Aunque La granja (Ediciones Roca) se anunció como una distopía feminista, yo no la veo distópica en absoluto. Uno de los rasgos de la distopía es que esté situada en el futuro y esta novela aborda uno de los temas más actuales que hay, como es el de los vientres de alquiler. Es más, esta novela podría estar ocurriendo en cualquier lugar del mundo.
Jane es una joven inmigrante filipina con un bebé de pocos meses y un matrimonio roto a sus espaldas. Su falta de formación hace que se vea obligada a coger cualquier trabajo que le permita ganar lo suficiente para compartir la litera de un hostal. Su prima Ate le habla de un empleo muy lucrativo en Golden Oaks, criando el bebé de otra persona.
Mae Yu, la gerente, es la encargada de la entrevista personal con ella. Allí las mujeres acceden a implantarse el óvulo de otra mujer, que quiere ser madre, pero no tiene tiempo de tomarse una baja, o de retrasar sus logros en su carrera profesional, o de estropear su figura. Es entonces cuando recurren a La Granja, donde jóvenes sanas y que siempre están vigiladas reposan, comen comida orgánica, vitaminas, dan largos paseos, hacen gimnasia, y llevan una vida de relax hasta que se acerca el momento del parto.
Es entonces cuando entregan al bebé a su cliente (del que nunca han sabido nada) y cobran una cantidad exorbitante de dinero, además de otros beneficios. Y aunque parece pan comido y todas tienen planes para emplear ese dinero en el futuro, la vida no siempre es fácil, sobre todo cuando Golden Oaks intenta controlar todos los movimientos de las embarazadas a fin de no perder sus millonarios contratos. Y en el caso de Jane, tener una hija fuera de la Granja la convierte en un blanco fácil para el control.
Muchas veces se debate sobre la gestación subrogada. Uno de sus argumentos a favor es el de aquellos padres que no puede tener hijos. Pero en este caso se trata de multimillonarios que buscan hijos para dejarles sus imperios financieros, mujeres demasiado ocupadas para gestarlos o para reposar todo el embarazo si es menester y demás. Claro, que el premio para las que llevan el embarazo a término es alto, pero es un camino lleno de riesgos. Sin embargo, ¿no merece la pena intentarlo para darle una vida mejor a tu hija?
Provocadora, sincera y contundente, esta novela aborda sin tapujos uno de los temas más controvertidos de nuestra sociedad actual, mostrando como distopía lo que podría estar ocurriendo ya en muchos lugares del mundo.