para asimilar las atrocidades propias de este periodo de la historia, y te hagas a la idea de que vas a sufrir y entristecerte cada dos por tres. Y no olvides leer las últimas páginas en las que la autora explica qué personajes son reales y cuáles no, así como aporta otros interesantes datos históricos.
Por mi parte, he disfrutado muchísimo de esta lectura conjunta, que quiero agradecer tanto a Laky, como al resto de compañeros de este viaje. ¡Hasta la próxima!
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